Breathless and torn || Chris Ford

Un día viernes en la tarde, el mejor día para alguien de mi edad que sale a jugar despreocupada porque mañana es sábado y no hay escuela. Para mi mala suerte se convirtió en un mal día, definitivamente es el peor día de mi vida. Mamá acudió después de un aviso por teléfono, me había alcanzado un pañuelo para limpiarme la sangre de los labios y procedió a llevarme al auto inmediatamente sin decir ni una sola palabra, detrás de ella estaba la señora Wilson gritando furiosa por lo que hice a Cooper. Ese niño insoportable al que tantas veces le dije que me dejara en paz y no lo hizo, vino de la nada a tirarme del cabello para cortar un gran mechón y empezar a reírse como un maniático, no me importó que sea el hermano de mi amiga no pude contener mi enojo y mi mano cerrada impactó contra su tabique. Justo en este instante se va para el hospital porque su nariz torcida no para de sangrar. Él también me lastimó en respuesta por la agresión pero yo de un golpe logré lastimarlo más.

Cooper estaba en el auto esperando a su mamá porque su papá estaba lejos trabajando y su hermana Morgan no había parado de llorar desde la pelea y no se quería subir por el miedo a la sangre, podía escuchar a la señora Wilson exigiendo a su hija para que entrara al auto pero ella se negaba. No creo que ayude demasiado si sigue persiguiendo a mi mamá y no va al doctor. Mamá me dejó en los asientos traseros y cerró la puerta para arreglarlo con la señora Wilson. Se alejaron hasta el otro auto donde discutieron por unos…no sé cuantos minutos, las voces aún se escuchan fuerte pese a las ventanas totalmente levantadas pero no podía entender mucho de lo que la señora gritaba por su voz muy chillona mientras mi mamá hablaba muy bajo como para saber lo que decía.

Mamá sacó una cosa de su cartera y se la dio ¿qué será? ni idea, luego regresó al auto conmigo —Ponte el cinturón— dijo con tono serio antes de arrancar, no parecía enojada pero tampoco estaba feliz de lo ocurrido, tal vez me castigaba sin televisión otra vez o tal vez no…yo creo que no, después de todo la golpiza que le di a ese tonto niño estaba bien justificada aunque no era mi intención asustar a la pobre Morgan. Me coloqué el cinturón dándole un último vistazo a la residencia Wilson por la ventana y divisar a la señora persiguiendo a Morgan haciendo que su mamá resbalara y cayera sentada. Solté una risa involuntaria y por poco se pudo convertir en carcajada si mamá no carraspeaba la garganta en señal de desaprobación, entonces volví la mirada al frente con la boca silenciada, mal momento para reirme de algo. Probablemente si las circunstancias hubieran sido otras a mamá también le causaría gracia ver a la señora que alaba el mal comportamiento de su hijo ser castigada por el Karma.

El trayecto a casa se sintió largo y eso que estábamos a 10 minutos en auto, no hablamos nada ni cuando nos detuvimos en un semáforo, mamá solo se volteó para ver la magnitud del daño en mi cara y alcanzarme otro pañuelo limpio. La verdad es que fue un viaje muy silenciosamente incomodo, mamá ya se vía más tranquila pero no me animaba a decirle algo, yo mantenía la mente enfocada en la sensación de ardor y palpitación de mi rostro; tenía el labio muy sensible, mi mejilla izquierda parecía estar quemándose y mis ojos aún lagrimeaban.

Quise bajar enseguida ni bien mamá estacionó frente a la casa, sin embargo ella fue más rápida y activo el seguro —Kiara ¿Sabes el lío en el que te has metido?— dijo con voz firme sin sonar tan tosca como cuando enserio si hago una travesura muy fea —La señora Wilson no te quiere cerca de Morgan ni de Cooper. Tienes que saber que a partir de ahora tienes prohibido acercarte a esa residencia ¿entendido?— ¿qué? No es justo, yo no hice nada malo solo me defendí. Quería decirle lo que pensaba pero no lo hice, y no entiendo por qué no lo hice. Dejé salir un largo resoplido, algo que siempre hago cuando no tengo otras opciones para elegir —Si, mamá— respondí haciendo un pequeño gesto de dolor que me provocaba mover los labios —Ve adentro. Iré en un minuto a curarte— dicho esto me dejó ir, ella guardaría el auto en la cochera y yo tendría que esperarla…en la cocina porque mamá tenía que comenzar a preparar la cena, no faltaba mucho para el anochecer.

Abrí la puerta de la casa y aparentaba estar vacía, no conocía bien el horario de papá pero él solía llegar a tiempo para la cena, por lo que me confié demasiado para ir a la cocina sin miedo a encontrarme Jerry  o alguien más de la familia, sus visitas eran constantes y al menos dos a tres veces a la semana venían a saludar. Estaba atravesando el comedor cuando de repente vi a papá salir de la cocina, mi reacción fue girarme y darle la espalda; no quería que me viera así, herida —Uuh, hooola papá, perdón olvidé mi mochila en el auto. Voy por ella— me excusé al instante, cruzando los dedos para que no notara los golpes ni las manchas de sangre en mi ropa y fue cuando la puerta principal se abrió y la voz de mamá se escuchó.

A Chris le gustaba disfrutar de esa estabilidad que había conseguido en su vida. Tras esos años difíciles que había vívido en el frente, ahora podía disfrutar de su familia y de su nuevo trabajo en los Stars.

Raccoon city se encontraba tranquila esos días, ningún caso verdaderamente importante a la vista así que podía estar más relajado y volver a casa para cenar, algo que no siempre era posible, pues a veces los casos importantes le ocupaban más tiempo del que le gustaría. A pesar de ello trataba de estar siempre disponible para su familia.

Estaba terminando de hacer la cena, macarrones con queso, cuando escucho la puerta abrirse. Una amplia sonrisa iluminó su cara y se aseguró de apagar el fogón dejándolo todo listo, antes de salir a recibir a su familia.

Aunque pronto su sonrisa dejó paso a una cara de desconcierto ante la reacción de su hija Kiara. En lugar de lanzarse a su brazos para darle un abrazo se volteó sobre sí misma, dándole la espalda mientras argumentaba que se había olvidado la mochila en el auto. Eso hizo que Chris alzara una ceja, aunque fuera verdad esa actitud no dejaba de ser muy sospechosa.
-Ok ¿Que sucede aquí? -preguntó de manera severa mientras clavaba su mirada en ella, observándola con suspicacia.

Rápidamente se escuchó la voz de Sarah mientras entraba por la puerta.
-Eh, ahora no te escondas, enseñaselo -dijo mientras posaba su mano en el hombro de su hija para incitarla a voltearse -tu hija ha decidido sacar su ira contra el hijo de la señora Wilson y no ha salido muy bien parada.

Chris se sorprendiendo abriendo los labios en un gesto de “O”, sin decir nada en un primer momento mientras ordenaba sus pensamientos. Solo concentraba en ella su severa mirada mientras analizaba la situación.

Su madre comenzó a moverse, alejándose en dirección al baño. Tal vez para dejarles unos momentos solas o simplemente para tomar lo necesario para hacer una cura. Lo importante es que le tocaba a Chris encargarse de la riña, si es que Sarah no lo había hecho ya.
-Espero que tengas una buena explicación, Kiara Ford. ¿Qué ha sucedido exactamente?
Le cuestionó con voz seria y autoritaria pero con cierto toque comprensivo, luego guardó silencio mientras esperaba que la pequeña le diera las explicaciones oportunas.

El universo conspiraba en mi contra o justo hoy era el día asignado para tener rachas de mala suerte. Apenas pude moverme cuando mamá se acercó a mí al notar mi vago intento de esconder mi cara lastimada, me tenían acorralado como un cervatillo asustado rodeado por cazadores, mamá no me dejaría ir ahora que estaba frente mío y no había forma de escapar a las reprimendas de papá aunque pusiera ojos de cachorro arrepentido que me salvaron más de una vez de los castigos. Miré a mamá de manera suplicante mientras negaba con la cabeza pero ella insistió, mi truco ya no tenía el mismo efecto de antes, no quería voltear y ver la cara de decepción de papá, fue suficiente con verla a ella en el trayecto a casa.

Respiré profundamente y giré despacio para mirarlo a los ojos, su expresión lo dijo todo, fue mucho más doloroso que el ardor de las heridas provocando que avergonzada bajara la mirada. Sentí a mamá irse dejándome sola con él, sus palabras me paralizaron y trague saliva sin ser capaz de responder a su pregunta. Y no, no era porque le tenía miedo, nunca lo tuve, no era como los otros niños que si temen de sus papás cuando están enojados con ellos; en mi caso era porque nunca me gustó verlo molesto por mi culpa, me hacía sentir tan mal —Yo…mmm…yo— no encontraba las palabras para describir lo que había pasado con la señora Wilson y su horrible hijo, sabía que no era mi culpa, al menos no del todo si no fui yo quien inició la pelea, yo me estaba defendiendo y sé que papá también haría los mismo si alguien lo trata mal.

—Yo... ro...rompí su nariz y...y tu..tuvo que ir al..al hospital urgente— dije entrecortado aguantando las ganas de llorar debido a la mezcla de emociones, estaba triste pero también estaba muy molesta conmigo —Lo siento, lo siento mucho, no era mi intención hacerle daño. Yo no peleo y sabes que es verdad, no me gusta golpear a otros niños— tomé el valor para volver alzar la mirada y soltar ese coraje que sentía cada vez que recordaba los actos de Cooper contra nosotras, pues su hermana  era su victima al igual que yo y mis intentos de defenderla resultaban objeto de burla —Me..me estaba defendiendo. Cooper es malo, siempre fue malo. Me insultaba, me tiraba del cabello y a Morgan la hacía llorar y su mamá nunca le dijo nada— y por su culpa la señora Wilson me incluía en su lista negra. Hice una pausa larga al percatarme de un liquido deslizándose por mi barbilla, de pronto había estado tensando los labios sin ser tan cuidadosa por lo que llevé una mano para cubrir la herida —¿Puedes llamar a mamá?

No le gustaba tener que regañar a su hija, pero la disciplina era importante y la situación parecía bastante seria. La actitud de Sarah lo dejaba bastante claro, y por si no fuera suficiente la propia Kiara mostraba una actitud temerosa bastante poco habitual en ella. Sin duda se había metido en un lío bastante serio.

Chris la observó de manera severa y tras su pregunta guardó total silencio dejando que ella contará su historia. Se notaba su nerviosismo y se atasco varias veces al comenzar a hablar, aunque Chris no hizo nada al respecto para apresurarla ni tampoco por calmarla, simplemente se mantuvo observando expectante. Su pequeña tenía que aprender a sobrellevar esas situaciones y saber hacerles frente.  

Algo que quedó claro cuando por fin pudo contarle la historia. Para Chris estaba bastante claro, la señora Wilson era una madre incompetente que había consentido demasiado a su crío logrando que este se convirtiera en el típico matón que molestaba a otros críos hasta que alguien terminaba partiéndole la cara. Algo que finalmente le había tocado hacer a Kiara. Realmente le molestaba mucho que ese niño hubiera molestado a Kiara y más si esa señora lo sabía pero no había hecho nada, verdaderamente tendría que intercambiar varias palabras muy seriamente con esa mujer. Siendo así le alegraba que Kiara le hubiera rompido la nariz a ese niño molesto, sin embargo si le preocupaba que la situación hubiera tenido que llegar a eso. Estaba confiado de que Kiara hubiera sacado el carácter familiar para parar en seco a ese tipo de calaña. Que hubiera tenido que explotar para hacer que ese niña la dejará de molestar.

-Comprendo -respondió Chris cuando ella terminó de hablar -así que ese niño es un abusón y os estuvo molestando a ti y a tu amiga. ¿Por cuánto tiempo, Kiara? Si me lo hubieras contado hace tiempo que hubiera tomado cartas en el asunto. Aunque más preocupante es que hayas dejado que ese niño te haya estado molestado hasta ahora. Debes aprender a defenderte, Kiara, y siendo posible sin romperle la nariz a nadie y mucho menos mandarlo al hospital.

Chris habló con seriedad mientras observaba a Kiara de manera directa, pero cuando ella le preguntó si podía llamar a Sarah, Chris suspiró profundamente mientras dirigía su vista a la herida de su hija. No le gustaba verla herida, mucho menos que eso solo fue el final de que la hubiera estado molestando un matón, a ella y a su amiga. Pobre niña tener a una madre como la señora Wilson no debía ser precisamente fácil.
-Ahora mismo -dijo con resignación mientras asistía con la cabeza, pero luego se acerco un poco más a Kiara para poder mirarla directamente a los ojos -pero no hemos acabado con esta conversación.

Le dijo mientras picaba a la puerta del baño para que Sarah pudiera salir y dejar que se ocupara de la herida de Kiara.

Al fin pude aclararme bien la garganta, me sentía mucho mejor tras explicarle lo ocurrido y las palabras de papá hicieron que mi mezcla de emociones disminuyera hasta casi desaparecer.  Si era verdad, tuve cientos de oportunidades para decirlo a papá o a mamá, pero no lo hice ¿y por qué no lo hice? Lo desconozco, obvio que para nada fue la intimidación de Cooper. Ese bruto no me daba miedo pero estoy muy segura que el muy bobo si se creía su cuento de que nos hacía temblar de terror con solo verlo.  Niño tonto, ojalá el golpazo haya acomodado su tonto cerebro.

Asentí a papá con la cabeza sin apartar la mirada de sus ojos, aunque ya no estaba ni triste ni enojada, todavía tenía esa incomoda sensación de malestar que me provocaba un nudo en la garganta y un extraño ardor de estómago, el ardor no era fuerte pero si muy molesto e hizo que involuntariamente llevara una mano a mi estómago para tranquilizarlo. Tragué saliva y procedí la limpiarme la sangre de mis labios con la palma de mi mano, espero que la herida no me impida comer y ojalá, muy ojalá, a papá se le vaya el enojo y vuelva a sonreírme, no me gustaría verlo con cara seria el resto de la noche, tampoco a mamá.

Papá fue a buscarla y yo me fui al comedor a la espera de mamá. Me senté al borde de la mesa pensando que así iba a facilitarle el trabajo de curarme, porque una vez la oí quejarse de estar inclinándose a cada momento cuando recogía unas cajas, pero mamá llegó al instante y me dijo que me bajara de la mesa que para eso se construyen las sillas – Uh, perdón– dije bajando de un brinco y sentándome en la silla más cercana, mamá dejó un frasco y unas gasas sobre la mesa y aproximó una silla para ella, quedando frente a mí.

–¿Cómo estás, pequeña? ¿Te parece si hablamos?– preguntó en un tono de voz más tranquilo, ya no tan serio como antes –¿Sigues enojada conmigo?–  a lo que ella respondió con una negativa, creo que después de todo el hablar con la señora Wilson le hizo saber quién tenía la culpa en todo este enredo y ese alguien no era yo. Comencé a decirle lo mismo que le dije a papá, como Cooper me molestaba a mí y a su hermana y se escudaba tras los mimos de su mamá. No había terminado la historia cuando mamá uso una mano para levantar mi barbilla con cuidado y acercar una gasa empapada en esa cosa. La sensación de ardor fue inmediata aunque soportable como para no desviar la cara a otro lado involuntariamente. Dejé que mamá terminara de tratar la herida y después me dijo que era libre de irme porque tenía unos asuntos que atender, me sorprendió al principió pensando que iba a prohibirme algo o mandarme a mi habitación como castigo, pero no lo hizo. Ella se fue del comedor con las cosas del botiquín y me dejó sola una vez más, estaba demasiado confundida.

Chris pico a la puerta del baño para que su esposa pudiera salir para cuidar a Kiara. Al volver, se la encontraron sentada encima de la mesa y Sarah tuvo que reñirla, adelantándose a que Chris lo hiciera.

Chris tomó asiento en otra de las sillas mientras Sarah curaba la herida de la pequeña. A Chris no le gustaba nada verla herida, menos aún le gustaba que un abusón hubiera estado molestándola hasta el punto de que ella perdió la paciencia y lo mandó al hospital. Al menos había sacado parte del carácter familiar y podía ser peligrosa si la hacían enojar. Pero eso de que se dejara mangonear por un abusón por a saber cuanto tiempo… definitivamente no le gustaba. Aunque tal vez la juzgaba con demasiada dureza, aún solo era una niña.

Lo que estaba claro es que debía tomar cartas en el asunto, una Ford no debía estar indefensa ante ese tipo de situaciones. Por eso se incorporó de su asiento en cuanto Sarah terminó su labor de curar a la pequeña.

No sin antes… seguir a Sarah al baño,  para rodearla por la cintura, voltearla y darle un apasionado beso que con gusto fue respondido por la pelirroja.
-Oh, ya era hora, guapeton, pensé que ya no me recibirías como es debido -le dijo con una sonrisa radiante tras haberse besado.
-¿Qué? ¿Y dejarte sin beso de bienvenida? ¡Nunca! -dijo respondiendo con la misma calidez que ella -aunque voy a tener que hacer algo con todo este asunto.
-Vale, pero no seas muy duro con ella. Esa señora Wilson es… sumamente irritante, seguro su hijo debe ser igual. Te lo juro… me puso de los nervios. Sí llega a ser antes… no hubiera respondido de mí misma.
-Cierto, antes a esa señora Wilson más le hubiera valido salir corriendo para no provocar tu ira -respondió Chris a modo de broma con una sonrisa divertida.
-Cierto, ¿Qué nos está pasando, Chris? Antes solíamos ser los irresponsables… -pregunta Sarah tomando una expresión reflexiva.
-¿Nos hacemos mayores? -pregunta Chris a modo de broma al mismo tiempo que alza los hombros con cierta indiferencia.
-¡Oye! Habla por ti -respondió Sarah con una expresión falsamente ofendida -Yo sigo igual de bien que siempre...  y cuando quieras te lo demuestro.
Tras esto Sarah volvió a besarlo y Chris le correspondió, comenzaron a acariciarse dejándose llevar por la pasión por unos momentos. Pero Chris tuvo que apartarse recuperando la cabeza recordando que su hija no estaba muy lejos.
-Será mejor que vaya a encargarme de Kiara antes de que… ya sabes… se termine escabullendo.

Dijo con cierta voz cortada antes de salir del baño para dirigirse de nuevo al comedor, donde esperaba encontrar a Kiara.
-Bien, señorita Ford, será mejor que me acompañe. Como te dije no habíamos acabado.
Dijo con seriedad mientras comienza a tomar camino hacia el jardín donde se giro para voltearse hacia por donde debía seguirlo la pequeña.
-Bien, Kiara ¿sabes porque te he traído aquí? -le pregunto más con el estilo de voz que solía usar como capitán de los S.T.A.R.S. que del padre cariñoso que solía mostrarse en casa -te he traído porque no puedo tener a una hija indefensa vulnerable ante cualquier matón. Como te dije debes aprender a defenderte. Empezando desde ahora.