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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Una luz que se apagó [Alice S.]
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Una luz que se apagó [Alice S.]
por Carmen Ruiz Sáb 16 Dic 2023, 17:23
Soleado - 12 º C - California - 02 de mayo de 2016 - B.S.O.
Carmen fue velozmente a por sus cosas, no se fiaba después de lo que habían escuchado. ¿Disparos? Eso quería decir que había gente cerca. Capi la seguía cauteloso, se sacudía de vez en cuando y se quedaba muy quieto como tratando de prestar atención al más mínimo ruido. Alice había ido en la dirección de los ruidos. Pero se desviaron cuando ella fue a recoger las botas y la mochila.
Tiritaba, la temperatura era templada, más bien fría, pero ir chorreando no ayudaba a nada. Una vez que tuvo las botas puestas y que se colgó la mochila al hombro, Carmen salió corriendo en dirección a Alice, seguida Capi que se aguantaba las ganas de correr más por no adelantarla.
— No se ha vuelto a escuchar nada, ¿será tarde? — observó el bosque, los árboles y como se perdía el horizonte entre la frondosa vegetación. Nada fuera de lo normal, de hecho no se observaba ni un solo zombie.
— ¿Sería esta dirección? — añadió. Su rostro era serio, miró a su alrededor, el lago que quedaba atrás, los bosques en la costa contraria... el eco en aquel lugar era tal, que posiblemente el ruido no viniese de hacia donde habían ido, por mucho que cualquiera pudiera escucharlo. Silencio. Ese silencio tampoco ayudaba ahora a localizar el lugar de procedencia.
Carmen se agachó junto a Capi y acarició su rostro.
— Buen chico — le decía mientras rascaba detrás de sus orejas. — Alice, Capi y yo nos vamos a ir, esto no nos interesa — no había tardado mucho en decidirlo. Ya que... por mucho que su sentido del deber aún le pesara... se había jugado demasiadas veces el culo como para seguir apostando por la gente. Y aunque se sentía culpable e incluso hasta cobarde ya había tomado una decisión. Se puso en pie. — Esto no me gusta y debo hacer más caso a mi intuición — explicó. — Espero que te vaya bien — dijo a modo de despedida. Con un suave silbido le indicó a Capi que debía seguirla.
Tiritaba, la temperatura era templada, más bien fría, pero ir chorreando no ayudaba a nada. Una vez que tuvo las botas puestas y que se colgó la mochila al hombro, Carmen salió corriendo en dirección a Alice, seguida Capi que se aguantaba las ganas de correr más por no adelantarla.
— No se ha vuelto a escuchar nada, ¿será tarde? — observó el bosque, los árboles y como se perdía el horizonte entre la frondosa vegetación. Nada fuera de lo normal, de hecho no se observaba ni un solo zombie.
— ¿Sería esta dirección? — añadió. Su rostro era serio, miró a su alrededor, el lago que quedaba atrás, los bosques en la costa contraria... el eco en aquel lugar era tal, que posiblemente el ruido no viniese de hacia donde habían ido, por mucho que cualquiera pudiera escucharlo. Silencio. Ese silencio tampoco ayudaba ahora a localizar el lugar de procedencia.
Carmen se agachó junto a Capi y acarició su rostro.
— Buen chico — le decía mientras rascaba detrás de sus orejas. — Alice, Capi y yo nos vamos a ir, esto no nos interesa — no había tardado mucho en decidirlo. Ya que... por mucho que su sentido del deber aún le pesara... se había jugado demasiadas veces el culo como para seguir apostando por la gente. Y aunque se sentía culpable e incluso hasta cobarde ya había tomado una decisión. Se puso en pie. — Esto no me gusta y debo hacer más caso a mi intuición — explicó. — Espero que te vaya bien — dijo a modo de despedida. Con un suave silbido le indicó a Capi que debía seguirla.
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Re: Una luz que se apagó [Alice S.]
por Alice Stephens Sáb 23 Dic 2023, 12:29
- Mierda - se quejó Alice. - Hay demasiado eco - esperó unos segundos, atenta por si se escuchaba algún que otro ruido más, pero no fue así. - Igual ya es tarde, sí - suspiró y se giró hacia la mujer. - ¿Te vas... os vais? - corrigió al ver al perro.
- ¡Esperad! - exclamó tras ellos. - En la casa había una chimenea y leña, podríamos encenderla, no os recomiendo que sigáis por ahí chorreando, vais a enfermar - se mordió el labio pensativa. ¡No! Era buena gente, la mujer la había salvado. Y el perro era un perro... frunció el ceño. - ¿Qué menos después de salvarme, no? De no ser por ti estaría seguramente en la profundidades del lago - lo que le recordaba la mujer a Cora hasta le dolió. Se quedó allí observando sus rasgos a la espera de una respuesta.
- Por cierto antes... dijiste que... tu inglés no es el mejor... ¿De dónde eres? - dudó de la pregunta, de si hacerla o no, pero lo recordó con curiosidad al realizar comparaciones con Cora mentalmente. No podía evitar pensar en si su amiga seguiría viva o no. Alice tiritaba ligeramente, apenas habían podido secarse.
- Venga, volvamos a la barca, los tres, iremos a la isla y descansaremos un poco, nos vendrá bien entrar en calor - hasta la voz le tembló, les hizo un gesto con la cabeza y comenzó a camina hacia la orilla, donde habían dejado el pequeño bote. Miró una última vez hacia los árboles. ¿Qué habría pasado, estaría bien quien fuera que hubiese disparado? Ya parecía que no lo sabrían.
- ¡Esperad! - exclamó tras ellos. - En la casa había una chimenea y leña, podríamos encenderla, no os recomiendo que sigáis por ahí chorreando, vais a enfermar - se mordió el labio pensativa. ¡No! Era buena gente, la mujer la había salvado. Y el perro era un perro... frunció el ceño. - ¿Qué menos después de salvarme, no? De no ser por ti estaría seguramente en la profundidades del lago - lo que le recordaba la mujer a Cora hasta le dolió. Se quedó allí observando sus rasgos a la espera de una respuesta.
- Por cierto antes... dijiste que... tu inglés no es el mejor... ¿De dónde eres? - dudó de la pregunta, de si hacerla o no, pero lo recordó con curiosidad al realizar comparaciones con Cora mentalmente. No podía evitar pensar en si su amiga seguiría viva o no. Alice tiritaba ligeramente, apenas habían podido secarse.
- Venga, volvamos a la barca, los tres, iremos a la isla y descansaremos un poco, nos vendrá bien entrar en calor - hasta la voz le tembló, les hizo un gesto con la cabeza y comenzó a camina hacia la orilla, donde habían dejado el pequeño bote. Miró una última vez hacia los árboles. ¿Qué habría pasado, estaría bien quien fuera que hubiese disparado? Ya parecía que no lo sabrían.
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Re: Una luz que se apagó [Alice S.]
por Carmen Ruiz Mar 26 Dic 2023, 18:44
Soleado - 12 º C - California - 02 de mayo de 2016 - B.S.O.
Carmen se detuvo un instante y se giró hacia Alice. La observó allí tiritando, Capi se acercó a ella y le olisqueó los pies. ¿Se fiaba de la opinión del perro? Así era, y él se mostró tranquilo, hasta algo alegre moviendo la cola.
— Pues... — empezó a decir. Pero no siguió, escuchó sus palabras con atención y pensó con calma si aquello le parecía buena idea o no. Y aunque al principio se había mostrado recelosa con la situación que envolvía a la mujer, al final asintió. — Está bien — volvió en la dirección de Alice para ir hacia la barca. Aseguró las correas de su mochila entorno a la cintura y se dirigió hacia la orilla.
— ¿Tú te fías? — le susurró solo al perro y en español. Capi avanzaba a su lado como si nada. — Oh está bien, pero como pase algo será culpa tuya — añadió en voz muy baja, solo para él, como si de verdad mantuvieran una conversación y además en español, para asegurarse de que la morena no se enteraba.
— Soy de España, estaba aquí de viaje cuando empezó toda esta mierda — fue explicando hasta que llegó a la orilla. Se agachó sobre la barca y dejó caer sus cosas dentro. Cuando pensó en la idea de la chimenea que Alice le había prometido tiritó hasta con más fuerza. — Voy a empujarla un poco y nos subimos — y así hizo. Le dio la señal a Capi para que subiera, el perro lo hizo de un salto y sin mojarse. Carmen trató de hacer lo mismo y más o menos lo hizo. Estiró su mano a la morena para ayudarla. De reojo observó la pequeña isla, lo cierto era que se trataba de un lugar seguro en el que refugiarse. ¿Qué zombies llegarían hasta allí? ¿los de las profundidades del lago...? Y una pinzad de preocupación la invadió al imaginarse decenas de cuerpos putrefactos por el agua y el paso del tiempo, ascender por las orillas.
— ¿Tú eras de por aquí? — añadió al rato, cuando ya empezaba a remar.
— Pues... — empezó a decir. Pero no siguió, escuchó sus palabras con atención y pensó con calma si aquello le parecía buena idea o no. Y aunque al principio se había mostrado recelosa con la situación que envolvía a la mujer, al final asintió. — Está bien — volvió en la dirección de Alice para ir hacia la barca. Aseguró las correas de su mochila entorno a la cintura y se dirigió hacia la orilla.
— ¿Tú te fías? — le susurró solo al perro y en español. Capi avanzaba a su lado como si nada. — Oh está bien, pero como pase algo será culpa tuya — añadió en voz muy baja, solo para él, como si de verdad mantuvieran una conversación y además en español, para asegurarse de que la morena no se enteraba.
— Soy de España, estaba aquí de viaje cuando empezó toda esta mierda — fue explicando hasta que llegó a la orilla. Se agachó sobre la barca y dejó caer sus cosas dentro. Cuando pensó en la idea de la chimenea que Alice le había prometido tiritó hasta con más fuerza. — Voy a empujarla un poco y nos subimos — y así hizo. Le dio la señal a Capi para que subiera, el perro lo hizo de un salto y sin mojarse. Carmen trató de hacer lo mismo y más o menos lo hizo. Estiró su mano a la morena para ayudarla. De reojo observó la pequeña isla, lo cierto era que se trataba de un lugar seguro en el que refugiarse. ¿Qué zombies llegarían hasta allí? ¿los de las profundidades del lago...? Y una pinzad de preocupación la invadió al imaginarse decenas de cuerpos putrefactos por el agua y el paso del tiempo, ascender por las orillas.
— ¿Tú eras de por aquí? — añadió al rato, cuando ya empezaba a remar.
Re: Una luz que se apagó [Alice S.]
por Alice Stephens Miér 14 Feb 2024, 21:09
- Estás muy lejos de casa - comentó sorprendida. Alice se subió a la barca y ayudó luego a la mujer. Tras que ella empujase la pequeña embarcación. Sujetó ambos remos y comenzó a remar en dirección a la pequeña Isla.
- Raccoon City, queda un poco lejos - con la mirada puesta en el horizonte no dijo nada más. Desconocía si conocería la historia sobre su antigua ciudad, pero tampoco le apetecía hablar de ello. - Debió de pertenecer a una familia rica - comentó con la vista ahora fija en la isla.
Alice siguió remando durante un rato, no con tanta velocidad como antes y llegaron finalmente.
- Por aquí - señaló unas escaleras de piedra que ascendían hacia la vivienda. La mujer fue delante hacia la antigua casa, solo pensaba en la idea de encender el fuego y descansar un poco. Estaba tiritando de frío, tanto que ya lo estaba pasando bastante mal.
Al menos, ya no olía tan mal a cerrado, había dejado las ventanas abiertas y se notaba mejor el ambiente. Se acercó a cerrarlas y a la chimenea posteriormente, a su lado había un par de troncos que echó.
- Hay una caja de cerillas aquí, vamos a probar si enciende - rascó el lateral de la caja con el bastoncillo de madera y lo colocó bajo los troncos, pero este se apagó sin hacer nada. Alice resopló. - Mierda - se quejó.
- Raccoon City, queda un poco lejos - con la mirada puesta en el horizonte no dijo nada más. Desconocía si conocería la historia sobre su antigua ciudad, pero tampoco le apetecía hablar de ello. - Debió de pertenecer a una familia rica - comentó con la vista ahora fija en la isla.
Alice siguió remando durante un rato, no con tanta velocidad como antes y llegaron finalmente.
- Por aquí - señaló unas escaleras de piedra que ascendían hacia la vivienda. La mujer fue delante hacia la antigua casa, solo pensaba en la idea de encender el fuego y descansar un poco. Estaba tiritando de frío, tanto que ya lo estaba pasando bastante mal.
Al menos, ya no olía tan mal a cerrado, había dejado las ventanas abiertas y se notaba mejor el ambiente. Se acercó a cerrarlas y a la chimenea posteriormente, a su lado había un par de troncos que echó.
- Hay una caja de cerillas aquí, vamos a probar si enciende - rascó el lateral de la caja con el bastoncillo de madera y lo colocó bajo los troncos, pero este se apagó sin hacer nada. Alice resopló. - Mierda - se quejó.
Re: Una luz que se apagó [Alice S.]
por Carmen Ruiz Jue 29 Feb 2024, 19:46
Soleado - 12 º C - California - 02 de mayo de 2016 - B.S.O.
Para Carmen su hogar seguía intacto. Por eso no había regresado a España, aunque muchas veces se lo había planteado. ¿Qué encontraría a parte de caos y destrucción? Por ello no regresaba, ¿para qué? Estaba bien recordarlo como era en antaño, y creer que todo seguía igual y que simplemente estaba atrapada en una pesadilla de la que no podía salir.
— Eso parece, tampoco les sirvió de mucho — suspiró. Cuando llegaron a la casa, Capi se acomodó al ver que ellas parecían organizarse. — ¿Pruebo yo? — se fue acercando poco a poco. No quedaban muchas cerillas y sus manos temblaban a causa del frío. Les iba a costar entrar en calor, de hecho, menos mal que había decidido quedarse con Alice. Porque se hubiera arrepentido, esperaba no acabar haciéndolo.
— Ojalá tener un mechero... siento que el destino está en mis manos — rio en silencio. Sujetó las cerillas y con mucho cuidado tomó una, la cual arrastró por el lateral de la caja, el fuego se encendió y con mucho tacto acercó la cerilla a unos papeles que había colocado bajo los troncos para encenderlos. Estos empezaron a consumirse por las llamas, creando un fuego que empezó a rodear los troncos y poco a poco parecía cobrar vida todo.
— Menos mal, mira Capi, parece que estaremos a gusto durante un rato — se acercó al animal para acariciarlo, el pobre estaba chorreando también.
— Voy a intentar secarlo también, ¿no habrá ropa por ahí que...? No sé si me queda algo en mi mochila — Carmen se puso a frotar a Capi con la toalla, el perro se mostraba contento porque era como si lo estuviese acariciando mucho y eso a él le fascinaba. Luego se acercó a su mochila para sacar sus cosas y buscar algo de ropa limpia, pero solo le quedaba una sudadera, aprovechó para quitarse la parte de arriba mojada y cambiarse por esa, aunque estaba aún congelada fue un gran alivio.
— Eso parece, tampoco les sirvió de mucho — suspiró. Cuando llegaron a la casa, Capi se acomodó al ver que ellas parecían organizarse. — ¿Pruebo yo? — se fue acercando poco a poco. No quedaban muchas cerillas y sus manos temblaban a causa del frío. Les iba a costar entrar en calor, de hecho, menos mal que había decidido quedarse con Alice. Porque se hubiera arrepentido, esperaba no acabar haciéndolo.
— Ojalá tener un mechero... siento que el destino está en mis manos — rio en silencio. Sujetó las cerillas y con mucho cuidado tomó una, la cual arrastró por el lateral de la caja, el fuego se encendió y con mucho tacto acercó la cerilla a unos papeles que había colocado bajo los troncos para encenderlos. Estos empezaron a consumirse por las llamas, creando un fuego que empezó a rodear los troncos y poco a poco parecía cobrar vida todo.
— Menos mal, mira Capi, parece que estaremos a gusto durante un rato — se acercó al animal para acariciarlo, el pobre estaba chorreando también.
— Voy a intentar secarlo también, ¿no habrá ropa por ahí que...? No sé si me queda algo en mi mochila — Carmen se puso a frotar a Capi con la toalla, el perro se mostraba contento porque era como si lo estuviese acariciando mucho y eso a él le fascinaba. Luego se acercó a su mochila para sacar sus cosas y buscar algo de ropa limpia, pero solo le quedaba una sudadera, aprovechó para quitarse la parte de arriba mojada y cambiarse por esa, aunque estaba aún congelada fue un gran alivio.
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