Tiempo pasado [D Leah]

Nevada

19 de abril de 2012

Ni si quiera sé por dónde empezar.

Mi nombre es Leah Hadley y he pedido este cuaderno y bolígrafo para tal vez conservar la poca de cordura que me queda. Llevo 47 días encerrada... Umbrella me ha secuestrado. Ni sé qué quieren de mi o si quieren algo... tal vez mantenerme alejada. He visto a muchos llegar y marcharse, pero yo por alguna razón sigo aquí.

En frente hay una chica, está gritando, lo veo por el rabillo del ojo, golpea el cristal y trata de llamar mi atención, yo fui así también durante los primeros días y ahora entiendo por qué nadie me hizo caso. Todos sabían que no merecía la pena, que tarde o temprano uno iba a morir y era mejor ignorar.

Nevada

03 de mayo de 2013

No sé cómo empezar esto. Ni siquiera estoy segura de querer escribir, pero necesito hacerlo. Necesito poner en palabras lo que siento, aunque no sé si alguna vez seré capaz de entenderlo del todo.

Todo ocurrió tan rápido. Pensé que era mi oportunidad, la oportunidad. Después de meses, después de lo que pareció una eternidad encerrada, las puertas se abrieron. Pude sentir el aire del pasillo, ver a otras personas, escuchar sus voces. Era lo que había deseado desde el primer día que llegué aquí. Pero... no fue como lo había imaginado.

Intenté escapar. Intenté luchar. Quiero pensar que hice todo lo que pude, pero al final, estoy de vuelta aquí. En esta celda. En este agujero. Es como si todo lo que había logrado hasta ahora, todo el esfuerzo, todo el entrenamiento, no hubiera servido para nada.

No puedo dejar de pensar en los dos hombres que estaban conmigo. El primero... lo vi caer. Lo vi morir delante de mí. Y el otro... no sé dónde está, pero no puedo sacarme de la cabeza su herida, la forma en que se tambaleaba. ¿Habrá sobrevivido? ¿O también está muerto? ¿Qué sentido tiene todo esto si, al final, siempre terminamos cayendo?

Y luego están mis libros. Mi única compañía durante todo este tiempo. Se han llevado todos, como si quisieran borrar cualquier rastro de lo que me había mantenido cuerda. Ahora, esta celda se siente más vacía que nunca.

Hoy me he pasado horas mirando el cristal, esperando ver algo, cualquier cosa. Pero no hay nada. Solo el silencio y el vacío. Ni siquiera tengo fuerzas para entrenar. ¿De qué serviría? Ya no estoy segura de si realmente hay una salida de este lugar.

Anoche, cuando desperté después del golpe, lo primero que sentí fue el frío del suelo. Y luego el dolor. Pero lo peor fue la sensación de derrota. No puedo dejar de revivir ese momento, la forma en que todo se desmoronó.

Siempre me decía a mí misma que estaba lista, que si llegaba el momento, encontraría la forma de escapar. Pero la verdad es que no lo estaba. No lo estoy. Y ahora siento que me estoy hundiendo, como si esta celda fuera un pozo sin fondo que no puedo escalar.

Echo de menos a Aaron. Echo de menos a mi hermano. Echo de menos todo lo que tenía antes. Solo quiero que alguien me diga que esto no es real, que todo es un mal sueño y que voy a despertar en casa, con ellos. Pero sé que no va a pasar. Esto es real. Y estoy completamente sola.

No sé cuánto más puedo aguantar. Estoy cansada. Cansada de luchar, de esperar, de soñar con algo mejor que nunca llega. Hoy solo quiero cerrar los ojos y olvidar que estoy aquí.

Quizás mañana me sienta diferente. Quizás mañana encuentre algo, aunque sea pequeño, que me dé una razón para seguir. Pero hoy... hoy solo quiero desaparecer.

Nevada

07 de mayo de 2013

Han pasado unos días desde el desastre. Es difícil poner en palabras cómo me siento ahora. Creo que la palabra que mejor lo describe es vacía. No estoy segura de si es por lo que pasó, por lo que vi, o por todo lo que he perdido.

El dolor de la derrota sigue ahí, como una sombra que no me deja respirar del todo. Cada vez que cierro los ojos, veo los rostros de esos dos hombres. El primero... no puedo borrar la imagen de su cuerpo desplomándose, la sangre manchando el suelo blanco. Y el segundo... no sé si sigue vivo o si lo han llevado a algún otro lugar. Me siento responsable, aunque sé que no tiene sentido. ¿Qué podría haber hecho yo?

Mis libros se han ido. Ni uno solo queda en la estantería. Es como si Umbrella quisiera castigarme por intentarlo, borrar cualquier rastro de esperanza que me quedara. Y, de alguna forma, casi lo han conseguido. He pasado horas mirando la pared, incapaz de moverme. La rutina que antes me mantenía cuerda ahora parece insignificante, como si ya no tuviera propósito.

Pero algo dentro de mí se niega a rendirse del todo. No sé si es una chispa de esperanza o simplemente terquedad, pero está ahí, insistiendo. Me he obligado a caminar por la celda, aunque sea solo eso. Un pie delante del otro, un paso, luego otro. Es poco, pero al menos es algo.

Hoy he intentado recordar los libros que leí. He repasado las historias en mi cabeza, las lecciones que me enseñaron. Uno de ellos hablaba de cómo los seres humanos son capaces de superar cualquier cosa, incluso cuando todo parece perdido. Quiero creer que eso es cierto, aunque ahora mismo no lo sienta.

El cristal sigue siendo mi única conexión con el exterior. He pasado horas observándolo, esperando ver algo, cualquier cosa. Pero el pasillo está tan vacío como siempre. Es como si Umbrella hubiera borrado todo rastro del caos de la otra noche, como si nada hubiera pasado.

A pesar de todo, sé que no puedo permitirme caer más. Lo intenté y fallé, pero eso no significa que se haya acabado. Todavía estoy aquí, todavía respiro. Y mientras lo haga, tengo que encontrar una manera de seguir adelante, de mantenerme fuerte.

No sé cuánto tiempo más estaré encerrada en este lugar. No sé si alguna vez volveré a tener una oportunidad como la de la otra noche. Pero si llega ese momento, quiero estar preparada. No puedo dejar que este lugar me rompa, por más que lo intente.

Por ahora, todo lo que puedo hacer es seguir caminando, un paso a la vez, hasta que encuentre mi camino de salida. Porque rendirme nunca ha sido una opción. Y no lo será.