A la caza del tesoro || K. Hyde

por **Thea Grayson** Miér 23 Feb 2022, 17:17

Recuerdo del primer mensaje :

A la caza del tesoro

10/05/16 ▬ KANSAS ▬ 08:22 HR. ▬ NUBLADO ▬ B.S.O.

Solo se escuchaba el sonido de la carretera y Carry on wayward son de Kansas en el radiocasette de la van.

- Igual debimos pedirles a Maze y Dallas que nos acompañasen... - comenté mientras hacía girar el volante de la furgo. Kyle y yo habíamos salido aquella mañana para acercarnos a un polígono industrial. Tras unos días investigando en nuestra montaña de mapas de carretera descubrimos que había una zona de almacenes a las afueras de una ciudad, no muy grande. Un lugar en el que varias empresas tenían un sin fin de edificios, desde cadenas alimentarias, hasta muebles, textiles... por lo que creímos que sería un buen lugar al que acercarse. Yo conducía y en esta ocasión Kyle revisaba mis viejos mapas, ya que él se encargaba de las búsquedas. Resultaba agradable, que para variar fuera otra persona quien realizase aquella tarea, y más para que Dallas dejase de decirme que era una obsesa de los mapas. - O bueno, igual no, nosotros nos apañamos, ¿no? - le miré de reojo. - Perdona, hace mucho tiempo que no hago esto y... estoy algo nerviosa, la verdad - con mi izquierda me rasqué la frente. Kyle no llevaba mucho tiempo con nosotros, pero resultaba ser una persona que estaba ayudando muchísimo en el refugio. Sus conocimientos eran muy importantes.

- Últimamente nos hemos dedicado más que nada a poner al día Arcadia y... - suspiré. Cuando encontramos aquel lugar encontramos bastantes latas y cosas que fuimos utilizando, olvidándonos de reabastecernos. Lo sabía, había sido un gran error por nuestra parte, pero siendo tan pocos creímos que esas cosas podrían esperar.

Fui frenando poco a poco conforme los edificios comenzaron a aparecer. Reduje la velocidad y nos adentramos por un camino secundario para llegar hasta la entrada de la zona de almacenes, cercada por una alambrada. La única entrada era a través de un hueco cerrado por la típica barra que se controlaba desde la garita de seguridad. Detuve el vehículo y tras ver que no había zombies en los alrededores bajé. El frío de la mañana era horrible, ya estábamos en invierno y se notaba, el verano había pasado casi sin que me diera cuenta.

- ¿Se podrá subir manualmente? - ya que dudaba que la probabilidad de que hubiera electricidad era mínima. - Todo esto está muy tranquilo, ¿no? Demasiado diría yo... - aunque pudiera parecer algo bueno, por experiencia solía acabar siendo un fastidio. Me acerqué a la garita rezando porque el guardia no siguiera allí. Al encontrarla vacía suspiré aliviada. La puerta estaba abierta y pese a la cantidad de polvo y el olor a cerrado, todo estaba muy bien. Localicé en uno de los cajones y enorme llavero con mil una llaves y sus respectivas etiquetas que decidí llevarme y después fui hacia la barra de seguridad, para tratar de levantarla. Le hice entonces una señal a Kyle para que llevase la furgo al interior.

- Estoy segura - mi sonrisa fue agradable, porque resultó confortante tener a alguien que se preocupara por mi. Estaba Dallas, pero Dallas era demasiado paranoica y exagerada a veces, yo me entendía. Ella solía preocuparse por mi por todo.

- Déjame ver a mi - me agaché junto a la cerradura, primero para echar un vistazo. - Uff... Esta parece más robusta que la de antes -
la observé bien, para tratar de no meter la pata. - Tengo que ir con cuidado, si lo rompo... no podremos hacer nada - comencé a tratar de forzar la cerradura con el rudimentario e improvisado equipo que teníamos. Pero, por más que estaba teniendo mucho cuidado el hierro se partió dentro de la cerradura.

- ¡Mierda! - exclamé, ya no había manera. Me puse en pie. - Ya sí que no puedo hacer nada - nos habíamos quedado sin la improvisada ganzúa y la cerradura se había quedado inservible, no pude evitar reírme mientras me llevaba una mano a la frente. - Lo que más rabia me da es que seguro que es un buen sitio, aunque si lo hubiésemos logrado... seguro que no encontrábamos nada interesante - me crucé de brazos observando el almacén. - ¿Qué podemos hacer ahora? - fruncí los labios pensativa, tratando de buscar otras opciones, pero la herida y el cansancio comenzaron a pesar mucho más y mi mente no quería trabajar.