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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Lunes X de X año 2016.
Condado de Queen Anne a menos de 1 día en coche de Kingstown.
No ha dejado de conducir, desde hace horas, la noche ya a punto de caer le hace pensar que lo mejor sería parar por un tiempo, al menos para pasar la noche, no es que esté cansado, sino por prudencia.
El volante gira bastante suave en el cruce, se nota que va por las afueras, apenas se ha encontrado zombies por ahí, pero claro que los hay, no parece que jamás nadie se vaya a librar de ellos, tampoco parece importarle mucho.
Para de nuevo y vuelve a mirar la foto que le han dado, es solo el rostro de una mujer, pero para él es mucho más, es el recuerdo, la memoria de aquellos que merecen tenerla, no tiene una foto de todos y cada uno de ellos pero eso no importa, solo con ver el rostro de esa mujer sabe que tiene que hacerlo.
No hay mayor recompensa que la que tiene delante, poder hacer lo correcto, lo que otros no pueden.
No hay dinero, armas ni castillos que puedan pagar sus servicios, todos lo saben bien en El enclave de mercenarios, la gran mayoría de ellos antes de marcharse se despidieron de él como si jamás lo fueran a volver a ver, algo a lo que él ya está acostumbrado y es cierto que puede que no regrese pero que importa a estas alturas? Sabe que con este encargo que ha aceptado, lo logre o no, será recordado para siempre, pero lo hace realmente por eso? Es algo que él mismo se cuestiona, en la oscuridad de las afueras, entre cabañas y camino de tierra, entre historias perdidas y los recuerdos de los muertos.
-Soy alguien de buen corazón con una personalidad cálida no?...-Niega con la cabeza y se frota la cara, se sujeta el puente de la nariz con los dedos, le duele la cabeza, así que se toma una de las pastillas que tiene por ahí y da un trago de agua.
-De impenetrable armadura pero incapaz de girar la mirada cuando se necesita ayuda eh Jerry?...-Suspira con fuerza, hacía mucho tiempo que no estaba nervioso, pero aun así, eso no le va a llevar a ningún lado por lo que finalmente aparca el coche cerca de una cabaña en mitad del bosque, es bastante pequeña y hace rato que dejó atrás el pequeño pueblo abandonado, por lo que para él suena a un lugar en el que de momento nadie le molestará.
Aparca el vehículo y termina apagando el motor, se recuesta en su espacioso asiento, echando de menos su viejo coche, pero no la comodidad que tiene en este.
Se frota de nuevo la cara y se guarda la foto en el chaleco. Abre la puerta y baja de un salto al suelo, no es uno muy grande pero lo suficiente para obligarle a tomar tal acción si no quiere bajar despacio.
Va hasta atrás y abre la puerta de la camioneta, abre la persiana de acero por arriba y empieza a organizar sus cosas, a contar la munición y realizarle el mantenimiento a las armas.
Sobre la puerta abierta deja encendida la radio, con algo de música de fondo para que le haga compañía, por esa parte del país hace mucho frío y mira a su alrededor, por la zona en la que está deberá protegerse del frío si quiere sobrevivir, hay mucha humedad.
"Desde luego no puedo decir que esté falto de material, será mejor organizarlo todo..."Piensa mientras observa todo lo que hay.
Mira a la cabaña después y toma la pistola y su linterna para acercarse a esta y con la luz encendida, abre la puerta despacio, con un crujido, puede ver el interior, es un lugar modesto y aunque hay bastante polvo no parece que la humedad y el moho lo hayan devorado, quien la construyó sabía lo que hacía.
De vuelta al coche termina de ordenar las armas, y rellena los cargadores con la munición que tiene, toda preparación es poca.
Se sienta en la silla que hay en el pequeño porche para acercarse la mesa y empieza a desmontar, limpiar y lubricar las pistolas.
Se enciende un cigarro y por un instante disfruta de la naturaleza que le rodea, antes de seguir.
-No soy un tipo que sepa ser sutil verdad?...-Se le escapa una risilla, pues sabe que para este encargo no va a poder entrar por la puerta principal a tiro limpio, no, va a tener que infiltrarse y elaborar un plan para después salir, no obstante parece que el reto le da la motivación que le faltaba, echaba de menos un reto grande de verdad y se le nota por como con una sonrisa le hace el correspondiente mantenimiento a sus armas.
Sabe que pasará ahí la noche y por la mañana se marchará, no es más que otro refugio que va a improvisar, marcar en el mapa y seguir su camino, sin embargo algo le hace sentir que ese lugar es especial, así que antes de meterse en el coche a dormir la revisará bien.
Como siempre, parece que la soledad de la noche es su única compañera, no se arrepiente ni enorgullece de nada, simplemente sonríe mirando al cielo estrellado, agradecido por estar vivo y poder marcar la diferencia una vez más.
Condado de Queen Anne a menos de 1 día en coche de Kingstown.
Soundtrack
No ha dejado de conducir, desde hace horas, la noche ya a punto de caer le hace pensar que lo mejor sería parar por un tiempo, al menos para pasar la noche, no es que esté cansado, sino por prudencia.
El volante gira bastante suave en el cruce, se nota que va por las afueras, apenas se ha encontrado zombies por ahí, pero claro que los hay, no parece que jamás nadie se vaya a librar de ellos, tampoco parece importarle mucho.
- Spoiler:
Para de nuevo y vuelve a mirar la foto que le han dado, es solo el rostro de una mujer, pero para él es mucho más, es el recuerdo, la memoria de aquellos que merecen tenerla, no tiene una foto de todos y cada uno de ellos pero eso no importa, solo con ver el rostro de esa mujer sabe que tiene que hacerlo.
No hay mayor recompensa que la que tiene delante, poder hacer lo correcto, lo que otros no pueden.
No hay dinero, armas ni castillos que puedan pagar sus servicios, todos lo saben bien en El enclave de mercenarios, la gran mayoría de ellos antes de marcharse se despidieron de él como si jamás lo fueran a volver a ver, algo a lo que él ya está acostumbrado y es cierto que puede que no regrese pero que importa a estas alturas? Sabe que con este encargo que ha aceptado, lo logre o no, será recordado para siempre, pero lo hace realmente por eso? Es algo que él mismo se cuestiona, en la oscuridad de las afueras, entre cabañas y camino de tierra, entre historias perdidas y los recuerdos de los muertos.
-Soy alguien de buen corazón con una personalidad cálida no?...-Niega con la cabeza y se frota la cara, se sujeta el puente de la nariz con los dedos, le duele la cabeza, así que se toma una de las pastillas que tiene por ahí y da un trago de agua.
-De impenetrable armadura pero incapaz de girar la mirada cuando se necesita ayuda eh Jerry?...-Suspira con fuerza, hacía mucho tiempo que no estaba nervioso, pero aun así, eso no le va a llevar a ningún lado por lo que finalmente aparca el coche cerca de una cabaña en mitad del bosque, es bastante pequeña y hace rato que dejó atrás el pequeño pueblo abandonado, por lo que para él suena a un lugar en el que de momento nadie le molestará.
Aparca el vehículo y termina apagando el motor, se recuesta en su espacioso asiento, echando de menos su viejo coche, pero no la comodidad que tiene en este.
Se frota de nuevo la cara y se guarda la foto en el chaleco. Abre la puerta y baja de un salto al suelo, no es uno muy grande pero lo suficiente para obligarle a tomar tal acción si no quiere bajar despacio.
Va hasta atrás y abre la puerta de la camioneta, abre la persiana de acero por arriba y empieza a organizar sus cosas, a contar la munición y realizarle el mantenimiento a las armas.
Sobre la puerta abierta deja encendida la radio, con algo de música de fondo para que le haga compañía, por esa parte del país hace mucho frío y mira a su alrededor, por la zona en la que está deberá protegerse del frío si quiere sobrevivir, hay mucha humedad.
"Desde luego no puedo decir que esté falto de material, será mejor organizarlo todo..."Piensa mientras observa todo lo que hay.
Mira a la cabaña después y toma la pistola y su linterna para acercarse a esta y con la luz encendida, abre la puerta despacio, con un crujido, puede ver el interior, es un lugar modesto y aunque hay bastante polvo no parece que la humedad y el moho lo hayan devorado, quien la construyó sabía lo que hacía.
De vuelta al coche termina de ordenar las armas, y rellena los cargadores con la munición que tiene, toda preparación es poca.
Se sienta en la silla que hay en el pequeño porche para acercarse la mesa y empieza a desmontar, limpiar y lubricar las pistolas.
Se enciende un cigarro y por un instante disfruta de la naturaleza que le rodea, antes de seguir.
-No soy un tipo que sepa ser sutil verdad?...-Se le escapa una risilla, pues sabe que para este encargo no va a poder entrar por la puerta principal a tiro limpio, no, va a tener que infiltrarse y elaborar un plan para después salir, no obstante parece que el reto le da la motivación que le faltaba, echaba de menos un reto grande de verdad y se le nota por como con una sonrisa le hace el correspondiente mantenimiento a sus armas.
Sabe que pasará ahí la noche y por la mañana se marchará, no es más que otro refugio que va a improvisar, marcar en el mapa y seguir su camino, sin embargo algo le hace sentir que ese lugar es especial, así que antes de meterse en el coche a dormir la revisará bien.
Como siempre, parece que la soledad de la noche es su única compañera, no se arrepiente ni enorgullece de nada, simplemente sonríe mirando al cielo estrellado, agradecido por estar vivo y poder marcar la diferencia una vez más.
Soundtrack
Niega con la cabeza intentando no pensar demasiado en ciertas cosas, no es el momento y tampoco parece el lugar aunque para él eso es lo de menos, simplemente quiere despejar su mente, por eso ha parado aquí, para intentar despejar su mente y preparar sus cosas, no para entrar en otra espiral existencial, o al menos eso es lo que pretende.
Respira hondo con otro suspiro, terminando de montar la Blacktail, comprueba que la recámara está vacía y limpia y la deja a un lado con cierto hastío.
Estira las piernas algo cansado de tantas horas sentado en el coche y luego hace lo propio con los brazos, la noche ha entrado bastante y solo con la linterna no parece una buena forma de iluminarse si quiere hacer algo más.
Se levanta y mete el cargador en el arma, la guarda en su pistolera y de nuevo se mete en la cabaña, esta vez se acerca hasta la cocina, la nevera está vacía, parece que la hubieran vaciado hace mucho tiempo, además tampoco hay electricidad, por lo que hasta se agradece para no tener que estar soportando el olor a podrido.
-Es una casa muy bonita y acogedora, fueras quien fueras...-Comenta en voz alta, mientras va iluminando con la linterna a su alrededor, fijándose en la simpleza pero funcionalidad del lugar, observando el sofá, la mesa con algunas sillas en el pequeño comedor, camina hasta el final del pasillo
esperando encontrar el baño y así es, hay un pequeño baño que aparte de llevar mucho tiempo sin usarse no parece presentar ningún desperfecto más, eso si, han saqueado todo lo que había lo cual empieza a generar en él un pensamiento.
"Lo vaciaron antes de marcharse? No parece que esto haya ido sucediendo por saqueos, es como si hubieran recogido todo a conciencia, que raro..."
Camina de nuevo hasta el comedor y se acerca a la chimenea, está algo polvorienta, pero parece que va a poder utilizarla, algo que parece hacerle sentir de una manera más acogedora. Sale y da la vuelta a la cabaña ayudándose con la luz de la linterna, en la parte trasera aun hay algo de madera amontonada, no son troncos muy grandes, pero parece haber suficiente para varias veces.
-Esto no lo han tocado? Puede que no fuera importante para quien se lo llevara todo en ese momento eh?...En fin, habrá que dar gracias de que así sea...-Comenta en voz alta con otro suspiro que deja salir el vaho generado por sus palabras, el frío empieza a ser preocupante, así que en sus brazos carga algo de madera y sujeta la linterna con los dientes hasta que vuelve al interior y va preparando la chimenea.
Pasan los minutos y gracias a una vieja escoba ha quitado la mayor parte del polvo, solo queda encender el fuego y eso hace con ayuda de algo de papel y el mechero, sopla y mueve las maderitas más pequeñas hasta que al final el fuego parece empezar a asentarse.
Se aparta ligeramente y va hasta el maletero, saca el resto de cosas y se sienta en el sofá frente a la hoguera.
Con ayuda del banco de recarga portátil, lo fija con la llavecita a la pequeña mesa y saca los cartuchos de escopeta y el bote con la pólvora y proyectiles. Uno a uno va metiendo los cartuchos y prensando para darles forma y con ayuda del culo de la navaja multiusos cierra las membranas para darles su característica forma.
"Puede que este sea mi último viaje, así que mejor no dejar nada pensando que habrá un mañana u otra aventura donde pueda necesitar todas estas cosas no?" Su mente va ocupada, pero su cuerpo trabaja casi por memoria muscular, haciendo más cartuchos, solo en la noche, pero aun así acogido en un pequeño lugar, apreciando esos pequeños momentos, que te salvan de volverte loco o caer en la desesperación.
Así pasa un buen rato, preparando munición y llenando cargadores con las balas sueltas que tenía por el maletero.
El fuego siempre arropa en las noches frías y para él no es diferente esta vez, sabe que es tarde y que debería dormir, pero aun así no lo hace, no, solo se toma una pausa para beber algo de agua y saca del coche el petate y unas mantas.
“Si, con esto servirá…” Le dicen sus pensamientos, pero no solo eso, también su experiencia después de varios años sobreviviendo ahí fuera. Se sienta de nuevo en el sofá y se quita el chaleco antibalas, para ponerse cómodo, lo deja a un lado y después de estirar el cuerpo de nuevo sigue con el banco de recarga de munición y los cartuchos, necesita dejar toda la munición posible preparada para lo que le tocará hacer mañana, así que mejor ahora con calma que en otro momento con prisas.
Sus movimientos aunque lentos son precisos, cada cartucho es rellenado con maestría cada vez que usa la palanca de prensa, entre el crepitar del fuego y el ritmo que lleva para preparar la munición sus pensamientos quedan en el aire y su mente se distrae recordando batallas pasadas, algunas más agradables otras...Lecciones de vida que lo han ayudado a mejorar y seguir con vida, tanto él como las personas que le importan o lucha por proteger.
-Con esto será suficiente, debe serlo...-Comenta tras rellenar el último cartucho pues no le quedan más proyectiles para escopeta para poner en los cartuchos, con ello saca los casquillos de bala y se dispone a rellenar algo de munición extra, como bien sabe hará muchos disparos y toda munición es poca, en un tiroteo que puede llegar a sostenerse por días lo mejor es tener todos los recursos disponibles y no piensa escatimar en ello.
“Debería entrar a tiro limpio?”Piensa con la primera bala.
“Debería usar la tapadera que me han preparado?”Piensa con la segunda.
“Quizás debería buscar el lugar más complicado en el que ser descubierto, sacar el rifle y ponerme a pegar tiros hasta quedarme sin munición...”Comenta con la tercera, a la que le sigue un suspiro, pues echa cuentas y haciendo memoria como mucho le quedan un par de cargadores llenos, la munición de rifle ha estado escaseando últimamente y más una tan específica como la que él usa así que se frota la cara y da otro trago a la botella de agua.
“Usaré la tapadera que me han dado hasta que vea claro el momento de atacar con todo, tan solo debo rescatar a esa mujer y todo estará listo no? Si eso haré...”Asiente varias veces con la cabeza mientras termina de rellenar los casquillos con la pólvora y algunos proyectiles que aun le quedan.
“No puedo permitirme ningún error...”Piensa y suspira, para finalmente empezar a guardar sus cosas de nuevo. Finalmente asegura el fuego y ensimismado aun en sus pensamientos se recuesta sobre el sofá tapándose con la manta para dormir un poco.
El amanecer es tranquilo y casi por molestia se frota la cara con los primeros rayos de sol, presionando el puente de la nariz y la frente antes de incorporarse ligeramente con una fuerte exhalación, ya no queda nada más por hacer, es hora de moverse y realizar el trabajo, ya se ha mentalizado, preparado y descansado, en mejor condición es complicado empezar el día.
Abre una lata de comida y la pone con la tapa por encima sobre las brasas, así la grasilla de las albóndigas se soltará y tendrán un verdadero sabor. Mientras tanto se levanta y comienza a doblar las mantas, con el semblante de su rostro diferente al de como era anoche, ahora firme y con una ligera sonrisa, aceptando el papel que le toca desempeñar, sabe el tipo de persona que le toca fingir ser, así que sin duda eso va a hacer, ser quien debe ser hasta que todo termine.
Guarda todas sus cosas de forma ordenada en el maletero de la 4x4, pero, por si acaso deja escondida una de sus pistolas y algo de munición en esa casa por lo que pudiera pasar, así como las granadas de impacto y una granada de fragmentación, deja algo de comida y agua y algunas medicinas también.
"Nunca se sabe...Nunca se sabe..."Se reafirma en sus pensamientos y finalmente vuelve a sentarse en el viejo sofá a comer y beber algo.
Cada bocado es con la firme decisión de atesorar la energía que necesita, cada trago para alimentar con la gasolina que el cuerpo necesita para afrontar el día a día, ahora sí, ya se ha decidido y es imposible que nada vaya a pararlo.
Se viste más casual y deja el chaleco en la parte de atrás del coche, se enfunda el revolver en la pistolera y deja la escopeta cerca del asiento del piloto en vertical, adoptando una nueva forma de hacer las cosas para los próximos días.
Con todo ya asegurado y listo, al fin arranca el motor, mete primera y empieza a soltar el embrague para darle caña al acelerador, con calma pero con decisión, de nuevo vuelve a la carretera, una que le hace compañía durante unas horas, sin presentar mayores dificultades, pero no es exactamente así, cuanto más cerca está más zombies empieza a ver y más movimiento.
"Que cojones..."Al llegar a las calles de las afueras puede ver a supervivientes con capuchas, usando arcos y ballestas, haciendo parkour entre los obstáculos para ir eliminando no-muertos, y cuando por fin pasa cerca de ellos, algunos se le quedan mirando, con la boca tapada para ocultar su identidad, se miran los unos a los otros, asienten y siguen con su trabajo.
-Ostia puta...-Es todo lo que atina a decir, pues en el centro de Kingstown hay vehículos circulando y personas vestidas con lo necesario para sobrevivir sobre un uniforme naranja viejo de presidiario.
"Que es este sitio?, como pueden vivir en esta clase de civilización? Será Umbrella consciente de este lugar?..."Tan metido va en sus pensamientos que casi, casi se sobresalta cuando alguien se pega a la ventanilla de su coche y le da unos golpecitos.
-Estás bobo o que? Muévete de una vez. está prohibido bloquear la calle!-Cuando le devuelve la mirada es otro encapuchado como la veintena que parece estar vigilando las calles y guiando a los vehículos que vienen y van. No pierde el tiempo y de nuevo se pone en marcha sin decir una palabra, ante la furiosa y sospechosa mirada del individuo que acaba de increparle.
Pasada la parte central hacia el este llega hasta donde deberían estar las cárceles, ahí es cuando comprende la situación. Han usado la propia fortificación del lugar para ganar ventaja sobre el terreno, hay al menos 5 prisiones en la zona y por lo que entiende ya ha pasado por el territorio de una de ellas, casi obnubilado por como viven y la libertad con la que lo hacen.
Las calles están despejadas en su mayoría de peligro e incluso le suena haber visto gente paseando, gente...Viviendo sus vidas ajenos a primera vista de lo duro que es el exterior, Adam no tiene más que preguntas, como por ejemplo de donde viene la electricidad, el agua o de donde demonios sacan la gasolina? Su sonrisa se afila ligeramente y enciende la radio del coche para dejar sonar algo de música y relajarse, su papel es el de ser recibido por una antigua mafia de la ciudad que controla la prisión principal así que debería estar contento y con ganas de llegar no serio y atónito.
La segunda cárcel muestra un grupo armado prácticamente blindado, mantienen el mayor silencio de todo el lugar, aunque también es la cárcel más vieja y pequeña de todas las que se ven.
La tercera está llena de pintadas y parece más un lugar tomado por bandas callejeras y carcelarias que un refugio rescatado en sí, son los más ruidosos y al estar casi en el centro a primera vista todo lo que hacen es trapichear y divertirse, pero no encaja con la descripción que le han dado tampoco así que sigue conduciendo y avanzando, no sin ver varias mujeres prácticamente desnudas ofrecérsele sexo en plena calle, para luego insultarle al pasar de largo sin prestarles prácticamente ninguna atención.
La cuarta prisión la que está en el extremo este de Kingstown, es un lugar extraño, no hay nadie fuera pareciera estar abandonada, no se ve a nadie a su alrededor y hay un silencio monumental que la rodea, solo interrumpido por el jaleo del resto de lugares que ha dejado atrás, se fija en una de las torres, lo que más destaca a plena vista y puede ver que ha sido quemada en el pasado, pero cuando baja ligeramente la ventanilla aun se puede notar y oler en el aire el olor a quemado, el calor que desprende el lugar, lo que le da a pensar que puede que ese lugar haya sido quemado por algún motivo, sin duda parece estar abandonada.
Finalmente y sabiendo que ha llegado al lugar indicado, conduce por el extremo noreste de las prisiones, viendo la más grande y mejor vigilada de ellas. Coincide que llevan lo que un superviviente llevaría pero como ropa usan el antiguo uniforme naranja de la mayoría de estados, sabe que habrá más colores pero sobre todo en lo que piensa le hace reflexionar.
"He visto a varios de estos antes por la calle, entiendo que cada uno maneja su prisión a su manera y la ciudad es neutra, todos deben convivir, pero que logra que se respete esta armonía? Parece...Casi utópico..."No tarda en aparcar frente a la gran puerta con varios guardias armados que caminan con calma hasta ponerse uno a cada lado del vehículo para recibirle.
-Tino Salieri?-Pregunta simplemente uno de ellos, a lo que Adam que habla sin problema italiano le responde.
-Sono io, come sta il capo?-A lo que los guardias se miran al uno al otro-
-Traes los papeles?-Responde el que está en la ventanilla del piloto, Adam simplemente con un gesto se los entrega desde el interior, casi como si los hubiera hecho aparecer en una rápida prestidigitación.
-Todo en orden, bienvenido a casa...-Ambos guardias sonríen de una forma muy extraña antes de separarse del vehículo, uno de ellos dando un par de golpecitos al costado de este. Hablan por radio y tras el corto sonido de una alarma de un pulso largo, las enormes puertas empiezan a abrirse, revelando el interior, lleno de personas, algunos parte del refugio, y para su no sorpresa, una cantidad ingente de supervivientes convertidos en presos, encadenados de manos y pies siendo paseados por el patio como ganado, ante risas, vejaciones y maltratos.
"Donde puñetas me he metido..."Es el último pensamiento que tiene Adam antes de esbozar otra sonrisa, como si aquello le recordara a estar en casa y meter el vehículo hacia el parking, donde más personal le espera, la seguridad, es absoluta, no puede empezar un tiroteo así, no sabe nada del terreno, Santino Salieri va a tener que entrar en acción y hacer de las suyas.
Abre una lata de comida y la pone con la tapa por encima sobre las brasas, así la grasilla de las albóndigas se soltará y tendrán un verdadero sabor. Mientras tanto se levanta y comienza a doblar las mantas, con el semblante de su rostro diferente al de como era anoche, ahora firme y con una ligera sonrisa, aceptando el papel que le toca desempeñar, sabe el tipo de persona que le toca fingir ser, así que sin duda eso va a hacer, ser quien debe ser hasta que todo termine.
Guarda todas sus cosas de forma ordenada en el maletero de la 4x4, pero, por si acaso deja escondida una de sus pistolas y algo de munición en esa casa por lo que pudiera pasar, así como las granadas de impacto y una granada de fragmentación, deja algo de comida y agua y algunas medicinas también.
"Nunca se sabe...Nunca se sabe..."Se reafirma en sus pensamientos y finalmente vuelve a sentarse en el viejo sofá a comer y beber algo.
Cada bocado es con la firme decisión de atesorar la energía que necesita, cada trago para alimentar con la gasolina que el cuerpo necesita para afrontar el día a día, ahora sí, ya se ha decidido y es imposible que nada vaya a pararlo.
Se viste más casual y deja el chaleco en la parte de atrás del coche, se enfunda el revolver en la pistolera y deja la escopeta cerca del asiento del piloto en vertical, adoptando una nueva forma de hacer las cosas para los próximos días.
Con todo ya asegurado y listo, al fin arranca el motor, mete primera y empieza a soltar el embrague para darle caña al acelerador, con calma pero con decisión, de nuevo vuelve a la carretera, una que le hace compañía durante unas horas, sin presentar mayores dificultades, pero no es exactamente así, cuanto más cerca está más zombies empieza a ver y más movimiento.
"Que cojones..."Al llegar a las calles de las afueras puede ver a supervivientes con capuchas, usando arcos y ballestas, haciendo parkour entre los obstáculos para ir eliminando no-muertos, y cuando por fin pasa cerca de ellos, algunos se le quedan mirando, con la boca tapada para ocultar su identidad, se miran los unos a los otros, asienten y siguen con su trabajo.
-Ostia puta...-Es todo lo que atina a decir, pues en el centro de Kingstown hay vehículos circulando y personas vestidas con lo necesario para sobrevivir sobre un uniforme naranja viejo de presidiario.
"Que es este sitio?, como pueden vivir en esta clase de civilización? Será Umbrella consciente de este lugar?..."Tan metido va en sus pensamientos que casi, casi se sobresalta cuando alguien se pega a la ventanilla de su coche y le da unos golpecitos.
-Estás bobo o que? Muévete de una vez. está prohibido bloquear la calle!-Cuando le devuelve la mirada es otro encapuchado como la veintena que parece estar vigilando las calles y guiando a los vehículos que vienen y van. No pierde el tiempo y de nuevo se pone en marcha sin decir una palabra, ante la furiosa y sospechosa mirada del individuo que acaba de increparle.
Pasada la parte central hacia el este llega hasta donde deberían estar las cárceles, ahí es cuando comprende la situación. Han usado la propia fortificación del lugar para ganar ventaja sobre el terreno, hay al menos 5 prisiones en la zona y por lo que entiende ya ha pasado por el territorio de una de ellas, casi obnubilado por como viven y la libertad con la que lo hacen.
Las calles están despejadas en su mayoría de peligro e incluso le suena haber visto gente paseando, gente...Viviendo sus vidas ajenos a primera vista de lo duro que es el exterior, Adam no tiene más que preguntas, como por ejemplo de donde viene la electricidad, el agua o de donde demonios sacan la gasolina? Su sonrisa se afila ligeramente y enciende la radio del coche para dejar sonar algo de música y relajarse, su papel es el de ser recibido por una antigua mafia de la ciudad que controla la prisión principal así que debería estar contento y con ganas de llegar no serio y atónito.
La segunda cárcel muestra un grupo armado prácticamente blindado, mantienen el mayor silencio de todo el lugar, aunque también es la cárcel más vieja y pequeña de todas las que se ven.
La tercera está llena de pintadas y parece más un lugar tomado por bandas callejeras y carcelarias que un refugio rescatado en sí, son los más ruidosos y al estar casi en el centro a primera vista todo lo que hacen es trapichear y divertirse, pero no encaja con la descripción que le han dado tampoco así que sigue conduciendo y avanzando, no sin ver varias mujeres prácticamente desnudas ofrecérsele sexo en plena calle, para luego insultarle al pasar de largo sin prestarles prácticamente ninguna atención.
La cuarta prisión la que está en el extremo este de Kingstown, es un lugar extraño, no hay nadie fuera pareciera estar abandonada, no se ve a nadie a su alrededor y hay un silencio monumental que la rodea, solo interrumpido por el jaleo del resto de lugares que ha dejado atrás, se fija en una de las torres, lo que más destaca a plena vista y puede ver que ha sido quemada en el pasado, pero cuando baja ligeramente la ventanilla aun se puede notar y oler en el aire el olor a quemado, el calor que desprende el lugar, lo que le da a pensar que puede que ese lugar haya sido quemado por algún motivo, sin duda parece estar abandonada.
Finalmente y sabiendo que ha llegado al lugar indicado, conduce por el extremo noreste de las prisiones, viendo la más grande y mejor vigilada de ellas. Coincide que llevan lo que un superviviente llevaría pero como ropa usan el antiguo uniforme naranja de la mayoría de estados, sabe que habrá más colores pero sobre todo en lo que piensa le hace reflexionar.
"He visto a varios de estos antes por la calle, entiendo que cada uno maneja su prisión a su manera y la ciudad es neutra, todos deben convivir, pero que logra que se respete esta armonía? Parece...Casi utópico..."No tarda en aparcar frente a la gran puerta con varios guardias armados que caminan con calma hasta ponerse uno a cada lado del vehículo para recibirle.
-Tino Salieri?-Pregunta simplemente uno de ellos, a lo que Adam que habla sin problema italiano le responde.
-Sono io, come sta il capo?-A lo que los guardias se miran al uno al otro-
-Traes los papeles?-Responde el que está en la ventanilla del piloto, Adam simplemente con un gesto se los entrega desde el interior, casi como si los hubiera hecho aparecer en una rápida prestidigitación.
-Todo en orden, bienvenido a casa...-Ambos guardias sonríen de una forma muy extraña antes de separarse del vehículo, uno de ellos dando un par de golpecitos al costado de este. Hablan por radio y tras el corto sonido de una alarma de un pulso largo, las enormes puertas empiezan a abrirse, revelando el interior, lleno de personas, algunos parte del refugio, y para su no sorpresa, una cantidad ingente de supervivientes convertidos en presos, encadenados de manos y pies siendo paseados por el patio como ganado, ante risas, vejaciones y maltratos.
"Donde puñetas me he metido..."Es el último pensamiento que tiene Adam antes de esbozar otra sonrisa, como si aquello le recordara a estar en casa y meter el vehículo hacia el parking, donde más personal le espera, la seguridad, es absoluta, no puede empezar un tiroteo así, no sabe nada del terreno, Santino Salieri va a tener que entrar en acción y hacer de las suyas.
Cuando aparca el vehículo se queda un momento dentro, necesita un momento, son demasiados recuerdos, no por que haya estado en una cárcel convencional, en eso tiene muy muy poca experiencia, sino por los agujeros en los que le han encerrado, la dinámica de poder, las caras, las voces y los gritos, la desesperación y como se desvanece cada día aun más la esperanza, niega con la cabeza y se enciende un cigarro, ya que puede ver como unos guardias le hacen señas de que espere y hablan por radio.
"Agosto de 2006, provincia de Kandahar, ubicación exacta desconocida
-No digáis una mierda, pase lo que pase cerrad la puta boca...-Adam se recuerda a sí mismo el día que se dejaron capturar por una avanzada talibán, hace ya más de 10 años, cuando las cosas eran de otra forma.
-Y que cojones hacemos entonces?-Lukas siempre tratando de ir varios pasos por delante estaba igual de acojonado que el resto, pero porqué Adam no lo estaba? Al fin y al cabo aunque hubiera sido su idea lo más probable es que los fueran a decapitar y a exponer sus cabezas en picas o en algún anuncio de la propaganda que tanta afición estaba levantando en todo el mundo.
-Saldremos de aquí?-Es la única pregunto que hizo Samuel, en todo el tiempo que pasaron en ese agujero, ya que Jimmy, como pidió hace un momento, no dice una puta palabra, nada absolutamente nada, cero, la sonrisa en el rostro del teniente era evidente, siempre quieres que los que están a tu cargo te hagan caso y el recuerdo de la entereza que Jimmy demostraba en esos momentos hace que por un instante calme su mente.
-Saldremos de aquí, cuando sea el momento, confiad en mí...-Esas palabras salen de su boca con total seguridad en un momento en el que aunque parecen estar débiles, nada más lejos de la realidad, están listos en todo momento, solo que deben guardar la compostura.
Sus captores hablan un idioma que ellos medio comprenden, alguna palabra suelta, todo lo que pueden hacer es escuchar, sentados en el suelo atados con las manos a la espalda.
-Quien os envía!?-Resuena en su cabeza mientras observa la arena del casi desértico lugar.
-Quien os envía!? Última vez yo pregunto!-Pero en la cabeza de Adam estaban pasando mil imágenes de posibilidades, pero tiene que esperar, hasta encontrar al prisionero que han venido a buscar...
Vuelta al presente
-Eh, estás sordo?-Unos golpes a la ventanilla le sacan de nuevo de su cabeza
-Última vez que te pregunto, piensas bajarte del coche o te vas a pasar ahí todo el día?-Adam niega con la cabeza un par de veces para terminar quitándose el cinturón y abrir la puerta del conductor.
-Excusi, estaba teniendo dolor de cabeza, per favore me mostra el camino pues-Esta vez mezcla ambos idiomas dejando de lado el italiano para dar solo algunos toques, o formas de expresión, tomándose un adravil de un bote que lleva en la guantera.
El guardia asiente y le señala la entrada por la que van a pasar, hay bastantes guardias y la puerta es de acero, se nota pesada y difícil de atravesar por la fuerza a simple vista. Haciendo de unión entre los muros y la puerta hay dos torres, en la que asomados hay otros dos vigilantes con un rifle en la mano cada uno, pero están tranquilos, en posición de descansa, es como si ya supieran que iba a llegar alguien o eso o no suelen tener que actuar mucho.
-Bien, una vez se abra la puerta camine sin parar, no hable con nadie siga recto y cuando llegue a la recepción otro de los guardias le explicará como hacer el ingreso Entendido?-Comenta alto y claro.
-Io no he venito para ser un prigionero-Le responde Adam saliendo de nuevo de sus pensamientos, difícil tarea por todas las cosas que vivió, pero sabe que ahora debe acallar esos pensamientos, esos recuerdos, ahora no es el momento, debe concentrarse.
El guardia sonríe tratando de ser amable y después le da unas palmaditas en el hombro.
-Yo no hago las reglas Salieri, hago que se cumplan, es el procedimiento habitual vale? Así que respira hondo y...Bienvenido a casa-Esas últimas palabras calan fuerte en él, mientras recorre el camino al descubierto.
-¡Por favor ayuda!-Es lo mínimo que escucha sin mirar a los lados cuando cruza, se le hace largo, mucho más largo de lo que en realidad es el camino, pues como antiguo prisionero de guerra sabe el infierno que deben estar viviendo todos los supervivientes encerrados en el lugar, pero no le queda otra que apretar los dientes y seguir andando hasta que otros dos guardias lo reciben al final del pavimentado camino, para dar paso a una modesta recepción, observando que todas las puertas son de seguridad, nada de madera o cristal en el exterior.
"Mantén la calma Adam, como aquella vez, aun no es el momento..."Mantiene la vista al frente en todo momento mientras los guardias lo cachean, a su izquierda contra las vallas que lo separan del resto de prisioneros hay una mujer siendo violada, entre risas e insultos, han apuñalado ya al menos a 4 personas por no guardar silencio y uno de los guardias de la torre ha empezado a gritar que quien no se separe de las vayas será disparado en la cabeza.
Cuando entra, cierran las puertas tras de si, la mujer ya no grita, se hace silencio y solo se escucha a los guardias celebrar, Adam mira a los dos guardias, quien lo están mirando de arriba abajo para al final apatarle la mirada, cuando este les mira fijamente a los ojos, incapaces de imaginarse que hay en su cabeza, pero con la certeza de que mejor no cabrearle.
-Esa puta se lo estaba ganando, lleva días tocando los cojones, no le des más importancia vale pies tiernos?...-Adam se queda con la descripción del tipo que hace ese comentario. Alto, blanco, bigote y cabello rojizo, masca chicle y usa gafas de sol de aviador, medirá poco más de metro setenta y cinco y en la chapa de su chaleco pone "Oficial Dudley".
"Cállate joder, cállate..."Pareciera que va a responder pero no lo hace simplemente camina hasta acercarse a la recepción, el otro guardia le hace gestos a sus espaldas de que corte el rollo muy serio, pero el oficial Dudley solo sonríe y sigue mascando chicle mientras el nuevo inquilino se acerca a la mesa para hablar con la mujer que hay ahí sentada entre papeles y manejando la radio.
"No has venido a hacer lo correcto Adam, has venido a trabajar, céntrate..."Aprieta los dientes con más fuerza tratando de contenerse.
-Bienvenido señor Salieri, esperamos que no haya tenido percance alguno en nuestras instalaciones y su entrada haya sido tranquila...-Adam quien tiene el rostro más serio que el de un entierro se gira para mirar al oficial del bigote quien por un momento deja de mascar chicle preocupado de si fuera a hacer algo.
-Non preoccuparti, tutto benne...-Comenta justo después de volver a mirar con una sonrisa, enterrando su dolor, cuando por dentro solo quiere dejar que lo dominen sus demonios.
-No sabe cuanto me alegro de escuchar eso, ahora necesito que firme estos papeles y procederemos a...-La mujer sigue hablando mientras él se inclina sobre la barra para ver los papeles, ya apenas la escucha, intentando no pensar en todos los dolores, en toda la pena y pérdida, Adam, no lleva nada bien estas cosas, como muchas otras, por ello debe realizar un doble esfuerzo para no estallar, no puede dejar que la ira lo conduzca, no hasta que encuentre al objetivo y pueda asegurarla, pero será capaz? Su sangre hierve como hacía años que no sentía, cada palabra, cada comentario y mirada de superioridad le hacen rozar el gatillo en su mente, no va a ser nada fácil.
La forma en al que todos tratan lo que ha ocurrido, la tranquilidad e impasividad de hasta la mujer de la recepción, que no llegará a los 40 siquiera, toda tatuada y ladina, el mascar del chicle del maldito gilipollas con bigote, la forma en la que todos le miran como si estuvieran esperando algo, le reconcome por dentro mientras intenta mantener la compostura.
-Si firma aquí procederemos a auditar todas sus pertenencias y asegurarnos de que son trasladadas a su habitación correctamente, le parece bien?...-La mujer de apenas unos treinta y pocos le mira inclinándose sobre la mesa para devolverle la mirada, a lo que él le sonríe de vuelta y asiente, cansado de no dejarse llevar, es hora de que Santino Salieri se de a conocer.
-Excusi...-Se da media vuelta camino a la salida, mirando la puerta fijamente para evitar el más mínimo contacto visual con los guardias, quienes le miran en todo momento en su vuelta a la puerta.
-Señor...-
-Non firmo natta senza la mía penna-En todo momento mantiene con ella un tono cordial y respetuoso, con cierto inuendo, para encandilarla
-Eh payaso no puedes volver a salir...-El oficial Dudley se interpone en su camino y le pone la mano en el pecho, llevando la otra mano a la empuñadura de su pistola, con un tono de voz bajo pero imperativo y desagradable.
Su compañero sin embargo parece estar de piedra ante lo que está ocurriendo, como si fuera algo inaudito.
Adam lo mira aun manteniendo la sonrisa de felicidad que finge y echa ligeramente el cuerpo atrás levantando las manos antes de que al bigotes se le ocurra desenfundar, dando a entender que no es una amenaza.
-E' la penna familiar, muy importante-Comenta manteniendo el papel y volviendo a acercar su rostro al de este.
-Me importa una mierda!-La respuesta del oficial es casi instantánea, se puede notar en él que va a perder los papeles en cualquier momento, mientras Adam le mira, como mira un lobo a un cordero mientras juega con él antes de cazarlo.
-Esta seguro agentte?-Le responde de nuevo inclinándose más hacia él para intimidarle.
-No des un paso más! Vamos dos pasos atrás!-visiblemente nervioso el guardia trata de amenazar a Adam para que se retire con un último aviso, a lo que este simplemente sonríe mirándole fijamente a los ojos, ambos, han dado ya su última palabra al respecto, la tensión es límite en el ambiente.
-Recepción a mando central, recepción a mando central tenemos un posible código rojo...-Al tiempo que el segundo oficial en la puerta empieza a hablar por radio para pedir refuerzos la situación se descontrola totalmente.
Adam trata de desarmar al guardia cuando este trata de sacar el arma, poniendo la mano sobre la suya y cuando este va a desenfundar, Adam deja que saque la mano para terminar agarrando su muñeca y retorciéndola para que la suelte.
El oficial emite un quejido y trata de sacar la porra aturdidora, no sin antes que el infiltrado de un paso al frente sacando la navaja mariposa y montándola en instante, para apuñalarle entre las costillas para evitar el chaleco antibalas, al menos las placas que este lleva delante y detrás.
-Joder joder está pasando!, que hago?-El compañero en la puerta no sabe que hacer exactamente y con las manos temblorosas empieza a desenfundar el arma.
-Detente joder! Estás pirado o que!?-Intenta llamar su atención, pero parece que Adam está más preocupado en cortar al oficial del bigote en lonchas antes que cualquier otra cosa.
La hoja entra como mantequilla en su cuerpo y el guardia empieza a gritar de dolor, piensa que debe haber perforado algún pulmón, pero no es suficiente y por confiarse recibe un porrazo en la espalda que le hace gruñir un instante, da otro paso adelante poniendo contra la pared al oficial Dudley y con la mano izquierda sujeta su cuello para volver a mirarle a los ojos y entonces seguir apuñalándole de la misma forma, una y otra vez.
-Este tío está loco, es un psicópata!-El guardia duda en si disparar o no viendo la situación, hasta que escucha como le contestan por radio.
-Eh chico cálmate vale? No es el primer loco que se carga a un guardia en un cárcel a puñaladas joder, es algo diría que hasta básico, ahora cálmate y respira vale?-El guardia lo intenta pero está viendo como matan a su compañero a puñaladas frente a sus ojos.
Los gritos se silencian casi en un instante cuando Adam inclina su cuerpo para rematarlo antes de que pueda volver a atizarle con la porra, mirándole a los ojos, serio y sin decir nada mientras muere finalmente, con la navaja apuñalando su cuello, justo cuando al fin en su desesperada mirada suelta el último estertor dejando caer el cuchillo que al fin había logrado sacar para tratar de defenderse.
-Guarda el arma chico ya van los refuerzos, no lo cabrees vale?-
-Señor Salieri, tengo mujer...-Comenta el joven guarda guardando su arma, casi arrodillándose al hacerlo. Adam le mire con el instinto de un animal listo para atacar a la siguiente presa y avanza hacia él, el chico levanta las manos frente a su cuerpo cuando de golpe las puertas se abren de golpe y entran varios hombres armados a la habitación casi una docena, todos le apuntan y le dicen que tire la navaja, los gritos inundan la sala un instante hasta que pasa por delante de ellos un tipo de mediana estatura, vestido con un buen traje y corbata, su pelo es canoso e infunde un gran respeto entre el resto que a su orden bajan las armas.
-Basta basta, así no es como recibimos invitados...-Trata de apaciguar las aguas acercándose hacia Adam, quien se inclina ante el otro chico para decirle
-L'unica cosa che ti salva de ser cortado come il Guanciale è rispetto, buon lavoro, bambino.
Para después limpiar la navaja en su chaleco, mirándoles fijamente a los ojos y guardándola después.
-Que cosa? Nunca Non visto una pugnalata a un guardia?-Se encoge de hombros, con la mirada completamente puesta en el hombre que se acerca a él, quien en un tono más bajo y ladino le dice
-Bienvenido Santino, me alegra que estés aquí mis chicos no han sabido comportarse, cuesta encontrar personal eficiente...-Adam le interrumpe.
-Per esso estoy aquí?-
-Ya hablaremos más tarde, por el momento ve a ver la habitación que te hemos preparado en piso superior, es todo un lujo, lejos de los módulos, que me dicce?-Con una sonrisa el carismático individuo trata de convencer a Adam quien levanta el mentón y asiente.
-Prego-Para después acercarse de nuevo a la mesa y firmar con cualquier bolígrafo, mientras mira fijamente a la mujer de la recepción, la cual no sabe que demonios decir, viendo como le sonríe, cubierto con la sangre del difunto oficial Dudley, viendo como se acomoda el pelo con una mano hacía atrás para mostrarle un buen primer plano de sí mismo, parece que Adam está empezando a ser de verdad Santino Salieri, solo ha necesitado un poco de realidad para vivir su propia ficción.
- OFF::
Tiradas aquí
1ª tirada Adam desarma al oficial Dudley y le causa [-5PV] por el agarre de muñeca
2ª tirada Adam apuñala el costado del guardia pero este consigue darle un porrazo con la aturdidora
-Oficial Dudley [-21 PV], BalioN[-11 PV]
3ª tirada BalioN apuñala de nuevo al oficial y este falla al intentar seguir golpeándole con la porra, Oficial Dudley [-13 PV]
4ª tirada BalioN logra meterle el cuchillo atravesando su cuello para matarlo de una vez y lo consigue, Oficial Dudley[-13 PV] [Muere]
Adam
[PV 59/70]
Acciones de combate usadas 1/6
Acciones de combate cuerpo a cuerpo realizadas 3/5
Defensas utilizadas 3/7
■ Navaja mariposa: [Daño: 8 + Fuerza(5) = 13]
Oficial Dudley
A5 - D3 - CF5 - DX
[PV -2/50]
[Chaleco 30/30 PA]
Acciones de Defensa realizadas 3/3
Acciones de ataque realizadas 3/5
[Sig P226]
► SIG P226 {Capacidad de 15+1 balas}:[/color][Daño: 16 ] [x16 Balas]
[Cuchillo militar]
■ Cuchillo militar: [Daño: 10 + Fuerza(5) = 15]
[Porra eléctrica]
■ Porra eléctrica: [Daño: 6 + Fuerza(5)= 11] (Con un golpe crítico incapacita 2 post)
Día 1 en la prisión
Oficial Daniel Dudley, [K.I.A]
"El respeto es fundamental en la cárcel, cuando vi como se reían y actuaban entendí rápido que tenía que hacerme respetar y no dejar que nadie me mirara por encima del hombro, no me arrepiento de nada, que se joda el bigotes..."
La mujer traga saliva y recoge los papeles medio temblorosa, tratando de no apartar la mirada de sus ojos, como si de hacerlo se expusiera a no verle venir, mientras que él muy tranquilo mueve la cabeza de izquierda a derecha apoyado sobre el mostrador con los antebrazos, como si estuviera cantando una canción su cabeza, tranquilo y animado por la situación.
-P-Puede continuar señor Salieri...-Comenta con la voz entrecortada al inicio, a lo que Adam tranquilamente se separa del mostrador con un ligero movimiento de baile, dirigiéndose al final del pasillo hasta la siguiente puerta.
-Grazie mile...-
-Esto ha sido una cagada!-Espeta uno de los guardias.
-Sí, lo ha sido, os dije que era demasiado temprano para que esos chicos de la torre trabajaran a pie de cárcel, disteis la cara por ellos y ahora...-Se acerca y señala el cuerpo del oficial-...Uno de ellos está muerto de miedo y el otro muerto del todo, así que vamos a volver a los turnos que teníamos antes, entendido?-
Todos los guardias presentes asienten y aceptan, dos de ellos llaman por radio al ala médica para ocuparse del cadáver.
No tarda en encontrarse con las escaleras de subida, pero una puerta cerrada con llave bloquea su camino por lo que al mirar atrás ve como el líder y uno de sus guardas se acercan hasta él para abrirle la puerta y acompañarle hasta su nueva residencia.
-Desde luego las leyendas de que usted fue el mejor asesino de la costa este no eran ninguna broma eh?-Con una ligera risilla se pone a su lado.
-Trato di non perdere il toque...-Le responde este con una sonrisa de oreja a oreja, algo que parece ser del agrado del hombre que será su anfitrión en los próximos días. Otra puerta abierta y ya van hasta el segundo piso, donde vuelven a detenerse por un instante.
-Tiene intenzione di dirmi porqué me tratti con tale preferenza? Qual è il vero motivo per cual estoy aquí?-Se para mirándole a los ojos mientras el guarda abre la siguiente puerta para que puedan subir al tercer piso.
-Vaya vaya...-Responde su anfitrión con tono juguetón-...Creí que como una buena cena le hubiera gustado ir plato a plato, pero veo que tiene un...Hambre voraz...-Adam cierra los labios para dedicarle otra sonrisa mientras suben las escaleras.
-Ha passato molto tempo sin que disfrutara de tanto lusso, a volte mi olvido di andarci piano-
Responde tranquilamente llegando al recibidor de la tercera planta, el cual deja sorprendido por completo al mercenario, el cual puede ver como la distancia de una entrada a otra es muy amplia, haciendo gala del tamaño del lugar.
Camina hasta la mitad del pasillo y después se paran frente a la entrada que es otra reja cerrada, el guarda la abre y se queda en la puerta, cerrando tras ellos.
-No te preocupes Santino, no eres mi prisionero, podrás moverte con total libertad, esto es más bien una medida de seguridad para que nadie nos moleste mientras estamos aquí-Le comenta ante la mueca de disconformidad de Adam, quien aun con una ceja levantada y los labios fruncidos le sigue con la mirada, pero finalmente lo acompaña hasta la siguiente puerta.
-Que te parece? Cierre electrónico, por fuera roble y arce, por dentro reforzada con planchas de 2 milímetros, lo que la hace antibalas, con varias capas...-Saca la tarjeta de su bolsillo y se la entrega.
Adam la toma asintiendo complacido y abre la puerta, la cual por el sonido y peso, le hace pensar que no es ninguna broma la descripción que le han dado.
El lugar es completo lujo, la puerta de unos 2 metros de alto por 1 y veinte de ancho con sus adornos alrededor ya le han sorprendido, pero más se sorprende cuando al entrar ve todo un salón adornado con madera y tela de alta costura.
-Bravo...-Se le escapa a lo que su anfitrión sonríe y se adelanta a entrar.
-Con tu permiso-le comenta y avanza hasta el centro del salón donde hay una enorme mesa de madera en la que se pueden sentar a comer hasta ocho personas, tres a cada lado más los extremos de uno cada uno.
-Ponte cómodo, descansa, en breves traerán todas tus cosas de tu vehículo, síentete libre de explorar el lugar de acuerdo?-Tras la pregunta saca una radio de su chaleco y la programa y comprueba antes de dársela.
-Si tienes cualquier duda o necesitas asistencia usa esta radio, está configurada para que hables con mi asistente, es la mejor, te ayudará con cualquier cosa, esta noche en la cena hablaremos sobre el motivo por el que estás aquí, de acuerdo Santino?-Le ofrece la radio, la cual Adam toma asintiendo complacido, completamente metido en su papel.
-Perfetto, signore...-
-Daniels, Jack Daniels, si, como el whiskey...-
-È un piacere, signor Daniels-Comenta animado y le ofrece un abrazo algo que su anfitrión acepta un poco dubitativo, pero tras el abrazo su invitado se marcha hacia la puerta.
-Oh...-Comenta dándose media vuelta-...Casi se me olvida, te he dejado un regalo en tu dormitorio, bienvenido a Kingstown...-Tras una ligera carcajada se marcha dejándole al fin solo con sus pensamientos, este simplemente admira su nuevo hogar.
-Podría acostumbrarme a esto...-Asiente varias veces y se da una vuelta por el lugar.
Camina unos cuantos pasos, observando la manufactura del lugar, es amplio y se nota muy reformado, el suelo de madera estilo tarima parece madera de verdad al paso, los muebles son de diseño al igual que la cortina y adornos, como figuras y utensilios, como tetera y tazas son también de fina porcelana, es absoluto lujo, por lo que decide no tocar nada de momento, no así, no se siente del todo cómodo, sin embargo sabe que solo tiene un rato hasta la hora de cenar así que prefiere ponerse en marcha.
"Debería dar una vuelta por la zona y aprenderme las rutas de los guardias..."Piensa para sí mismo mientras se da media vuelta para entrar al dormitorio.
"Y además debería aprenderme los nombres y caras de...Joder!"Sus ojos se abren como platos durante un instante tras abrir las puertas, no por la enorme cada con sábanas de seda, ni la decoración en rojo estilo cabaret, no, lo que le sorprende es que hay una mujer prácticamente desnuda tumbada sobre la cama y que hay una caja negra justo delante de sus pechos para guardar algo de misterio, esta sonríe cuando ve entrar a Adam.
-Sorpresa...-Su voz denota su ascendencia latina-El señor Daniels le ha preparado un regalo de bienvenida...-Comenta tumbándose de lado, dejando que la caja la tape y se ayuda con el brazo para taparse un poco.
- Spoiler:
-Senza duda es una bella sorpresa...-Comenta este sonriendo de vuelta, cubierto de sangre, algo que a la mujer no parece importarle, se incorpora sobre la cama y abre la caja para que Adam pueda ver lo que hay en el interior y de paso seguir tapándose ella de cintura para arriba, apretando los brazos para seguir alargando el momento de que pueda verla desnuda.
-Uhhh...-Comenta Adam sin quitar los ojos de la caja-maletín que ha abierto la mujer, observando la pistola en su interior, junto al cargador y varias balas.
-Squisito Senza duda...-Sonríe y tras ver el contenido cierra el mismo el maletín negro sin dejar de mirarla a los ojos.
-Voy a farmi una doccia, has mangiato?-Le hace el gesto de comer con las manos.
-No, aun no he tenido el placer...-Responde ella separando los brazos para que pueda verla bien.
-Perfetto, torno subito-Comenta esto alejando el maletín de ella y va hasta el baño de la habitación.
Puede escucharla como ella se levanta y pone la radio para dejar sonar algo de música.
Él sin embargo se mira al espejo, dentro de un baño que jamás habría podido pagar en otra época, negando con la cabeza para finalmente desvestirse y darse una buena ducha.
Tras limpiar toda la sangre de su cuerpo se fija en el golpe que tiene en la espalda y se pone algo de crema analgésica.
-Sono tornato...-Comenta cuando vuelve a entrar en la habitación, completamente desnudo y con el cabello medio recogido en una coleta.
-Mmmm mi semental italiano...-Esta lo recibe con una copa para él y otra para ella y tras brindar se dedican una última mirada.
-Ti piace lo que vedi?-Le pregunta tras tomar la copa y acercarse a ella lo máximo que pueda sin tocarla.
-Non tanto quanto quello che vedi-Le responde ella en un buen nivel del idioma, a lo que Adam, siguiendo con su papel sonríe y se acerca aun más a ella para besarla.
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