- Welcome
- Basic
- Extra!
Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
Conectarse
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 3 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 3 Invitados :: 1 Motor de búsquedaNinguno
Élite {11/54}
|
Hermanos
Directorios
|
Día 59 [Audrey Wilford]
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
17 de febrero, 2013
En algún lugar de Pensilvania
En algún lugar de Pensilvania
Hacía tres días que habíamos llegado a una casa de campo en el bosque. Tío Tom decía que en lugares así habría menos gente de la que preocuparse. El mundo se había vuelto loco. Habíamos perdido primero a papá, y a mamá hacía casi una semana. Eso me había sumido en un estado de apatía absoluta. No me apetecía hablar, y tío Tom me parecía un desconocido. Ni siquiera había sido capaz de llorar al ver cómo mamá se alejaba para ponernos a salvo, para que los no-muertos la persiguieran a ella. Y sabía que estaba muerta. Había visto el mordisco en su mano que trataba de esconder.
Recordaba los gritos de Audrey. Recordaba a tío Tom teniendo que cargar con ella para que no echara a correr. Yo lo había asumido rápido, supuse. Pero todo me parecía un sueño. Como si aquellos momentos estuvieran envueltos por una bruma de niebla que no me dejara distinguir lo que era real y lo que no. Aunque todo era real, y una parte de mí lo había tomado con una naturalidad que habría asustado a cualquier persona. No era algo que quisiera compartir con Audrey o tío Tom. Siempre había sido de guardarme las cosas porque, a veces, cuando era sincera, hacía daño a los demás.
La casa estaba despejada, en mitad del bosque, cercada por una verja y un murete que me llegaba por la nariz. No se trataba de una construcción moderna, sino clásica. El tejado era de pizarra, era rústica, y el jardín perenne estaba un poco descuidado.
No habíamos encontrado muchas cosas en el interior. Eso me llevó a pensar que era una residencia veraniega. De aspecto rústico, con chimenea y decoración modesta, podía pertenecer a una pareja de personas mayores, a juzgar por las fotografías. El primer día me había puesto a rebuscar en los cajones, y había encontrado álbumes enteros. Niños, varias parejas jóvenes, y un matrimonio anciano que salían abrazados en casi todas. Imaginar historias y voces y escribir en un diario que había encontrado eran mi único entretenimiento, sumado al de quitar nieve del portal de la casa todas las mañanas. Tío Tom decía que atrincherados ahí estaríamos a salvo. De momento. Siempre estaba alerta. Siempre subía al piso de arriba a vigilar las ventanas. Pocas veces le había visto dormir.
Anochecía. Me encontraba en el salón, a la luz de un par de velas, tapada con un par de mantas para conservar el calor. Tío Tom no había querido encender la chimenea. Decía que eso podía atraer a desconocidos hasta nuestra ubicación, y no quería que nadie nos encontrara. No después de lo vivido en aquel refugio. No después de perder a mamá. Estaba escribiendo, y el bolígrafo empezaba a secarse, cosa que me frustraba. Había leído las páginas ya escritas, y era como si me dirigiera a la propietaria con cada línea. E iba contando los días.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Siempre llegaba un punto de quiebre, uno imposible de ver venir y de asimilar. Pérdida tras pérdida, todas igual de importantes y rompedoras. Las cicatrices iban acumulándose, primero su padre y ahora Natalia; su madre. Cerrar los ojos ha comenzado a verlo más una tortura que un descanso, el estómago se le revolvía con cada imagen presente de la mujer que tanto amó, al principio sonriente y finalizando a gritos desgarradores en sus sueños. Dolía, y aunque los días fuesen pasando y creyese que todo era una pesadilla... su familia no volvería a recomponerse.
Conforme viajaban la comunicación entre los tres era nula, un cúmulo de emociones que explotaban con la mínima. Llorar no la aliviaba y aún así caía en la tentación de vaciarse por dentro cuando estaba a solas. Las pocas veces que Tom trataba de consolarla salía mal, hablar de ello era como meter el dedo en la reciente herida y la ponía a la defensiva. Tampoco buscaba a Olivia, no sabía qué decirle o cómo comportarse sin derrumbarse antes. Se sentía miserable, y como hermana mayor dejaba mucho que desear.
A través de la ventana de la cocina observaba el bosque, o lo poco que veía de él al haber anochecido. Tenían un techo, un lugar seguro donde pasar unos días antes de partir y eso se lo debían a su tío. Ahora era él quien las cuidaba, y lo estaba haciendo bien. Frente a ella tenía tres tazas, en una de ellas metió la cuchara para disolver el azúcar en el café. No pensaba en nada y a la vez en todo. En algunas zonas de la casa tenían repartidas velas, por la noche estaba prohibido usar la luz con tal de no atraer a otros supervivientes. Cuando llegó al salón le pasó una taza a su tío sin decir nada, luego se movió al son de su hermana, antes de darle la segunda taza se sentó a su lado. — Toma, esto te calentará — no le había preparado café, pero sí un té de los que había encontrado en los armarios.
El frío de Febrero se le metía en los huesos, y no tardó en buscar calor bajo la manta que tenía Olivia en su regazo, ahora la compartían.
Conforme viajaban la comunicación entre los tres era nula, un cúmulo de emociones que explotaban con la mínima. Llorar no la aliviaba y aún así caía en la tentación de vaciarse por dentro cuando estaba a solas. Las pocas veces que Tom trataba de consolarla salía mal, hablar de ello era como meter el dedo en la reciente herida y la ponía a la defensiva. Tampoco buscaba a Olivia, no sabía qué decirle o cómo comportarse sin derrumbarse antes. Se sentía miserable, y como hermana mayor dejaba mucho que desear.
A través de la ventana de la cocina observaba el bosque, o lo poco que veía de él al haber anochecido. Tenían un techo, un lugar seguro donde pasar unos días antes de partir y eso se lo debían a su tío. Ahora era él quien las cuidaba, y lo estaba haciendo bien. Frente a ella tenía tres tazas, en una de ellas metió la cuchara para disolver el azúcar en el café. No pensaba en nada y a la vez en todo. En algunas zonas de la casa tenían repartidas velas, por la noche estaba prohibido usar la luz con tal de no atraer a otros supervivientes. Cuando llegó al salón le pasó una taza a su tío sin decir nada, luego se movió al son de su hermana, antes de darle la segunda taza se sentó a su lado. — Toma, esto te calentará — no le había preparado café, pero sí un té de los que había encontrado en los armarios.
El frío de Febrero se le metía en los huesos, y no tardó en buscar calor bajo la manta que tenía Olivia en su regazo, ahora la compartían.
Día 59:
Llevamos tres días en esta casa. He oído a Audrey llorar por las noches, cuando cree que dormimos, cuando piensa que está sola. También sé que tiene pesadillas. A veces se despierta gimoteando, temblando y llorando, y tío Tom se acerca a consolarla y le habla con suavidad para que se duerma otra vez. Creen que no escucho nada, pero me entero de todo. Rey siente por las dos, aunque me da un poco de envidia.
Sigo sin poder llorar. A veces creo que soy un bicho ra...
Llevamos tres días en esta casa. He oído a Audrey llorar por las noches, cuando cree que dormimos, cuando piensa que está sola. También sé que tiene pesadillas. A veces se despierta gimoteando, temblando y llorando, y tío Tom se acerca a consolarla y le habla con suavidad para que se duerma otra vez. Creen que no escucho nada, pero me entero de todo. Rey siente por las dos, aunque me da un poco de envidia.
Sigo sin poder llorar. A veces creo que soy un bicho ra...
Me interrumpí al escribir cuando Audrey se acercó al sofá. Cerré el diario mientras se sentaba y se metía bajo las mantas conmigo. Cogí la taza que me ofrecía, y sin decir nada soplé antes de dar un sorbo. Sabía un poco raro, pero no rechisté, pues el calor me venía bien. Mamá sí solía beber té.
—Deberíamos comer algo— dijo tío Tom pasando por nuestro lado—. Huevos revueltos y algo de arroz. Voy a echar otro vistazo fuera.
Asentí con la cabeza, dejé el diario en el sofá, me quité las mantas de encima y me levanté. Podía preparar algo para los tres. Me dirigí a la cocina en silencio.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Notaba el calor en sus palmas al abrazar la taza de café. No tenían leche así que era oscuro, muy, muy azucarado. Ni siquiera lo había probado e incluso si sabía a rayos terminaría bebiéndoselo con tal de matar el sueño. — No tengo hambre — replicó. Comía por obligación, esa era la realidad. Cuando su tío Tom se fue del salón sintió un peso extra en el pecho, ¿Por qué lo castigaba tanto? Ni ella misma lo comprendía. Cada vez que abría la boca era para contestarle con sequedad, o a gritos.
Bajo la manta cruzó las piernas, le hubiese gustado quedarse allí, al lado de su hermana durante toda la noche; cobijarse junto a la pequeña y sentir algo de paz. No pudo ser. Liv fue directa hacia la cocina, dejándola sola. El diario en el sofá la tentaba a más no poder, Olivia no hablaba casi nunca de las cosas y seguramente entre las páginas escritas encontraría respuestas. No obstante se contuvo y respetó su privacidad. Con el café en mano se dirigió también a la cocina.
— ¿Serás esta noche tu la chef? — Le preguntó. Comían lo que iban encontrando, generalmente cosas ya preparadas o fáciles de hacer. Audrey se acercó a la mesa donde tenían acumulados los suministros sacados de la despensa y se puso a mirar. Aparte de la cena quería hacerle algo a Liv, algún postre, algo que al menos le sacase una sonrisa. Si es que era posible.
Dados de dilema: ¿Leerá el diario de Olivia?
Bajo la manta cruzó las piernas, le hubiese gustado quedarse allí, al lado de su hermana durante toda la noche; cobijarse junto a la pequeña y sentir algo de paz. No pudo ser. Liv fue directa hacia la cocina, dejándola sola. El diario en el sofá la tentaba a más no poder, Olivia no hablaba casi nunca de las cosas y seguramente entre las páginas escritas encontraría respuestas. No obstante se contuvo y respetó su privacidad. Con el café en mano se dirigió también a la cocina.
— ¿Serás esta noche tu la chef? — Le preguntó. Comían lo que iban encontrando, generalmente cosas ya preparadas o fáciles de hacer. Audrey se acercó a la mesa donde tenían acumulados los suministros sacados de la despensa y se puso a mirar. Aparte de la cena quería hacerle algo a Liv, algún postre, algo que al menos le sacase una sonrisa. Si es que era posible.
Dados de dilema: ¿Leerá el diario de Olivia?
El miembro 'Audrey Wilford' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dilemas' :
Resultados :
![Día 59 [Audrey Wilford] 8KXIjtg](https://imgur.com/8KXIjtg.png)
'Dilemas' :
![Día 59 [Audrey Wilford] Iu4FQnR](https://imgur.com/iu4FQnR.png)
Resultados :
![Día 59 [Audrey Wilford] 8KXIjtg](https://imgur.com/8KXIjtg.png)

PÍDEME ROL + MP
- We are Enjoy the Silence 4.0:
Nueve años matando zombies... Y no nos cansamos. ¡GRACIAS A TODOS!
Saqué una cacerola de uno de los armarios inferiores de la cocina y al erguirme esbocé un amago de sonrisa a Audrey. Asentí llevándome el pelo tras la oreja. Lo tenía corto y lacio, por encima de los hombros. Aún había agua en aquella casa, así que llené el cazo del grifo. Tío Tom había arreglado una tubería hacía dos días que estaba medio congelada, y teníamos agua corriente. De momento. También seguía habiendo gas, lo que señalaba que seguramente la familia propietaria de la casa pasaba por ahí a menudo. Quizá los fines de semana.
Los fuegos eran antiguos, y se encendían por chispa, como en casa de la abuela. Me pregunté si la abuela seguría viva. Después de quedar incomunicados, había sido imposible contactar con nadie más. Ya no estaban ella, ni papá, ni mamá. Simplemente no volvería a verles, y era una sensación rara, aunque supiera que habían muerto. Puse el cazo en el fuego.
— ¿Cuánto pongo para tres?— pregunté. Era de las pocas veces que hablaba, cuando no tenía más remedio.
Los fuegos eran antiguos, y se encendían por chispa, como en casa de la abuela. Me pregunté si la abuela seguría viva. Después de quedar incomunicados, había sido imposible contactar con nadie más. Ya no estaban ella, ni papá, ni mamá. Simplemente no volvería a verles, y era una sensación rara, aunque supiera que habían muerto. Puse el cazo en el fuego.
— ¿Cuánto pongo para tres?— pregunté. Era de las pocas veces que hablaba, cuando no tenía más remedio.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Apartó por un lado dos paquetes de galletas, eran de una marca que no conocía, las típicas básicas. Tenía pensamiento de hacer una tarta, que ya verían después si salía una como tal o un desastre incomible. Rey no brillaba por sus dotes culinarios, y tampoco contaba con ingredientes para ingeniárselas cómodamente. — Una taza de arroz será suficiente— le dijo. Seguramente no comiese, o quizá lo justo para que su tío no la mortificase a base de miradas enfiladas y cargadas de preocupación. — Luego añádele el doble de agua.
Con la mano fue apartando algunas latas de comida preparada, había cacao en polvo, mantequilla de cacahuete. Y café, mucho café. Con la mayoría de ingredientes pillados los traspasó a la encimera. Lo dejó todo en frente suya, tratando de dejarle un buen espacio a Olivia para que hiciera la cena. Necesitaba un recipiente hondo, un batidor y dos bandejas, o platos llanos como alternativa. Fue moviéndose de un lado a otro, abriendo armarios y cajones hasta conseguir los utensilios.
Con la mano fue apartando algunas latas de comida preparada, había cacao en polvo, mantequilla de cacahuete. Y café, mucho café. Con la mayoría de ingredientes pillados los traspasó a la encimera. Lo dejó todo en frente suya, tratando de dejarle un buen espacio a Olivia para que hiciera la cena. Necesitaba un recipiente hondo, un batidor y dos bandejas, o platos llanos como alternativa. Fue moviéndose de un lado a otro, abriendo armarios y cajones hasta conseguir los utensilios.
Asentí con la cabeza. Cogí una taza y la llené con arroz hasta arriba. Tuve que tirar el agua del cazo para poner las medidas que me había dicho Rey. No era la primera vez que cocinaba, porque mamá trabajaba y a veces tenía que prepararme la cena, pero nunca hacía nada demasiado elaborado. Eché un puñado de sal, y esperé a que comenzara a hervir. Entonces recordé algo que me había dicho papá una vez: si miras el agua, no hierve. Así que dejé de mirar el cazo y me centré en Audrey.
— ¿Qué vas a hacer?— le pregunté a mi hermana con curiosidad al ver todo lo que había sacado.
— ¿Qué vas a hacer?— le pregunté a mi hermana con curiosidad al ver todo lo que había sacado.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Tras rebuscar encontró un bowl, era floreado y de plástico. En su interior puso la misma cantidad de agua, azúcar y café instantáneo. — Pues tengo dos ideas en mente — expuso, dirigiéndose al fregadero. Antes de lavarse las manos se recogió el pelo para que no le molestase. — Una tarta de galletas con una especie de crema de café que haré. No tenemos leche ni mantequilla así que... — encogió los hombros. Sólo le quedaba experimentar. — Y he visto sobres de cacao en polvo, quizá haga más o menos lo mismo pero con otro relleno.
Con ayuda del batidor comenzó a mezclar los ingredientes en el bowl, le llevaría la vida espesarlo, bien lo sabía ella. Eso sí, sacaría un buen brazo. Según iba viendo le echaba más agua, facilitando el proceso. Primero haría los rellenos. — ¿Me ayudas? En lo que se hace el arroz puedes ir haciendo tú el chocolate. — Podía indicarle paso a paso. Le hacía ilusión, y seguramente se le notase en el rostro.
Con ayuda del batidor comenzó a mezclar los ingredientes en el bowl, le llevaría la vida espesarlo, bien lo sabía ella. Eso sí, sacaría un buen brazo. Según iba viendo le echaba más agua, facilitando el proceso. Primero haría los rellenos. — ¿Me ayudas? En lo que se hace el arroz puedes ir haciendo tú el chocolate. — Podía indicarle paso a paso. Le hacía ilusión, y seguramente se le notase en el rostro.
—Vale— respondí, y me puse a recopilar sobres de chocolate. Como no había leche, iba a tener que mezclarlo con agua. Nunca había hecho chocolate con agua, y la última vez que había comido tarta, había sido en el cumpleaños de Audrey. En el mío, la gente ya se estaba muriendo y no había mucho que celebrar.
Busqué otro cazo y encontré uno más pequeño. En los sobres ponía las medidas de leche, así que calculé más o menos y sumé las cantidades. Llené el cazo de agua y lo puse también al fuego. Abriendo cajones encontré una cuchara de madera para ir removiendo mientras vertía el contenido de los sobres. Aquello me recordó a los inviernos que pasábamos todos juntos, ayudando a papá a hacer la tarta de mi cumpleaños y los dulces para Navidad.
Busqué otro cazo y encontré uno más pequeño. En los sobres ponía las medidas de leche, así que calculé más o menos y sumé las cantidades. Llené el cazo de agua y lo puse también al fuego. Abriendo cajones encontré una cuchara de madera para ir removiendo mientras vertía el contenido de los sobres. Aquello me recordó a los inviernos que pasábamos todos juntos, ayudando a papá a hacer la tarta de mi cumpleaños y los dulces para Navidad.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Audrey le sonrió a su hermana antes de volver a centrarse en el relleno a medio terminar. Batía con brío, y al haberla rebajado con agua no sabría tan fuerte. O eso pensaba ella. La tonalidad de la mezcla bajó dos tonos, ya no era líquida y había agarrado consistencia. Le llevó alrededor de 10 minutos tenerlo listo. — Ah, antes de que lo tengas listo prueba un poco. Si está muy amargo vete añadiéndole azúcar — le sugirió. La de chocolate era para ella, quería que estuviese a su gusto.
Con una cuchara pequeña probó la crema de café, tenía un ligero amargor sin llegar a ser potente. Estaba en su punto, y a ella le sabía bien. — ¿Quieres probar la crema de café? — Con una cuchara limpia cogió un poco y se lo acercó a Liv. A ver que cara ponía, era de pocas palabras, pero eso no le quitaba lo expresiva que podía llegar a ser si algo no le gustaba. Aguardó por su veredicto, atenta y con altas expectativas. Fuera ya no se veía nada, la oscuridad había engullido el bosque, y las ventanas comenzaban a ser empañadas por gotas diminutas. Lluvia.
Con una cuchara pequeña probó la crema de café, tenía un ligero amargor sin llegar a ser potente. Estaba en su punto, y a ella le sabía bien. — ¿Quieres probar la crema de café? — Con una cuchara limpia cogió un poco y se lo acercó a Liv. A ver que cara ponía, era de pocas palabras, pero eso no le quitaba lo expresiva que podía llegar a ser si algo no le gustaba. Aguardó por su veredicto, atenta y con altas expectativas. Fuera ya no se veía nada, la oscuridad había engullido el bosque, y las ventanas comenzaban a ser empañadas por gotas diminutas. Lluvia.
Me entretuve removiendo el chocolate mientras espesaba. No tenía la misma consistencia como cuando se hacía con leche, y tampoco iba a tener mucho sabor, pero a Audrey parecía hacerle ilusión que lo hiciéramos. Así que no rechisté. Rey llevaba días muy deprimida, y yo no era capaz de darle el consuelo que necesitaba, ni sabía cómo hacerlo. Nunca sabía qué hacer cuando alguien lloraba o estaba triste. Me bloqueaba, y no era capaz de reaccionar. Además, me hacía sentir incómoda, y no entendía por qué. Apagué el fuego cuando acabó de hacerse, y fui controlando el arroz cuando mi hermana me dio a probar la crema de café. Nunca había probado el café, así que arrugué un poco la nariz al paladearlo.
—Está bien— dije, o más bien supuse. Sabía un poco amargo, y puede que con la mezcla de chocolate se disimulara el sabor. Me miré el reloj de pulsera que mamá me había regalado en mi último cumpleaños. Bueno, en el anterior. Era digital y me estaba un poco grande. Al arroz le faltaban unos cinco minutos.
—Está bien— dije, o más bien supuse. Sabía un poco amargo, y puede que con la mezcla de chocolate se disimulara el sabor. Me miré el reloj de pulsera que mamá me había regalado en mi último cumpleaños. Bueno, en el anterior. Era digital y me estaba un poco grande. Al arroz le faltaban unos cinco minutos.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Sus comisuras se alzaron, marcando una suave sonrisa. La cuchara la apartó después de que probase la crema, no parecía disgustarle el sabor aún cuando era uno nuevo. Olivia no era mucho de café, y mientras hubiesen alternativas Audrey se las daría. Ambas cucharas terminaron en el fregadero, se lavó nuevamente las manos y pensó en el siguiente paso mientras le echaba un vistazo al cazo con el chocolate. No estaba muy líquido, así que perfecto. E iban bien en cuanto a cantidades, con suerte daría incluso para bañar por fuera la tarta.
— ¿Me pasas un plato? — Le indicó en lo que ella buscaba por la encimera los paquetes de galletas, cogió uno con intención de abrirlo. Una vez tuviese el plato las colocaría todas juntas en el mismo. Les facilitaría el trabajo. A un lateral ya tenía una bandeja preparada, ahí iría la base. — Podemos poner las galletas sin rebañar para que quede más crujiente, o humedecerlas un poco en el chocolate primero. ¿Qué te apetece más? — Con el cuerpo medio ladeado esperó una respuesta, no había prisas y en todo caso terminarían de montarla rápido.
— ¿Me pasas un plato? — Le indicó en lo que ella buscaba por la encimera los paquetes de galletas, cogió uno con intención de abrirlo. Una vez tuviese el plato las colocaría todas juntas en el mismo. Les facilitaría el trabajo. A un lateral ya tenía una bandeja preparada, ahí iría la base. — Podemos poner las galletas sin rebañar para que quede más crujiente, o humedecerlas un poco en el chocolate primero. ¿Qué te apetece más? — Con el cuerpo medio ladeado esperó una respuesta, no había prisas y en todo caso terminarían de montarla rápido.
Saqué un plato del armario de arriba y lo dejé en la encimera, con cuidado y obediencia. Después volví con el arroz para removerlo con la cuchara de madera, y miré de nuevo el reloj de muñeca para ver cuánto tiempo de cocción le faltaba. Me sentía mayor cocinando así, incluso bajo la atenta supervisión de mi hermana mayor. Miré a Rey cuando volví a oír que me hablaba. A veces estoy pensando en mis cosas y no presto atención. Me lo pensé un momento cuando preguntó si bañábamos las galletas, y decidí hacerlo como mamá.
—Sin mojarlas— contesté finalmente. Quería ver qué salía de aquel experimento—. Tío Tom dice que hay un refugio al oeste de aquí. No muy lejos— comenté tras un breve silencio. No habíamos estado en ningún refugio, y tío Tom aún tenía su radio. De vez en cuando, por la noche, le pillaba escuchando alguna transmisión, pero cuando se daba cuenta de que podía oírlo, la apagaba. Él venía del ejército. No entendía por qué se había separado de los militares. Si hubiera tenido apoyo, tal vez mamá seguiría viva.
—Sin mojarlas— contesté finalmente. Quería ver qué salía de aquel experimento—. Tío Tom dice que hay un refugio al oeste de aquí. No muy lejos— comenté tras un breve silencio. No habíamos estado en ningún refugio, y tío Tom aún tenía su radio. De vez en cuando, por la noche, le pillaba escuchando alguna transmisión, pero cuando se daba cuenta de que podía oírlo, la apagaba. Él venía del ejército. No entendía por qué se había separado de los militares. Si hubiera tenido apoyo, tal vez mamá seguiría viva.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Humedecidas hubiesen quedado mejor, eso seguro. Sin embargo le haría caso a Liv. Con paciencia fue sacando las galletas del paquete, las enteras las acomodaba en el plato, las partidas las hacía a un lado; no las descartaría, si las colocaba estratégicamente en alguna de las capas intermedias funcionaría igual. Audrey tras sacarlas todas y hacer un conteo rápido aproximó la bandeja. Las enteras fue colocándolas en el fondo a modo de base. Lo hacía siendo cuidadosa para no romperlas.
— Ah... — Un refugio. Después de perder a su madre no había pensado en dicha posibilidad, en ninguna realmente. Era como si viviese bloqueada. Si Tom decidía ir ella no armaría un alboroto, llevaban tiempo vagando, sin un lugar al que pertenecer o donde se sintiesen seguros. Rey suspiró. — Entonces supongo que querrá probar suerte — murmuró, aún seguía colocando galletas. — No es como si no confiase en él, o le odiase... — dijo, el ceño se le frunció ligeramente. — Quiere lo mejor para nosotras, y si tiene pensamiento de llevarnos no seré yo quien rechiste. — La base ya estaba completa así que ladeó esta vez la cabeza, mirando a su hermana. — No nos queda de otra, vivir así solo nos traerá miseria. Y no quiero perderte a ti también, Olivia. Necesitamos ayuda.
— Ah... — Un refugio. Después de perder a su madre no había pensado en dicha posibilidad, en ninguna realmente. Era como si viviese bloqueada. Si Tom decidía ir ella no armaría un alboroto, llevaban tiempo vagando, sin un lugar al que pertenecer o donde se sintiesen seguros. Rey suspiró. — Entonces supongo que querrá probar suerte — murmuró, aún seguía colocando galletas. — No es como si no confiase en él, o le odiase... — dijo, el ceño se le frunció ligeramente. — Quiere lo mejor para nosotras, y si tiene pensamiento de llevarnos no seré yo quien rechiste. — La base ya estaba completa así que ladeó esta vez la cabeza, mirando a su hermana. — No nos queda de otra, vivir así solo nos traerá miseria. Y no quiero perderte a ti también, Olivia. Necesitamos ayuda.
Me apoyé en la encimera con los codos mientras la miraba montar la tarta, sumida en mis popios pensamientos. Miré a Audrey mientras ésta hablaba, pero bajé la vista cuando dijo que no quería perderme. "También", había dicho. Me pareció que pensarlo la ponía triste, por lo que me sentí algo incómoda, sin saber qué podía decirle. Yo no quería que mi hermana muriese. Era lógico, pero ni siquiera me había parado a pensar en esa posibilidad. Tampoco me había imaginado que nuestros padres desaparecerían para siempre, y lo habían hecho. Nos habían dejado solas. Les echaba mucho de menos.
— ¿Y si quiere dejarnos en un refugio para marcharse?— pregunté. A veces pensaba que éramos una carga para tío Tom, aunque fuéramos la única familia que le quedaba. Él era nuestra única familia, y aunque no le conocíamos demasiado, a mí siempre me había parecido fascinante. Quería ser como él cuando fuera mayor. De hecho, mamá siempre había dicho que nos parecíamos. Que yo le recordaba a su hermano pequeño.
— ¿Y si quiere dejarnos en un refugio para marcharse?— pregunté. A veces pensaba que éramos una carga para tío Tom, aunque fuéramos la única familia que le quedaba. Él era nuestra única familia, y aunque no le conocíamos demasiado, a mí siempre me había parecido fascinante. Quería ser como él cuando fuera mayor. De hecho, mamá siempre había dicho que nos parecíamos. Que yo le recordaba a su hermano pequeño.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Los latidos se le aceleraron. Bastante habían sufrido, y perdido como para seguir viviendo con miedo. No quería ese futuro para Olivia, necesitaba que estuviese segura. Jamás superaría la pérdida de sus padres, pero la de su hermana la golpearía el doble. Era una niña a sus ojos, un ser inocente que no debería estar pasando por tanta penuria y dolor. Era su responsabilidad, por ella pondría la mano en el fuego. Tío Tom la ayudaría con su hermana, incluso si aún se estaban conociendo, o si no congeniaban. Tenía fe puesta en esa parte.
— ¿Qué? Claro que no, ¿por qué haría eso? — Su ceño volvió a arrugarse. Tom le había prometido a nuestra madre cuidarnos, de principio a fin. Más le valía, si pretendía abandonarlas ella se enteraría por adelantado y no escaparía de su furia. — Nos llevará tiempo... adaptarnos. Pero ahora somos 3, como familia. Él nos ayudará — dijo, colocando la primera capa de crema de café. — y nosotros le ayudaremos a él cuando nos necesite. — Audrey comenzó a montar otra base galletas. — Permanecemos juntos — esa última palabra ya se le atragantaba. Cualquier promesa que hacía al final terminaba siendo solo palabras vacías. Todo era impredecible en este mundo echado a perder.
— ¿Qué? Claro que no, ¿por qué haría eso? — Su ceño volvió a arrugarse. Tom le había prometido a nuestra madre cuidarnos, de principio a fin. Más le valía, si pretendía abandonarlas ella se enteraría por adelantado y no escaparía de su furia. — Nos llevará tiempo... adaptarnos. Pero ahora somos 3, como familia. Él nos ayudará — dijo, colocando la primera capa de crema de café. — y nosotros le ayudaremos a él cuando nos necesite. — Audrey comenzó a montar otra base galletas. — Permanecemos juntos — esa última palabra ya se le atragantaba. Cualquier promesa que hacía al final terminaba siendo solo palabras vacías. Todo era impredecible en este mundo echado a perder.
—Vale— murmuré. Con esa respuesta me valía.
Siempre había congeniado bastante bien con el tío Tom. Le veíamos en Acción de Gracias, o en Navidades, y siempre se acordaba de nuestro cumpleaños. Aunque le conocíamos poco, yo siempre le había admirado, y me hubiera gustado llegar a ser militar, como él. Pero eso ya no era posible, ¿verdad?
Apagué el fuego del arroz y lo removí un momento antes de ponerme a ayudar a Audrey con las galletas. Cocinar era relajante, y al menos así Rey estaba distraída. No me gustaba pillarla llorando, aunque eso no me había molestado en decírselo. Tampoco la ponía sobre aviso cuando la descubría. Fingía que dormía hasta que dejaba de llorar, y entonces era capaz de dormirme por fin. Conciliar el sueño nunca había sido un problema para mí. Podía dormir en cualquier parte.
—Fuera está despejado— dijo tío Tom al volver dentro. Tenía nieve en los hombros que se sacudía mientras se acercaba—. ¿Cómo va esa cena? Huele bien... ¿Estáis haciendo una tarta?— sonreí por toda respuesta.
Siempre había congeniado bastante bien con el tío Tom. Le veíamos en Acción de Gracias, o en Navidades, y siempre se acordaba de nuestro cumpleaños. Aunque le conocíamos poco, yo siempre le había admirado, y me hubiera gustado llegar a ser militar, como él. Pero eso ya no era posible, ¿verdad?
Apagué el fuego del arroz y lo removí un momento antes de ponerme a ayudar a Audrey con las galletas. Cocinar era relajante, y al menos así Rey estaba distraída. No me gustaba pillarla llorando, aunque eso no me había molestado en decírselo. Tampoco la ponía sobre aviso cuando la descubría. Fingía que dormía hasta que dejaba de llorar, y entonces era capaz de dormirme por fin. Conciliar el sueño nunca había sido un problema para mí. Podía dormir en cualquier parte.
—Fuera está despejado— dijo tío Tom al volver dentro. Tenía nieve en los hombros que se sacudía mientras se acercaba—. ¿Cómo va esa cena? Huele bien... ¿Estáis haciendo una tarta?— sonreí por toda respuesta.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
El aire lo dejó salir a modo de suspiro. Esperaba haber convencido a su hermana con tal de quitarle ese incertidumbre de la cabeza. No serían abandonadas. Los ánimos habían caído en picado, sabía que no era el momento para darle vueltas al asunto ni ponerse a hablar de temas escabrosos. Estaban en la cocina, tratando de pasar tiempo de calidad e intentar desconectar. Necesitaba centrarse, y cumplir. — ¿Me pasas el cazo con el chocolate? — De los cajones sacó un cucharón, el chocolate no quedó tan espeso como la crema de café, pero no pasaba nada. Terminaron de montarla al cabo de unos minutos. En total hicieron 4 capas de galletas, dos intermedios de café, dos de chocolate. La restante mezcla la usaron para bañar la tarta. Bien chocolatosa.
— Falta poner los huevos revueltos — lo podían añadir al arroz antes de servirlo o dejarlo en la mesa, y que cada uno se pusiese en el plato. Audrey miró de reojo a Tom, sus mejillas estaban enrojecidas, también su nariz. — Algo así, sí — le contestó, haciéndose a un lado para que la viese. No había quedado fea, tenía su encanto. Ahora faltaba que de sabor estuviese buena y no les explotase el estómago durante la noche.
— Falta poner los huevos revueltos — lo podían añadir al arroz antes de servirlo o dejarlo en la mesa, y que cada uno se pusiese en el plato. Audrey miró de reojo a Tom, sus mejillas estaban enrojecidas, también su nariz. — Algo así, sí — le contestó, haciéndose a un lado para que la viese. No había quedado fea, tenía su encanto. Ahora faltaba que de sabor estuviese buena y no les explotase el estómago durante la noche.
Ayudé a mi hermana a montar la tarda. No sé cómo lo hice, pero al final acabé con la nariz y una ceja llenas de chocolate, además de los dedos, claro. Me mordía la lengua mientras buscaba que no quedaran restos en la bandeja, concentrada, mordiéndome la lengua y dejando salir la puntita. Era un gesto que se me había quedado desde pequeña y que no había dejado de hacer.
—Pues huele muy bien— comentó tío Tom quitándose los guantes. Me acercó un dedo a la nariz, y puse los ojos bizcos cuando me quitó los restos de chocolate y se lo llevó a la boca. El gesto me dio mucha vergüenza, y me ardió la cara, así que agaché la cabeza y dejé que el pelo me cubriera el rostro—. Mhn, sabe bien— dijo—. Ya acabo yo. Podéis... poner la mesa— sugirió mientras cogía el sobrecito con los huevos revueltos en polvo para echárselos al arroz. Me miré las manos, algo indecisa. Entonces me ayudé con el codo para tirar del tirador del cajón para disponerme a sacar los cubiertos.
—Pues huele muy bien— comentó tío Tom quitándose los guantes. Me acercó un dedo a la nariz, y puse los ojos bizcos cuando me quitó los restos de chocolate y se lo llevó a la boca. El gesto me dio mucha vergüenza, y me ardió la cara, así que agaché la cabeza y dejé que el pelo me cubriera el rostro—. Mhn, sabe bien— dijo—. Ya acabo yo. Podéis... poner la mesa— sugirió mientras cogía el sobrecito con los huevos revueltos en polvo para echárselos al arroz. Me miré las manos, algo indecisa. Entonces me ayudé con el codo para tirar del tirador del cajón para disponerme a sacar los cubiertos.

![Día 59 [Audrey Wilford] Zombie-Killer](https://i.ibb.co/dgC1KCV/Zombie-Killer.png)
- Don't leave us:
- Lullaby of woe:
Página 1 de 2. • 1, 2
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
» ₪ Artesanía
» Lurking danger | Mich
» ₪ El Armero
» Gloria al "Padre" [Priv. Conway]
» Our past [Matthew Kowalski]
» Día de caza -Adam-
» Everything Black | Mía
» Líderes de St. friedrich, bandidos y otros indeseables... [2/7]
» Compi de aventuras [0/1]