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Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
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Hola, me llamo Mozart ~ Libre
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Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por Grey Seiffert Jue 26 Ene 2023, 14:17
Hola, me llamo Mozart
10/08/1999 
Nueva York Brooklyn Media mañana [url=ENLACE]B.S.O.[/url]
Nueva York Brooklyn Media mañana [url=ENLACE]B.S.O.[/url]- Hoy no vamos a clase - Mark apareció con ese saludo que sonaba a gloria, yo sonreí y ambos chocamos las manos. - ¿Qué vamos a hacer? ¿vamos por ahí a desayunar? - él empezó a reírse en mi cara, a la vez que en la lejanía comenzaba a escucharse el rugido de un motor. Como acto reflejo me giré en la procedencia de ese ronroneo tan perfecto y apreciar un audi rojo que aparecía al final de la calle.
Se me caía la baba y entonces, para mi sorpresa, el coche se detiene justo frente a nosotros.
- ¿Carlos? - en el coche iba un chaval amigo de Mark, con el que solíamos juntarnos, sonreía. Si Carlos no solo no tenía carné de conducir, sino que era un matado, ¿dónde iba con ese coche? Junto a él iba también John. Mark y yo nos acercamos riendo para apreciar el vehículo.
- ¡Qué pasada! ¿de dónde lo has sacado, tío? - Carlos se bajaba del coche y saludaba con una palmada a los dos. ¿De su tío? Dudaba mucho de sus palabras, pero yo seguía anonadado viendo el cochazo, no había tenido uno así tan cerca nunca.
Fuimos a dar una vuelta, total que yo me subí atrás junto a John, y Mark y Carlos como buenos alfitas que eran fueron delante. Me encantaba la sensación y eso que iba detrás.
- Ahora venimos - detuvieron el coche junto a una tienda y los tres se bajaron, yo iba a ir con ellos, pero Mark me pidió que me quedase en el coche. - Vale, yo vigilo, pero tráeme un paquete de algo, que estoy hambriento - y yo allí a mi rollito, probando la radio. Ya que estaban tardando me senté al volante y empecé a verme en el espejo. Aquello se sentía increible. Repentinamente alarmas, me sobresalté. Mark, John y Carlos salían de la tienda corriendo, cargados. Carlos empezó a gritar nervioso, Mark también y el otro salió corriendo. John y Mark se subieron al coche y al verme ahí soltó: corre. Sirenas de vehículos.
- ¿Y Carlos? - pregunté aterrado. "¡Es un cagado!" respondió él. Tardé un par de segundos en asimilarlo todo. No dudé, arranqué el vehículo y salí de allí a la velocidad del rayo. Podía escuchar las sirenas, nos seguían.
"¡Corre joder, que el coche es robado!" Gritaba Mark. No me lo podía creer, o bueno sí. Comencé a escabullirme por las calles de Brooklyn, dejando atrás a la policía, lo suficiente como para meter el coche en un callejón y salir por patitas.
"¡Nos separamos, luego te veo y te doy tu parte!" exclamó Mark, se giró. "Por cierto..." sonrió y me lanzó un paquete en el que venía un sandwich. ¡JODER! salí corriendo del coche, limpié el volante con los dedos, por donde había tocado. ¿Serviría de algo? Estaba paranoico. Mi padre mi iba a matar. Callejón abajo, dirección contraria a estos, cargando mi mochila, capucha echada... Me iban a detener, me iban a detener, me iban a meter en la cárcel... y dios mío, tendré que llevar jabón de bote a la ducha, piénsalo, apuntalo.
Las sirenas se escuchaban pasar por las calles. Yo iba como si nada. Tranquilo, tranquilo, disimula...
Se me caía la baba y entonces, para mi sorpresa, el coche se detiene justo frente a nosotros.
- ¿Carlos? - en el coche iba un chaval amigo de Mark, con el que solíamos juntarnos, sonreía. Si Carlos no solo no tenía carné de conducir, sino que era un matado, ¿dónde iba con ese coche? Junto a él iba también John. Mark y yo nos acercamos riendo para apreciar el vehículo.
- ¡Qué pasada! ¿de dónde lo has sacado, tío? - Carlos se bajaba del coche y saludaba con una palmada a los dos. ¿De su tío? Dudaba mucho de sus palabras, pero yo seguía anonadado viendo el cochazo, no había tenido uno así tan cerca nunca.
Fuimos a dar una vuelta, total que yo me subí atrás junto a John, y Mark y Carlos como buenos alfitas que eran fueron delante. Me encantaba la sensación y eso que iba detrás.
- Ahora venimos - detuvieron el coche junto a una tienda y los tres se bajaron, yo iba a ir con ellos, pero Mark me pidió que me quedase en el coche. - Vale, yo vigilo, pero tráeme un paquete de algo, que estoy hambriento - y yo allí a mi rollito, probando la radio. Ya que estaban tardando me senté al volante y empecé a verme en el espejo. Aquello se sentía increible. Repentinamente alarmas, me sobresalté. Mark, John y Carlos salían de la tienda corriendo, cargados. Carlos empezó a gritar nervioso, Mark también y el otro salió corriendo. John y Mark se subieron al coche y al verme ahí soltó: corre. Sirenas de vehículos.
- ¿Y Carlos? - pregunté aterrado. "¡Es un cagado!" respondió él. Tardé un par de segundos en asimilarlo todo. No dudé, arranqué el vehículo y salí de allí a la velocidad del rayo. Podía escuchar las sirenas, nos seguían.
"¡Corre joder, que el coche es robado!" Gritaba Mark. No me lo podía creer, o bueno sí. Comencé a escabullirme por las calles de Brooklyn, dejando atrás a la policía, lo suficiente como para meter el coche en un callejón y salir por patitas.
"¡Nos separamos, luego te veo y te doy tu parte!" exclamó Mark, se giró. "Por cierto..." sonrió y me lanzó un paquete en el que venía un sandwich. ¡JODER! salí corriendo del coche, limpié el volante con los dedos, por donde había tocado. ¿Serviría de algo? Estaba paranoico. Mi padre mi iba a matar. Callejón abajo, dirección contraria a estos, cargando mi mochila, capucha echada... Me iban a detener, me iban a detener, me iban a meter en la cárcel... y dios mío, tendré que llevar jabón de bote a la ducha, piénsalo, apuntalo.
Las sirenas se escuchaban pasar por las calles. Yo iba como si nada. Tranquilo, tranquilo, disimula...
- Grey:
Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por James Davenport Vie 29 Nov 2024, 11:25
El rugido del Chevrolet Chevelle SS 1970 llena las calles de Brooklyn mientras intento encontrar el taller de Jack. Es un coche que siempre llama la atención, y no puedo evitar sentir un pequeño orgullo al conducirlo. Llevo en el asiento del copiloto unas piezas que Jack me pidió para un proyecto especial. Siempre tiene algún coche clásico o extraño en el que está trabajando, y esta vez parece que no es la excepción. Evan se ha quedado con mis padres, no suele ser lo ideal para los adolescentes quedarse con sus abuelos unos días, pero él estaba eufórico con la idea. Si le hubiera dicho de quedarse solo en casa se habría decepcionado más. Le encanta ir a casa de mis padres, la comida casera de mi madre evidentemente no tiene comparación con la mía... y luego está mi padre y esas batallitas suyas de la guerra que le encantan. ¿Soy un mal padre por pensar que habría preferido que se quedase solo en casa? Odio que le gusten tanto esas historias... le llena la cabeza de pajaritos.
Mientras me acerco a lo que parece ser la dirección correcta, un Audi rojo pasa volando junto a mí, tan rápido que casi me hace frenar de golpe. Me fijo en el coche, y antes de que pueda pensar mucho, el sonido de sirenas perfora el aire. Giro la cabeza para ver a un coche patrulla persiguiéndolo a toda velocidad. Esto es Brooklyn, pero incluso aquí, esa escena llama la atención.
Sigo conduciendo y aparco el Chevelle frente al taller de Jack. Mientras bajo y ajusto las piezas en mis brazos, veo que un chaval aparece en el extremo de la calle. Anda rápido, con la capucha de la sudadera puesta y una mochila al hombro. Su postura lo dice todo: algo no va bien. Camina como si estuviera intentando desaparecer entre las sombras, aunque su esfuerzo por parecer casual lo delata más.
Lo observo un momento, apoyándome en el coche, antes de llamarle la atención. No lo hago en voz alta, no quiero parecer un matón ni un poli.
- Oye, chico - llamo su atención. - ¿Estás bien?
No hago muchas preguntas de más, pero Brooklyn tiene sus historias, y este crío parece estar metido en una.
Lo dejo ahí, sin presionarlo. Si responde, bien. Si no, que siga su camino. Hay momentos en los que alguien solo necesita una puerta abierta para salir de donde no debería estar. Avanzo con las piezas hacia el taller de Jack que está justo ahí, aunque parece cerrado... echo un rápido vistazo y veo una nota en lo que parece la cerradura de la puerta.
"Tío, me he clavado un destornillador en la mano, he ido a urgencias, ya sabes donde están las llaves. Y si eres Lizzy que te follen."
- Tienes que estar de coña Jack - resoplo. La llave está oculta bajo un viejo bidón de gasolina apartado de la entrada, me acerco a por ella. Dejo las piezas a un lado y abro los pesados portones del taller.
- Eh chico, ¿sigues ahí? Anda vente - me asomo por la puerta apenas unos segundos. Creo que agradecerá el refugio por un rato, las sirenas de policía siguen resonando en las calles.
Mientras me acerco a lo que parece ser la dirección correcta, un Audi rojo pasa volando junto a mí, tan rápido que casi me hace frenar de golpe. Me fijo en el coche, y antes de que pueda pensar mucho, el sonido de sirenas perfora el aire. Giro la cabeza para ver a un coche patrulla persiguiéndolo a toda velocidad. Esto es Brooklyn, pero incluso aquí, esa escena llama la atención.
Sigo conduciendo y aparco el Chevelle frente al taller de Jack. Mientras bajo y ajusto las piezas en mis brazos, veo que un chaval aparece en el extremo de la calle. Anda rápido, con la capucha de la sudadera puesta y una mochila al hombro. Su postura lo dice todo: algo no va bien. Camina como si estuviera intentando desaparecer entre las sombras, aunque su esfuerzo por parecer casual lo delata más.
Lo observo un momento, apoyándome en el coche, antes de llamarle la atención. No lo hago en voz alta, no quiero parecer un matón ni un poli.
- Oye, chico - llamo su atención. - ¿Estás bien?
No hago muchas preguntas de más, pero Brooklyn tiene sus historias, y este crío parece estar metido en una.
Lo dejo ahí, sin presionarlo. Si responde, bien. Si no, que siga su camino. Hay momentos en los que alguien solo necesita una puerta abierta para salir de donde no debería estar. Avanzo con las piezas hacia el taller de Jack que está justo ahí, aunque parece cerrado... echo un rápido vistazo y veo una nota en lo que parece la cerradura de la puerta.
"Tío, me he clavado un destornillador en la mano, he ido a urgencias, ya sabes donde están las llaves. Y si eres Lizzy que te follen."
- Tienes que estar de coña Jack - resoplo. La llave está oculta bajo un viejo bidón de gasolina apartado de la entrada, me acerco a por ella. Dejo las piezas a un lado y abro los pesados portones del taller.
- Eh chico, ¿sigues ahí? Anda vente - me asomo por la puerta apenas unos segundos. Creo que agradecerá el refugio por un rato, las sirenas de policía siguen resonando en las calles.
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Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por Grey Seiffert Lun 02 Dic 2024, 18:24
¿Estoy bien? Bueno, técnicamente no me han pillado, así que podría ser peor. El tipo del coche guapo me suelta esa pregunta como si de verdad le importara, y aunque podría pasar de largo, hay algo en él que me hace quedarme quieto un segundo más. Igual es el coche. O igual es que parece más relajado que esos pringados que te sueltan un sermón de buenas a primeras.
Lo observo mientras se asoma por la puerta del taller y dice que pase. Al principio pienso que está de coña, pero luego miro a mi alrededor. Las sirenas siguen sonando, y la última cosa que necesito es toparme con los polis. Así que, ¿por qué no?
Me acerco a la puerta despacio, mirando al tipo y al garaje que tiene detrás. Es un lugar viejo, lleno de piezas y herramientas por todos lados. Nunca he sido de pasarme por sitios como este, pero la verdad es que tiene su encanto.
- Eh, ¿esto no será una encerrona, no? - pregunto con una media sonrisa, cruzándome de brazos en el marco de la puerta. - Porque, si lo es, voy a estar muy cabreado. Y no querrás verme cabreado.
Entro al garaje y echo un vistazo alrededor, intentando no tocar nada. No sé nada de motores, pero todo esto se ve... interesante. Como algo que podría haber salido de una película de acción. Me acerco a una mesa con herramientas y miro las piezas esparcidas por ahí.
- ¿Tú arreglas coches o los tuneas? - pregunto girándome hacia él con curiosidad. Luego señalo su Chevelle aparcado fuera. - Aunque con ese bicho ahí fuera, ya sé la respuesta. Ese coche está a otro nivel.
No sé por qué me siento más tranquilo aquí. Quizá es porque el sitio tiene un aire auténtico, como si no importara quién seas siempre que no toques nada que no entiendes. Lo cierto es que, por un momento, dejo de pensar en las sirenas y el lío de hace un rato.
- Venga, ¿qué quieres que haga? No sé una mierda de mecánica, pero soy bueno haciendo bulto si eso ayuda.
Le sonrío de lado, esperando su reacción. Total, tampoco tengo nada mejor que hacer.
Lo observo mientras se asoma por la puerta del taller y dice que pase. Al principio pienso que está de coña, pero luego miro a mi alrededor. Las sirenas siguen sonando, y la última cosa que necesito es toparme con los polis. Así que, ¿por qué no?
Me acerco a la puerta despacio, mirando al tipo y al garaje que tiene detrás. Es un lugar viejo, lleno de piezas y herramientas por todos lados. Nunca he sido de pasarme por sitios como este, pero la verdad es que tiene su encanto.
- Eh, ¿esto no será una encerrona, no? - pregunto con una media sonrisa, cruzándome de brazos en el marco de la puerta. - Porque, si lo es, voy a estar muy cabreado. Y no querrás verme cabreado.
Entro al garaje y echo un vistazo alrededor, intentando no tocar nada. No sé nada de motores, pero todo esto se ve... interesante. Como algo que podría haber salido de una película de acción. Me acerco a una mesa con herramientas y miro las piezas esparcidas por ahí.
- ¿Tú arreglas coches o los tuneas? - pregunto girándome hacia él con curiosidad. Luego señalo su Chevelle aparcado fuera. - Aunque con ese bicho ahí fuera, ya sé la respuesta. Ese coche está a otro nivel.
No sé por qué me siento más tranquilo aquí. Quizá es porque el sitio tiene un aire auténtico, como si no importara quién seas siempre que no toques nada que no entiendes. Lo cierto es que, por un momento, dejo de pensar en las sirenas y el lío de hace un rato.
- Venga, ¿qué quieres que haga? No sé una mierda de mecánica, pero soy bueno haciendo bulto si eso ayuda.
Le sonrío de lado, esperando su reacción. Total, tampoco tengo nada mejor que hacer.
- Grey:
Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por James Davenport Lun 02 Dic 2024, 19:46
Me quedo mirando al chico mientras entra, con esa mezcla de desparpajo y nervios que parece ser su forma de encarar la vida. No digo nada al principio, dejando que eche un vistazo al taller. Lo observo mientras se pasea por ahí, señalando herramientas y hablando como si intentara llenar el silencio. Me recuerda a Evan en sus momentos más inquietos, aunque este chico parece algo más... perdido.
Cuando suelta lo de "hacer bulto", dejo escapar un leve resoplido que podría parecer una risa, pero no lo es del todo. Me apoyo en una mesa de trabajo y lo miro directamente.
- Hacer bulto no sirve de nada aquí, chico. Si no sabes de mecánica, es mejor que aprendas algo útil - cruzo los brazos, haciendo una pausa antes de continuar. - ¿Te gustan los coches, o solo te gusta correr con ellos? Porque son dos cosas diferentes.
Le lanzo la pregunta sin demasiada emoción, pero con un tono que deja claro que espero una respuesta. No soy de los que hacen charlas motivacionales, pero algo en este crío me dice que necesita escuchar algo más que regaños.
- Ese Chevelle que viste ahí fuera... No se mantiene solo. Cada tornillo, cada pieza, todo tiene un propósito. Si no lo entiendes, no dura. Los coches no son solo para correr o impresionar. Si los cuidas, te pueden llevar más lejos de lo que cualquier persona podría.
Vuelvo la vista hacia el banco de trabajo, donde están las piezas que traje para Jack. Cojo una de ellas, un carburador viejo, y se lo muestro.
- Esto de aquí. Parece una chatarra, ¿no? Pero es el corazón de un motor. Si sabes cómo funciona, puedes hacer que un coche muerto vuelva a la vida. Y si no, bueno... acabará oxidándose en algún sitio, como muchos que he visto.
Le dejo el carburador sobre la mesa, entre nosotros, y me vuelvo a cruzar de brazos.
- No necesitas saberlo todo de mecánica para empezar. Solo necesitas curiosidad y paciencia. ¿Tienes alguna de esas dos cosas, o solo viniste aquí para esconderte?
No sonrío, pero mi tono no es duro. Sé que los chavales como este no necesitan que les griten, sino que les den algo en lo que pensar. Si tiene algo de interés, se quedará. Si no, seguirá su camino. Pero por ahora, dejo la pelota en su tejado.
Cuando suelta lo de "hacer bulto", dejo escapar un leve resoplido que podría parecer una risa, pero no lo es del todo. Me apoyo en una mesa de trabajo y lo miro directamente.
- Hacer bulto no sirve de nada aquí, chico. Si no sabes de mecánica, es mejor que aprendas algo útil - cruzo los brazos, haciendo una pausa antes de continuar. - ¿Te gustan los coches, o solo te gusta correr con ellos? Porque son dos cosas diferentes.
Le lanzo la pregunta sin demasiada emoción, pero con un tono que deja claro que espero una respuesta. No soy de los que hacen charlas motivacionales, pero algo en este crío me dice que necesita escuchar algo más que regaños.
- Ese Chevelle que viste ahí fuera... No se mantiene solo. Cada tornillo, cada pieza, todo tiene un propósito. Si no lo entiendes, no dura. Los coches no son solo para correr o impresionar. Si los cuidas, te pueden llevar más lejos de lo que cualquier persona podría.
Vuelvo la vista hacia el banco de trabajo, donde están las piezas que traje para Jack. Cojo una de ellas, un carburador viejo, y se lo muestro.
- Esto de aquí. Parece una chatarra, ¿no? Pero es el corazón de un motor. Si sabes cómo funciona, puedes hacer que un coche muerto vuelva a la vida. Y si no, bueno... acabará oxidándose en algún sitio, como muchos que he visto.
Le dejo el carburador sobre la mesa, entre nosotros, y me vuelvo a cruzar de brazos.
- No necesitas saberlo todo de mecánica para empezar. Solo necesitas curiosidad y paciencia. ¿Tienes alguna de esas dos cosas, o solo viniste aquí para esconderte?
No sonrío, pero mi tono no es duro. Sé que los chavales como este no necesitan que les griten, sino que les den algo en lo que pensar. Si tiene algo de interés, se quedará. Si no, seguirá su camino. Pero por ahora, dejo la pelota en su tejado.
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Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por Grey Seiffert Mar 03 Dic 2024, 18:21
Miro el carburador que ha dejado en la mesa, ladeo un poco la cabeza como si eso fuera a hacer que entienda mejor qué demonios es. Parece una chatarra, como dice el tío, pero la forma en que habla de ello... no sé, casi suena como si estuviera hablando de algo importante. No de coches, sino de algo más. Siento una chispa de curiosidad, aunque no se lo voy a demostrar todavía.
Levanto la vista hacia él, cruzándome de brazos. Tiene ese aire serio, reservado, como si no estuviera seguro de si merezco su tiempo o no. Y, ¿sabes qué? Eso me pica. No de mala manera, pero me dan ganas de demostrarle que puedo aguantarle el tipo.
- ¿Curiosidad? - repito mirando el carburador un segundo más antes de soltar una pequeña risa. -Bueno, digamos que no suelo preguntarme cómo funcionan las cosas, solo las uso. Pero, oye, no sería la primera vez que alguien dice que debería aprender algo nuevo.
Acerco la mano al carburador, dudando un poco antes de tocarlo, como si fuera a explotar o algo. Es más pesado de lo que esperaba, y siento la grasa y el metal frío bajo los dedos. Lo giro, tratando de entender qué tiene de especial.
- ¿Y este trasto es el "corazón" del coche? - pregunto levantando una ceja. - Pues debe de ser un corazón jodidamente complicado, porque no entiendo ni para qué sirve la mitad de estas cosas.
Le devuelvo el carburador, dejándolo con más cuidado del que me gusta admitir. No quiero parecer un bruto, no después de cómo lo ha descrito. Luego me apoyo en la mesa, mirándole directamente.
- Tienes razón en una cosa, eso sí. Correr con los coches es lo que mola, pero nunca me he parado a pensar en todo lo que lleva detrás. Supongo que siempre he sido más de disfrutar lo que hay, no de preocuparme por cómo se hace. Pero ahora que lo dices... - me encojo de hombros y sonrío, algo más relajado - puede que sea hora de cambiar eso. Si los coches pueden "llevarte más lejos que la gente", como dices, supongo que debería empezar a tratarlos mejor.
Hago una pausa, y mi sonrisa se convierte en algo más burlón, porque no puedo resistirme.
- ¿Así que... tienes paciencia para enseñar, o solo vas a soltarme discursos hasta que me largue?
Es medio en broma, medio en serio. Quiero ver si sigue hablándome o si me dice que coja la puerta. La verdad es que este sitio tiene algo que me gusta. Y aunque no lo admita en voz alta, quiero saber un poco más de lo que él sabe.
Levanto la vista hacia él, cruzándome de brazos. Tiene ese aire serio, reservado, como si no estuviera seguro de si merezco su tiempo o no. Y, ¿sabes qué? Eso me pica. No de mala manera, pero me dan ganas de demostrarle que puedo aguantarle el tipo.
- ¿Curiosidad? - repito mirando el carburador un segundo más antes de soltar una pequeña risa. -Bueno, digamos que no suelo preguntarme cómo funcionan las cosas, solo las uso. Pero, oye, no sería la primera vez que alguien dice que debería aprender algo nuevo.
Acerco la mano al carburador, dudando un poco antes de tocarlo, como si fuera a explotar o algo. Es más pesado de lo que esperaba, y siento la grasa y el metal frío bajo los dedos. Lo giro, tratando de entender qué tiene de especial.
- ¿Y este trasto es el "corazón" del coche? - pregunto levantando una ceja. - Pues debe de ser un corazón jodidamente complicado, porque no entiendo ni para qué sirve la mitad de estas cosas.
Le devuelvo el carburador, dejándolo con más cuidado del que me gusta admitir. No quiero parecer un bruto, no después de cómo lo ha descrito. Luego me apoyo en la mesa, mirándole directamente.
- Tienes razón en una cosa, eso sí. Correr con los coches es lo que mola, pero nunca me he parado a pensar en todo lo que lleva detrás. Supongo que siempre he sido más de disfrutar lo que hay, no de preocuparme por cómo se hace. Pero ahora que lo dices... - me encojo de hombros y sonrío, algo más relajado - puede que sea hora de cambiar eso. Si los coches pueden "llevarte más lejos que la gente", como dices, supongo que debería empezar a tratarlos mejor.
Hago una pausa, y mi sonrisa se convierte en algo más burlón, porque no puedo resistirme.
- ¿Así que... tienes paciencia para enseñar, o solo vas a soltarme discursos hasta que me largue?
Es medio en broma, medio en serio. Quiero ver si sigue hablándome o si me dice que coja la puerta. La verdad es que este sitio tiene algo que me gusta. Y aunque no lo admita en voz alta, quiero saber un poco más de lo que él sabe.
- Grey:
Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por James Davenport Mar 03 Dic 2024, 19:49
Observo cómo coge el carburador, al principio con esa mezcla de curiosidad y desconfianza típica de alguien que no sabe si está a punto de hacer algo bien o romperlo. Me quedo callado mientras lo gira entre las manos, analizando cada movimiento. Por un momento, pienso que se va a rendir o hacer alguna broma para cambiar de tema, pero entonces lo deja con cuidado sobre la mesa. Esa simple acción me dice más de lo que cualquier palabra podría.
Su pregunta me saca una leve sonrisa, aunque no dejo que lo note mucho. "Corazón jodidamente complicado", dice. No le falta razón. Asiento despacio, cruzándome de brazos mientras lo escucho continuar.
- Sí, chico, es complicado. Pero eso es lo bueno. Las cosas complicadas suelen ser las que más valen la pena - miro el carburador un momento antes de añadir. - Y este trasto, como lo llamas, es el que convierte el aire y la gasolina en movimiento. Sin él, el coche no va a ningún lado. Así que, sí, es el corazón.
Le dejo procesar eso mientras recojo un trapo para limpiar mis manos. Cuando lanza lo de si tengo paciencia para enseñar o si voy a echarle discursos, suelto un leve resoplido y niego con la cabeza. Este chico tiene chispa, lo admito.
- ¿Enseñar? - repito mirándole directamente. - No soy profesor, chico, pero te diré algo: si tienes ganas de aprender, no voy a echarte de aquí. Aunque te advierto que no te voy a dar las cosas masticadas. Si quieres saber cómo funciona algo, tendrás que ensuciarte las manos y usar la cabeza.
Dejo el trapo sobre la mesa y me apoyo en ella, inclinándome un poco hacia él.
- Y otra cosa: los coches no son solo piezas y motores. Son trabajo, paciencia y algo de respeto. Si quieres correr con ellos, primero tienes que entenderlos. Si no, siempre serás uno de esos tipos que los usan y los dejan tirados cuando se rompen. Y déjame decirte algo: los coches, al igual que las personas, no funcionan bien si los tratas así.
Hago una pausa, dejando que mis palabras calen un poco antes de enderezarme.
- Así que, ¿qué dices? ¿Quieres intentarlo o prefieres seguir corriendo por las calles sin saber lo que estás haciendo?
Es un reto, lo sé. Pero los chicos como él necesitan eso. Algo que les pique lo suficiente como para quedarse. Si tiene lo que hace falta, lo descubriré pronto. Si no... bueno, al menos lo habré intentado.
Su pregunta me saca una leve sonrisa, aunque no dejo que lo note mucho. "Corazón jodidamente complicado", dice. No le falta razón. Asiento despacio, cruzándome de brazos mientras lo escucho continuar.
- Sí, chico, es complicado. Pero eso es lo bueno. Las cosas complicadas suelen ser las que más valen la pena - miro el carburador un momento antes de añadir. - Y este trasto, como lo llamas, es el que convierte el aire y la gasolina en movimiento. Sin él, el coche no va a ningún lado. Así que, sí, es el corazón.
Le dejo procesar eso mientras recojo un trapo para limpiar mis manos. Cuando lanza lo de si tengo paciencia para enseñar o si voy a echarle discursos, suelto un leve resoplido y niego con la cabeza. Este chico tiene chispa, lo admito.
- ¿Enseñar? - repito mirándole directamente. - No soy profesor, chico, pero te diré algo: si tienes ganas de aprender, no voy a echarte de aquí. Aunque te advierto que no te voy a dar las cosas masticadas. Si quieres saber cómo funciona algo, tendrás que ensuciarte las manos y usar la cabeza.
Dejo el trapo sobre la mesa y me apoyo en ella, inclinándome un poco hacia él.
- Y otra cosa: los coches no son solo piezas y motores. Son trabajo, paciencia y algo de respeto. Si quieres correr con ellos, primero tienes que entenderlos. Si no, siempre serás uno de esos tipos que los usan y los dejan tirados cuando se rompen. Y déjame decirte algo: los coches, al igual que las personas, no funcionan bien si los tratas así.
Hago una pausa, dejando que mis palabras calen un poco antes de enderezarme.
- Así que, ¿qué dices? ¿Quieres intentarlo o prefieres seguir corriendo por las calles sin saber lo que estás haciendo?
Es un reto, lo sé. Pero los chicos como él necesitan eso. Algo que les pique lo suficiente como para quedarse. Si tiene lo que hace falta, lo descubriré pronto. Si no... bueno, al menos lo habré intentado.
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Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por Grey Seiffert Miér 04 Dic 2024, 20:18
Miro el carburador de nuevo cuando suelta eso de "trabajo, paciencia y respeto". Trabajo y paciencia, vale, suena como cosas que no siempre he tenido, pero respeto… eso me da un poco de risa, aunque no dejo que lo note. ¿Respetar un coche? Bueno, puede que este tipo tenga razón. Si algo te lleva lejos, como dice él, tal vez deberías cuidarlo mejor.
Dejo que sus palabras den vueltas en mi cabeza un momento mientras me balanceo un poco sobre los talones, mirando entre él y el carburador. Luego cruzo los brazos y levanto una ceja, todavía con esa sonrisa medio burlona que me sale sin querer.
- ¿Entenderlos, eh? - repito como si estuviera sopesando la idea. - Supongo que eso suena mejor que acabar siempre corriendo sin saber por qué el coche se apaga de repente.
Doy un paso hacia la mesa, vuelvo a coger el carburador y esta vez lo miro con un poco más de interés, aunque sigo sin entender ni la mitad de lo que dijo antes. Lo giro entre mis manos, esta vez con más calma, como si pudiera averiguar algo solo con mirarlo.
- Vale, admito que tiene su rollo. Y si de verdad esto es el "corazón" del coche, supongo que sería útil saber cómo hacer que lata - levanto la vista hacia él, todavía con esa sonrisa de medio lado. - Pero, oye, no te emociones. No esperes que me convierta en un genio de los motores de un día para otro. Todavía no sé ni cómo cambiar el aceite sin hacer un desastre.
Suelto una pequeña risa y dejo el carburador en la mesa de nuevo, esta vez con más cuidado. Luego le señalo con un dedo.
- Así que, ¿qué haces tú aquí, exactamente? Porque parece que sabes lo que haces, y eso no es muy común por aquí. ¿Te pagan por ser el gurú de los coches o qué?
No es que me importe mucho, pero si voy a escuchar a este tipo, quiero saber un poco más de él. Algo en su forma de hablar me intriga, como si no solo estuviera aquí para soltarme lecciones de vida.
Dejo que sus palabras den vueltas en mi cabeza un momento mientras me balanceo un poco sobre los talones, mirando entre él y el carburador. Luego cruzo los brazos y levanto una ceja, todavía con esa sonrisa medio burlona que me sale sin querer.
- ¿Entenderlos, eh? - repito como si estuviera sopesando la idea. - Supongo que eso suena mejor que acabar siempre corriendo sin saber por qué el coche se apaga de repente.
Doy un paso hacia la mesa, vuelvo a coger el carburador y esta vez lo miro con un poco más de interés, aunque sigo sin entender ni la mitad de lo que dijo antes. Lo giro entre mis manos, esta vez con más calma, como si pudiera averiguar algo solo con mirarlo.
- Vale, admito que tiene su rollo. Y si de verdad esto es el "corazón" del coche, supongo que sería útil saber cómo hacer que lata - levanto la vista hacia él, todavía con esa sonrisa de medio lado. - Pero, oye, no te emociones. No esperes que me convierta en un genio de los motores de un día para otro. Todavía no sé ni cómo cambiar el aceite sin hacer un desastre.
Suelto una pequeña risa y dejo el carburador en la mesa de nuevo, esta vez con más cuidado. Luego le señalo con un dedo.
- Así que, ¿qué haces tú aquí, exactamente? Porque parece que sabes lo que haces, y eso no es muy común por aquí. ¿Te pagan por ser el gurú de los coches o qué?
No es que me importe mucho, pero si voy a escuchar a este tipo, quiero saber un poco más de él. Algo en su forma de hablar me intriga, como si no solo estuviera aquí para soltarme lecciones de vida.
- Grey:
Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por James Davenport Vie 06 Dic 2024, 16:21
El chico tiene chispa, eso es evidente. Suelta sus comentarios con esa mezcla de sarcasmo y curiosidad que me hace pensar que no está tan perdido como parece. Lo observo mientras vuelve a coger el carburador y lo deja en la mesa con más cuidado que antes. Veo el cambio, pequeño, pero ahí está. Algo ha despertado en él.
Cuando pregunta qué hago aquí, no puedo evitar una leve sonrisa. Me cruzo de brazos y dejo que el silencio se alargue un poco, como si estuviera pensando si vale la pena responder. No soy de soltar más de lo necesario, pero tampoco quiero ahuyentarle ahora que parece dispuesto a quedarse.
- Solo estoy haciendo un favor a un viejo amigo - respondo finalmente, con un tono neutro. Señalo las piezas que traje conmigo. - Traje unas piezas que necesitaba. Él suele trabajar con clásicos y proyectos raros. Me llamó porque sabía que yo podía conseguirlas.
Me acerco un paso hacia la mesa y cojo el carburador, dándole una vuelta rápida entre mis manos antes de dejarlo en su sitio.
- No soy un "gurú", chico. Solo alguien que ha pasado suficiente tiempo en talleres para saber que los coches, como todo lo demás, requieren dedicación. Si no te interesa, está bien. Pero si decides aprender, te prometo que no te vas a arrepentir - le miro directamente, manteniendo mi tono firme pero sin forzar nada.
- La mecánica tiene algo especial. Es simple y complicada a la vez. Puede que al principio no lo entiendas, pero cuando veas un motor arrancar después de que tú mismo lo has reparado... créeme, es una sensación que no se compara con nada - me aparto un poco, dándole espacio, y me apoyo de nuevo en la mesa.
- Así que tú decides. Pero si quieres saber por dónde empezar, el carburador es un buen punto. Y si no... bueno, espero que tengas buenas piernas para seguir corriendo cada vez que las cosas se compliquen - no sonrío, pero dejo que mi tono sea lo bastante neutral como para que no suene a burla. Solo a un reto, el tipo de reto que un chico como él probablemente no pueda resistir.
Cuando pregunta qué hago aquí, no puedo evitar una leve sonrisa. Me cruzo de brazos y dejo que el silencio se alargue un poco, como si estuviera pensando si vale la pena responder. No soy de soltar más de lo necesario, pero tampoco quiero ahuyentarle ahora que parece dispuesto a quedarse.
- Solo estoy haciendo un favor a un viejo amigo - respondo finalmente, con un tono neutro. Señalo las piezas que traje conmigo. - Traje unas piezas que necesitaba. Él suele trabajar con clásicos y proyectos raros. Me llamó porque sabía que yo podía conseguirlas.
Me acerco un paso hacia la mesa y cojo el carburador, dándole una vuelta rápida entre mis manos antes de dejarlo en su sitio.
- No soy un "gurú", chico. Solo alguien que ha pasado suficiente tiempo en talleres para saber que los coches, como todo lo demás, requieren dedicación. Si no te interesa, está bien. Pero si decides aprender, te prometo que no te vas a arrepentir - le miro directamente, manteniendo mi tono firme pero sin forzar nada.
- La mecánica tiene algo especial. Es simple y complicada a la vez. Puede que al principio no lo entiendas, pero cuando veas un motor arrancar después de que tú mismo lo has reparado... créeme, es una sensación que no se compara con nada - me aparto un poco, dándole espacio, y me apoyo de nuevo en la mesa.
- Así que tú decides. Pero si quieres saber por dónde empezar, el carburador es un buen punto. Y si no... bueno, espero que tengas buenas piernas para seguir corriendo cada vez que las cosas se compliquen - no sonrío, pero dejo que mi tono sea lo bastante neutral como para que no suene a burla. Solo a un reto, el tipo de reto que un chico como él probablemente no pueda resistir.
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Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por Grey Seiffert Sáb 07 Dic 2024, 16:07
Levanto una ceja mientras le escucho hablar de "dedicación" y de esa sensación al hacer arrancar un motor que tú mismo has arreglado. Parece tan seguro de lo que dice que, por un momento, me pregunto si de verdad vale la pena intentarlo. Claro, no voy a soltar algo así en voz alta. No todavía.
- ¿Dedicación, eh? - repito dándole un par de toquecitos al carburador con los nudillos como si estuviera probando si es real. - No sé si soy muy bueno en eso. Lo mío siempre ha sido más... improvisar. Ya sabes, ir tirando.
Digo eso, pero la forma en que habla hace que quiera quedarme. No sé si es porque parece saber lo que hace o porque no está intentando impresionarme. Simplemente dice las cosas como son. Me cae bien, aunque no se lo voy a decir de frente.
- Pero, oye, no te voy a mentir - me cruzo de brazos y miro el carburador otra vez. - Eso de "hacer arrancar algo que has arreglado tú mismo" suena bastante bien. Debe ser como... no sé, magia, pero con grasa. Y algo me dice que no necesitas varitas para eso, ¿no?
Dejo escapar una risa corta, porque no puedo evitar hacer un comentario sarcástico, pero vuelvo a mirarle con algo más de interés. Me aparto de la mesa y doy un par de pasos por el taller, mirando las herramientas y las piezas como si estuviera viendo algo nuevo por primera vez.
- Así que esto es un buen punto para empezar, ¿eh? - señalo el carburador con la barbilla y luego me giro hacia él. - Venga, va. Muéstrame algo. No prometo que lo pille a la primera, pero, como dices, mejor esto que seguir corriendo por las calles.
Me apoyo en la mesa y le miro, esta vez sin la fachada de chulo. No sé qué tiene este tipo, pero me hace querer intentarlo. Solo un poco. Por ahora.
- ¿Dedicación, eh? - repito dándole un par de toquecitos al carburador con los nudillos como si estuviera probando si es real. - No sé si soy muy bueno en eso. Lo mío siempre ha sido más... improvisar. Ya sabes, ir tirando.
Digo eso, pero la forma en que habla hace que quiera quedarme. No sé si es porque parece saber lo que hace o porque no está intentando impresionarme. Simplemente dice las cosas como son. Me cae bien, aunque no se lo voy a decir de frente.
- Pero, oye, no te voy a mentir - me cruzo de brazos y miro el carburador otra vez. - Eso de "hacer arrancar algo que has arreglado tú mismo" suena bastante bien. Debe ser como... no sé, magia, pero con grasa. Y algo me dice que no necesitas varitas para eso, ¿no?
Dejo escapar una risa corta, porque no puedo evitar hacer un comentario sarcástico, pero vuelvo a mirarle con algo más de interés. Me aparto de la mesa y doy un par de pasos por el taller, mirando las herramientas y las piezas como si estuviera viendo algo nuevo por primera vez.
- Así que esto es un buen punto para empezar, ¿eh? - señalo el carburador con la barbilla y luego me giro hacia él. - Venga, va. Muéstrame algo. No prometo que lo pille a la primera, pero, como dices, mejor esto que seguir corriendo por las calles.
Me apoyo en la mesa y le miro, esta vez sin la fachada de chulo. No sé qué tiene este tipo, pero me hace querer intentarlo. Solo un poco. Por ahora.
- Grey:
Re: Hola, me llamo Mozart ~ Libre
por James Davenport Ayer a las 19:50
Observo cómo se pasea por el taller, tocando cosas aquí y allá, con esa mezcla de sarcasmo y genuino interés que parece ser su forma de ver el mundo. Dice que lo suyo es improvisar, pero la verdad es que no parece del tipo que solo deja pasar las cosas sin más. Tiene curiosidad, aunque no lo admita directamente. Eso ya es un buen comienzo.
Cuando dice lo de la "magia con grasa", dejo escapar un pequeño resoplido. Este chico tiene un modo peculiar de expresarse, pero por alguna razón, no me molesta. Incluso podría acostumbrarme.
- No hay magia aquí, chico. Todo lo que pasa en un motor tiene una razón. Si entiendes cómo funciona cada pieza, puedes hacerlo arrancar. Y si no, bueno, acabas sudando horas hasta que lo descubres. Es así de simple.
Señalo el carburador que sigue en la mesa y cojo una llave inglesa del banco de herramientas.
- Vale, vamos a hacer algo fácil. Lo básico: esto mezcla el aire y el combustible para que el motor funcione. Si no lo hace bien, el coche falla. Así que lo primero que hay que saber es cómo desmontarlo, limpiarlo y volver a montarlo sin cargártelo - le paso la llave inglesa, manteniendo mi expresión seria. - No te preocupes por hacerlo perfecto. Solo presta atención a lo que haces, y recuerda cómo desmontas cada pieza. Así sabrás cómo volverla a poner.
Me apoyo en la mesa, observándole mientras toma la herramienta.
- Y por cierto... no hace falta que lo pilles todo a la primera. Lo que importa es que te importe lo suficiente como para volver a intentarlo. Los coches tienen paciencia. Tú deberías aprender un poco de eso también.
Hago una pausa, dejando que se centre en el carburador.
- Ah, y una cosa más: si no estás seguro de algo, pregunta. Mejor eso que romperlo. Aunque si lo rompes... bueno, aprenderás igual, pero será más caro.
Le miro directamente, esperando su reacción. No suelo perder el tiempo con cualquiera, pero algo en este chico me dice que, con el empujón adecuado, podría aprender más que a improvisar. Tal vez incluso a construir algo que dure.
Cuando dice lo de la "magia con grasa", dejo escapar un pequeño resoplido. Este chico tiene un modo peculiar de expresarse, pero por alguna razón, no me molesta. Incluso podría acostumbrarme.
- No hay magia aquí, chico. Todo lo que pasa en un motor tiene una razón. Si entiendes cómo funciona cada pieza, puedes hacerlo arrancar. Y si no, bueno, acabas sudando horas hasta que lo descubres. Es así de simple.
Señalo el carburador que sigue en la mesa y cojo una llave inglesa del banco de herramientas.
- Vale, vamos a hacer algo fácil. Lo básico: esto mezcla el aire y el combustible para que el motor funcione. Si no lo hace bien, el coche falla. Así que lo primero que hay que saber es cómo desmontarlo, limpiarlo y volver a montarlo sin cargártelo - le paso la llave inglesa, manteniendo mi expresión seria. - No te preocupes por hacerlo perfecto. Solo presta atención a lo que haces, y recuerda cómo desmontas cada pieza. Así sabrás cómo volverla a poner.
Me apoyo en la mesa, observándole mientras toma la herramienta.
- Y por cierto... no hace falta que lo pilles todo a la primera. Lo que importa es que te importe lo suficiente como para volver a intentarlo. Los coches tienen paciencia. Tú deberías aprender un poco de eso también.
Hago una pausa, dejando que se centre en el carburador.
- Ah, y una cosa más: si no estás seguro de algo, pregunta. Mejor eso que romperlo. Aunque si lo rompes... bueno, aprenderás igual, pero será más caro.
Le miro directamente, esperando su reacción. No suelo perder el tiempo con cualquiera, pero algo en este chico me dice que, con el empujón adecuado, podría aprender más que a improvisar. Tal vez incluso a construir algo que dure.
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