He vuelto...[Aiden, Kennedy, Matthew]

Recuerdo del primer mensaje :


El viaje ha sido duro, tanto que se ha vuelto a quedar dormido, ya no recuerda a cual de los dos logró convencer para conducir hasta casa, pero solo abre apenas los ojos cuando siente que el vehículo se detiene, alguien ha tenido el decoro de bajar la música, pero los nuevos sonidos son peores.
Adam está roncando durmiendo a pierna suelta en el asiento de atrás, alargado, con la escopeta entre sus brazos como si fuera un osito de peluche.

Poco a poco se cuenta, de que al parecer han llegado, se incorpora sin decir nada, pisa el botón de la puerta trasera y después en la misma puerta coloca el seguro para que no se vuelva a cerrar, es entonces cuando se queda mirando el suelo de tierra, recordando casi con exactitud todo el lugar, no sabe si habrá puesto la vaya o no, pero sin duda, antes de bajar, toma aire, logrando atesorar el momento de haber regresado y ahber cumplido su promesa.

Conforme sus pies llegan al suelo respira hondo con fuerza, se da media vuelta y sale de la parte de atrás del vehículo para observar el bar en todo su esplendor, al fin, después de tanto, la sonrisa se apodera de su rostro mientras la busca con la mirada, si no la viera, empezaría a gritar su nombre antes de entrar.

"Al fin...Al fin..." Es todo lo que puede pensar, agotado después de tanto, pero motivado como si fuera a quemar un estadio de fútbol por pura diversión, y ya tuviera toda la gasolina lista, el mechero en la mano y tan solo, le faltara la señal.

El miembro 'Kennedy Ulliel' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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'Números' :

Resultados :

Había matado a un zombie, no lo podía creer pero sí que sabía que era uno de mucho y eso le agradaba. La sonrisa en su rostro no se podía ir, estaba intentando no saltar de alegría ni gritar. Escuchó a Balion felicitarle y soltó una carcajada entregándole a Matthew el rifle, su mirada fue hacia la joven la cual alzó su mano para chocarla con él y eso hizo; chocó su mano con ella sin dejar de sonreír.

—Parece ser que no me he olvidado de disparar —comentó con gracia, recordaba que en la academia había disparado rifles pero con cartuchos y estaba a nada de poder graduarse pero cuando todo sucumbió esas ganas de graduarse quedaron de lado.

Asintió ante las palabras de la joven y bajó justo después de ella para poder ir, de nuevo a la zona donde había estado; se sentó mientras esperaba a que la comida estuviera lista. Su mente divagó al pasado, a cuando estaba con sus padres... Quería volver a verles y poder comentarles todo lo que había vivido, esperaba que siguieran con vida.

Conforme termina, hay una de las pizzas a las que ha puesto unas cuántas guindillas y a otra que no, pero ya está el horno caliente, el estilo italo-americano es el favorito de todo el mundo, no el tradicional americano o la pizza tradizzionale italiana. Adam está encantado con la vida que ha tenido, ha sufrido mucho sí, ha tenido que superar insuperables dificultades, pero también por ello ha viajado tanto y ha conocido tantas historias, tantas personas y tantas culturas que ahora en el fin del mundo disfruta de recordar y traer un poco de aquellos tiempos que tan felices los hicieron a todos.

Abre el horno y usa la pala improvisada que ha fabricado con utensilios de cocina y una tabla de madera, la magia de la cinta americana, el desinfectante, secar al aire, enjugagar, secar al aire y para el momento necesitado, vuelto de su viaje, ya tiene la pala lista para lo que le prometió, al menos una parte, ha estado puliendo sus habilidades construyendo y arreglando cosas en Talahasse desde que la conoció, que diantres, desde que vió la radio estropeada sintió que jamás sería lo bastante bueno para ella si todo lo que iba a saber hacer era matar y matar, en absoluto, por eso ahora mientras hecha un poco de harina sobre la pala para enganchar la primera y meterla al horno, lo hace con una gran satisfacción personal, de un sueño cumplido, quien le diría que acabaría volviéndo a ser tan feliz después de tanto tiempo, dudando siquiera si marcharse siquiera de Talahasse.

-Bueno, pues parece que al final una de ellas tendrá un sabor especial y la otra recordará a una buena tarde de partido de baseball, nosé, los Cavaliers contra los Yankees? hecho de menos demasiadas cosas...-Le da un beso después del mordisco, deja la pala y se pone a bailar con ella al ritmo de la música.
-Pues tendrás que esperar un poco aún cariño, se tiene que hacer la comida, el fuego fuera está a tope, porqué no sacáis algo de picar? seguro que algo quedará por la despensa, también debería haber refrescos de la fábrica de detroit, sabías que hay peña en detroit que hace esta mierda porque eran antiguos trabajadores y ganan recursos con ello? son los de la etiqueta de Zombie-cola, lo sé, el nombre es una mierda, pero no se lo puse yo, igual podrías hablar con ellos y sugerirles algo mejor, el resto de latas seguramente esté caducado o que sé yo, cuatro años más tarde supongo que ya no habrá quien se beba las del viejo mundo...-Pone cara de asco y después la deja ir parando de bailar, acercándola justo antes, para darle otro beso y soltarla del todo.
-Si queremos cenar habrá que sacar una mesa! Kowalski! Me echas una mano! Aiden, necesitamos la bebida y en alguna parte del desastre que hay ahora por cocina hay un rollo de papel que nos valdrá como servilletas, hay que encontarlo!...-Se nota que Adam está más animado que nunca.

Dejo salir una pequeña risa al escuchar como Balion y su mujer comenzaba a hablar. Por supuesto que las personas podían fallar pero comenzaba a creer que ella solo lo había hecho para darle ánimos al muchacho allí. Por su parte había pensado que aquello no era necesario, Aiden solo necesitaba partir más, exactamente como todo. Aun así mantenía silencio, por lo general no hablaba tanto con las personas, quizás porque se había desacostumbrado a eso, la verdad es que no iba a pensarlo mucho en ese momento.

Bajo del techo y se quedó afuera mientras dejaba que todos se pusieran cómodo, solo para  sacar otro cigarrillo y encenderlo, quizás no debería seguir fumando, sobre todo porque cada vez se le hacía más difícil encontrar de esas mierdas. Le dio una larga calada al cigarrillo antes de soltar el humo, sabía que probablemente la ex seals quisiera pasar un tiempo con su mujer ahora.

Escucho su apellido y se dirigió a la cocina para mirarlos con una sonrisa –Yo me encargo de la mesa- Se puso el cigarrillo en la boca y se dedicó a llevar la mesa y las sillas para afuera, lo hizo con tranquilidad porque aunque no lo pensara en ese momento, era la primera vez en mucho tiempo que se  encontraba mas relajado, sabía que si los zombies atacaban estaban estas personas para cubrirle la espalda –Todo esta listo- Les grito antes de terminar su cigarrillo y tirarlo al suelo para pisarlo

S O U N D T R A C K

— Bueno, veo que vosotros os encargáis bastante bien de todo — Kennedy se cruzó de brazos, aunque su rostro denotaba diversión. — Buscaré esas latas... — la pelirroja se adentró en la cocina más aún, para buscar en los muebles del fondo. Allí localizó varias latas de refresco que fue sacando, entre ellas cocacola principalmente. También dio con un par de latas de aceitunas. Sacó todo y se fue al exterior para dejarlas sobre la mesa que Matt había preparado.

— Creo que llevan un año caducadas, pero... — Kennedy se encogió de hombros y abrió una de las latas. Tras olerlas, probó una. — Comestible, están hasta ricas — Kennedy se sentó en una de las sillas. — Os espero aquí, bebiendo y comiendo — abrió una de las latas de cocacola y le dio un largo trago. — No están mal Adam — regresó a la cocina. — Es que tampoco sé si fiarme de una lata llamada Zombie Cola... — enarcó una ceja a la vez que se acercaba a él con el refresco que acababa de abrir. — Prueba, ha perdido algo de gas, pero... — hizo una ligera mueca. — Chicos, ¿queréis? — señaló la otra lata de aceitunas que había traído y depositado sobre la encimera. — ¿O una zombie-cola? — sonrió mientras tomaba asiento en la encimera.

Levantándose del sitio se estiró para poder ir hacia donde Balion le había dicho que podía encontrar lo que necesitarían, su mente divagó por un momento al pasado y se quedó mirando su brazo. En su mente aún podía escuchar los gruñidos del zombie que le había mordido, cerró los ojos apretando la mandíbula.

Suspirando abrió los ojos para poder tomar la bebida y el papel, que no le fue fácil encontrarlo. Una vez tuvo ambas cosas en la mano se encaminó hacia donde se encontraba el resto para dejarlo en la mesa.

—¿Zombie-cola? —preguntó extrañado pero medio riendo, nunca había escuchado ese término.

-Que pasa no quieres morirte sola si están envenenadas no?...-La abraza y le da un mordisco  en el cuello como si fuera un zombie.
-Keeeenneeeedyyyyy...-Arrastra la voz fingiendo ser un zombie, pero al final toma la lata y con gesto forzado se la bebe, al estilo zombie, sin ningún miedo a ponerse en ridículo.
-Están...Muy buenas...-Deja de fingir y mira la lata de nuevo-...Joder...-De nuevo vuelve a la realidad con ella, en sí al ver que Matt lo tiene todo controlado, vuelve al horno, tras charalr un rato con los demás, para comprobar que efectivamente las pizzas están listas para tomar, así que baja la música clásica que estaba sonando y finalmente las sirve, en unas laminas de metal imprisadas, saca su navaja y la deja clavada en una de las pizzas, tras servirlas con habilidad en la mesa.

-Las vamos a comer al estilo vietnam si nadie se atreve que me avise! Yo las corto!...-Termina echandose 4 aceitunas a la boca y volviendo a dentro a por el orégano y cuatro tonterías más, al volver se sienta un momento, contemplando las humeántes y sabrosas pizzas que acaba de hacer.
-Que aproveche...-Los va mirando a todos hasta quedarse mirando a Kennedy-...Nos lo hemos ganado, nos lo merecemos...-Sabe que igual no está prestando toda la atención que debe a sus invitados, pero hay una fuerza que no puede explicar, recorriendo sus venas ahora mismo, ardiendo en silencio, por saber que toda la cena y todo el momento, no será más que una ilusión si nadie hace nada, si nadie se levanta para decir basta y establecer límites.
"No descansaré hasta que vivas en una casa de verdad y camines tranquila por tu propio barrio...Hasta que seamos de nuevo los dueños absolutos de nuestras vidas...No conoceré descanso hasta que no hayan muerto, todos y cada uno de ellos..."No puede quitarle los ojos de encima, parece en otra parte, aprieta tanto la mandíbula que hasta se dibuja en su rostro la tensión.
Finalmente, se siente voluntario, con habilidad, toma la navaja y empieza a cortar la pizza de manera perfecta, gracias al filo y la forma, apoyando las manos con calma pero con destreza.
-Mucho picante izquierda, nada de picante derecha, joder no puedo esperar, de que lo prefieres cariño?...-Se frota las manos esperando una respuesta.

Matt se había quedado en silencio, no porque se sintiera incómodo sino porque era la primera vez en mucho tiempo que sentía tanta tranquilidad, era como en los viejos tiempos cuando se encontraba entre amigos. Así que miro a Balion mientras cortaba la pizza y sonrió, había perdido la esperanza de volver a contactar.er algo así pero de alguna manera ahí estaban, así que no se iba a quejar de cómo se comía.

El hombre frente a él parecía tan enamorado de su mujer que lo hizo pensar en Ashley y en la manera que el mismo se había enamorado ¿De verdad dejaría todo atrás? Si, una parte de él sabía que el pasado ya estaba y no servía de nada seguir pensando en el, aunque muchas veces la culpa de lo que había pasado lo había estado matando. Decisión pensar en su familia y en la decisiones que había tomado, era un momento de tranquilidad y tenía pocos de eso.

Al final Matt saco un trozo de pizza con picante y le dio una mordida, lo mastico un rato antes de empezar a reírse -no bromeabas con lo del picante ¿No?- respiro profundo y le dio otra mordida a la pizza -creo que después de esto voy a necesitar mucha agua- aún así siguió comiendo y disfrutando el momento

Reía, sí, reía a carcajadas limpias, como no lo había hecho en años. Mientras estaba sentada sintiendo la vrisa de aquella noche, escuchando a sus invitados, tomando un refresco y pizza casera. Perfectamente podría estar soñando. Miraba a Ada y luego a sus invitados, pero volvía a mirarlo a él y su sonrisa se transformaba por completo. Era cálida, como el momento ue estaban viviendo, algo que podría ser único.

— Obviamente empiezo por la picante, si luego creo que te has pasado me arrepentiré, pero de momento mi favorita... — iba diciendo mientras que la mujer se estiraba a por el trozo de pizza. — Hmmm... pues me gusta... ay no, me está empezando a picar ahora más — por un moemnto puso cara de pánico totalmente fingida, porque sus labios se curvaban en una sonrisa. Todo mientras que lo más rápido posible volvía a beber para aliviar el picor. AL mirar la cara de Matt y la suya propia volvió a reirse. Sí, le había echado picante.

— Nos lo merecemos, por mucho más días permaneciendo vivos para más momentos así — alzó la lata. — ¡Salud! — bebió. Mañana podrían morir, que el mundo se volviera aún más inhóspito, frío... cualquier desastre. Aquella noche se la habían ganado solo para ellos. Era su despedida de Tallahassee, no pudo evitar mirar de reojo el lugar, observarlo bien, recordar tantos momento... sí, estaba siendo una buena despedida. Pero los cambios eran mucho mejores, la sonrisa en sus labios creción aún más si era posible cuando observó a Adam nuevamente.

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