- Welcome
- Basic
- Extra!
Estás solo, todo está destruído, la muerte quiere cazarte. Has sobrevivido al fin y eso no es todo: esta guerra sigue en pie, pues el fin supone un nuevo principio, uno más tormentoso donde tendrás que demostrar lo que vales. ¿Crees poder sobrevivir?, si no... Abandonad toda esperanza aquellos que os adentráis en este nuevo, virulento y destrozado lugar.
Conectarse
Últimos temas
¿Quién está en línea?
En total hay 5 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 5 Invitados :: 1 Motor de búsquedaNinguno
Élite {36/54}
|
Hermanos
Directorios
|
¿Recuerdas las últimas navidades? [Matthew K.]
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
24 de diciembre de 2015
Atardecer, Silver Lake
Atardecer, Silver Lake
Habían sido unos días de lo más extraños. Aquel mes... había ocurrido prácticamente de todo. Había estado hasta arriba de trabajo, sustituyendo en muchas ocasiones a Nicholas. Sobre todo a la hora de tomar algunas decisiones. La falta de un médico en el refugio se hacía notar y en algunas ocasiones mis conocimientos no eran suficientes, aunque había podido solventar todos los problemas que habíamos tenido.
La llegada de Matthew al campamento había sido una de las mejores cosas que me habían pasado en todo este tiempo, por no decir que se trataba de la mejor. Pero nada había sido como yo creía, entre todo el trabajo que tenía y que él mismo había comenzado a colaborar con el refugio, apenas nos habíamos visto mucho. El invierno estaba prácticamente sobre nosotros, así que había muchas cosas que tener listas para entonces. Nos estábamos abasteciendo de ropa de abrigo, mantas, cultivos, comida... todo cuanto encontrábamos era almacenado.
Matt había sufrido graves heridas en una salida. Estuve con él curando sus heridas al principio, aunque ni hablamos o igual él ni siquiera era consciente de lo que pasó. Después otros se encargaron de que estuviera bien, de que fuera mejorando y comiera, cuando pasó lo peor. Yo trataba de acercarme todas las noches a ver como estaba, pero... casi ni hablábamos. Yo seguía sumergida en tareas del campamento, salidas, mis investigaciones...
Aquel día estaba siendo bastante diferente, atardecía y el campamento estaba prácticamente vacío.
— ¿Dónde están todos? — pregunté a la primera persona con la que me crucé. Cargaba con unas carpetas que llevaba a mi cabaña, donde había improvisado un pequeño laboratorio. — Ashley, es Nochebuena, descansa, la mayoría está en el comedor — mi cara cambió drásticamente. Me había olvidado por completo. Navidad, había olvidado la navidad.
Una media hora más tarde me encontraba frente a la puerta de una de las cabañas del refugio. Con la mano a punto de rozar la madera. ¿era estúpido aquello? Me sentía así. Pero no pensé más, mis nudillos llamaron a la puerta.
— ¿Matt? — empujé con suavidad la puerta y asomé mi rostro por el hueco. — ¿Se puede? — pregunté en aquel tono de voz bajo. De normal solía llevar el cabello recogido en una coleta, sin embargo ahora lo llevaba suelto, había dejado en mi cabaña mis habituales prendas de diario y vestía algo más elegante, no es que tuviera mucha ropa allí. La gran mayoría estaba desgastada o rota, era cómoda, de diario para sobrevivir al fin del mundo. Y sin embargo, pensé que para esa noche no estaría de más vestir algo diferente. Incluso había usado un viejo pintalabios que guardaba en mi mochila. Hacía como... ¿tres años? Sí.
Mientras esperaba una respuesta volví a sentirme de aquella forma. ¿Qué pretendía allí ahora? Me habían pedido que dejase de trabajar y eso estaba haciendo, hacía tres años que no podía celebrar una navidad, o simplemente celebrar algo... y si podía hacerlo por fin junto a la persona que quería... otra cosa era que Matt quisiera estar conmigo ahora.
- Matt :
Una de las cosas que más amaba de ese campamento era la oportunidad de poder darse un baño, la verdad es que se sentía bien poder quitarse la mugre después de un largo día de trabajo. Llevaba más de una semana pensando ¿Que iba a hacer con Ashley? Sabía que lo que lo ha Is pasado entre ellos pero también ha Is estado a punto de que se lo comiera una serpiente de tres metros y la idea de no volver a verla se le hizo algo insoportable. Ellos ya habían vivido el fin del mundo, ahora les tocaba sobrevivir en el y toda esa situación solo le había hecho pensar que lo poco que lo podía hacer sentir vivo era muy importante.
Se había puesto un pantalón y las botas militares, también una camiseta mangas largas pero no había alcanzado a abrigarse cuando sintió que alguien golpeaba la puerta -ya voy- sabía que aquella noche la gente pensaba en reunirse en el comedor, suponía que si Ashley estaba allí le terminaría por pedir que luego hablarán. Pero entonces la voz de Ashley hizo que girará y que guardara con rapidez aquello que tenía en la mano -si, pasa- su voz sonó calmada mientras la veía entrar.
Estaba diferente y el casi con una mirada boba dijo -wow, estás preciosa- las palabras salieron incluso antes que pudiera pensar si era adecuado o no. Por unos momentos se quedó completamente callado sin saber exactamente¿Que sería conveniente decir? Pero las cosas se estaban poniendo incómodas así que sonrió y dijo -no se porque pero me siento como si fuera nuestra primera cita- dijo con suavidad y se acercó a ella, no podía evitar mirarla de una manera más suave y dulce.
Levantó la mano y le acarició la mejilla -que bueno que viniste Ash, quería... Bueno no sé qué quería, supongo que desees hace unos días quería verte- bajo la mano hacia el mentón de ella y la tomo de allí para mirarla a los ojos -creo que te enteraste lo que pasó en el centro comercial- seguía mirándola a los ojos si saber exactamente como seguir así que se acercó un poco más y le acarició la mejilla con la otra mano - Ashley, creo que he sido un poco duro contigo- pero de verdad podía volver a confiar en ella? No estaba seguro, solo sabía que quería arriegarse
Se había puesto un pantalón y las botas militares, también una camiseta mangas largas pero no había alcanzado a abrigarse cuando sintió que alguien golpeaba la puerta -ya voy- sabía que aquella noche la gente pensaba en reunirse en el comedor, suponía que si Ashley estaba allí le terminaría por pedir que luego hablarán. Pero entonces la voz de Ashley hizo que girará y que guardara con rapidez aquello que tenía en la mano -si, pasa- su voz sonó calmada mientras la veía entrar.
Estaba diferente y el casi con una mirada boba dijo -wow, estás preciosa- las palabras salieron incluso antes que pudiera pensar si era adecuado o no. Por unos momentos se quedó completamente callado sin saber exactamente¿Que sería conveniente decir? Pero las cosas se estaban poniendo incómodas así que sonrió y dijo -no se porque pero me siento como si fuera nuestra primera cita- dijo con suavidad y se acercó a ella, no podía evitar mirarla de una manera más suave y dulce.
Levantó la mano y le acarició la mejilla -que bueno que viniste Ash, quería... Bueno no sé qué quería, supongo que desees hace unos días quería verte- bajo la mano hacia el mentón de ella y la tomo de allí para mirarla a los ojos -creo que te enteraste lo que pasó en el centro comercial- seguía mirándola a los ojos si saber exactamente como seguir así que se acercó un poco más y le acarició la mejilla con la otra mano - Ashley, creo que he sido un poco duro contigo- pero de verdad podía volver a confiar en ella? No estaba seguro, solo sabía que quería arriegarse
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Sus mejillas se ruborizaron ligeramente al escucharle. Parecía mentira que después de tantos años él todavía tuviera aquella habilidad por hacerla sentir de esa forma. Solo él era capaz de ello.
— Tú también te ves muy guapo hoy — entró cerrando la puerta tras de si. — El campamento te ha sentado muy bien — añadió con una suave sonrisa. — Casi ni me acordaba del día que era hoy... — esta vez la sonrisa incrementó en sus labios, pero se mostró algo avergonzada. — He estado trabajando mucho estos días... — y por eso mismo, los últimos días una pregunta había estado rondado su cabeza, pero jamás se la había planteado porque hasta temía la respuesta. Algo le decía que se había estado forzando más de la cuenta porque quería evitar a Matthew. Y en aquel momento se dio cuenta de que así había sido, le había estado evitando, porque temía el giro que pudiera llevar su relación ahora.
Estaba aterrada. No quería perderle y comenzaba a pensar que él pasaría página.
— Hablando de eso, yo te debo una... — no terminó la frase y además se sintió muy torpe al hablar. Él se había acercado tanto y ella cerró los ojos suavemente sobre su mano, sintiendo la calidez de esta sobre su piel. — Sí, vine a verte aquella noche, pero... — Ashley sujetó la mano de Matt contra su mejilla hasta que la bajó bajo su mentón y se vio obligada a mirarle, a perderse en el azul de sus ojos y en la marca marrón que tenía en el ojo izquierdo.
— Yo tampoco actué bien contigo Matt, ambos lo sabemos, pero... creo que... — era sorprendente la facilidad con la que era capaz de hablar de hasta las cosas más complicadas y sin embargo, en asuntos del corazón ella se bloqueaba con tanta facilidad. — Yo... creo que todo eso ya da igual, tú estás aquí, yo también... y te sigo queriendo igual o incluso más que antes... — Ashley empezó a hablar sin desviar la mirada de sus ojos, mientras sujetaba las manos de él. — Estos últimos días, pese a estar los dos en Silver Lake, creo que hemos estado más distanciados que nunca y yo... te necesito a mi lado — finalmente optó por sincerarse y soltarlo todo. — Si tú... aún, no... te sientes del todo bien conmigo, está bien... podemos, no sé... — no sabía ni qué decirle, porque ella quería explicarle que no le importaba esperar, ir poco a poco, pero temía la respuesta que él pudiera darle.
— Tú también te ves muy guapo hoy — entró cerrando la puerta tras de si. — El campamento te ha sentado muy bien — añadió con una suave sonrisa. — Casi ni me acordaba del día que era hoy... — esta vez la sonrisa incrementó en sus labios, pero se mostró algo avergonzada. — He estado trabajando mucho estos días... — y por eso mismo, los últimos días una pregunta había estado rondado su cabeza, pero jamás se la había planteado porque hasta temía la respuesta. Algo le decía que se había estado forzando más de la cuenta porque quería evitar a Matthew. Y en aquel momento se dio cuenta de que así había sido, le había estado evitando, porque temía el giro que pudiera llevar su relación ahora.
Estaba aterrada. No quería perderle y comenzaba a pensar que él pasaría página.
— Hablando de eso, yo te debo una... — no terminó la frase y además se sintió muy torpe al hablar. Él se había acercado tanto y ella cerró los ojos suavemente sobre su mano, sintiendo la calidez de esta sobre su piel. — Sí, vine a verte aquella noche, pero... — Ashley sujetó la mano de Matt contra su mejilla hasta que la bajó bajo su mentón y se vio obligada a mirarle, a perderse en el azul de sus ojos y en la marca marrón que tenía en el ojo izquierdo.
— Yo tampoco actué bien contigo Matt, ambos lo sabemos, pero... creo que... — era sorprendente la facilidad con la que era capaz de hablar de hasta las cosas más complicadas y sin embargo, en asuntos del corazón ella se bloqueaba con tanta facilidad. — Yo... creo que todo eso ya da igual, tú estás aquí, yo también... y te sigo queriendo igual o incluso más que antes... — Ashley empezó a hablar sin desviar la mirada de sus ojos, mientras sujetaba las manos de él. — Estos últimos días, pese a estar los dos en Silver Lake, creo que hemos estado más distanciados que nunca y yo... te necesito a mi lado — finalmente optó por sincerarse y soltarlo todo. — Si tú... aún, no... te sientes del todo bien conmigo, está bien... podemos, no sé... — no sabía ni qué decirle, porque ella quería explicarle que no le importaba esperar, ir poco a poco, pero temía la respuesta que él pudiera darle.
- Matt :
Se veía hermosa pero aquel tono rojizo de sus mejillas la hacía ver tan irresistible, solo quería besarla y se dio cuenta que no podía hacerlo, ella ya no era su prometida ¿O si? Las cosas entre ellos habían quedado demasiado inconclusas como para saber exactamente que eran y lo que podía y no podía hacer.
Pero ese era el fin de hablar con ella, cambiar todo lo que estaba mal. No podía negar que aún desconfiaba de lo que había pasado y de muchas cosas que ella decía pero cuando había pensado que el final le había llegado, se había encontrado pensando en ella, en volver a besarla una vez y poder sentir sus labios. Despejó un poco sus pensamientos y sonrio al escuchar que el campamento le había sentado bien, quizás lo que le ha Is sentado bien, era la oportunidad de poder bañarse -estas queriendo decir que era un desastre cuando nos encontramos?- por supuesto que aquella pregunta era más para picarla un poco que para que ella la contestara en verdad.
Pensó en lo que tenía en el bolsillo al escuchar que ella casi no se había dado cuenta del día que era. En cambio el lo ha Is pensado incluso antes de que todo el problema se desatara, suponía que en realidad ella la que despertaba aquello -bueno, en realidad no muchos tienen algo que festejar hoy- dijo casi con tristeza, porque una parte de él sabía que era demasiado afortunado por haber vuelto y poder verla. Era exactamente eso lo que ha Is querido y si había un dios, definitivamente este lo había escuchado.
No había esperado saber que ella había sido estado allí la noche que había llegado pero ya luego no había vuelto a verlo -pense que no habías estado en el campamento- ¿O es que en realidad no le...? Se detuvo antes de tener pensamientos pesimistas, no era lo que había estado tratando de hacer y menos lo que había pensado estos días. Así que la tomo del mentón para que la mirara y así poder ser un poco sincero. Comenzaba a pensar que el tiempo que había pasado solo lo habían hecho un hombre de pocas palabras o quizás solo estaba fuera de práctica.
No estaba buscando que ella se disculpara, de hecho está todo lo contrario, era el quien estaba buscando la manera de calmar las cosas entre ellos. Pero entonces ella dijo lo único que el en realidad quería escuchar -¿Si? Vaya... Porque por lo que me he enterado... Tu jamás le hablaste de mí a nadie- aunque podía sonar a un reproche, no lo era, de hecho estaba bromeando con ella, aún estaba tan cerca y aún la mantenía del mentón. Podía ver cómo se escondía de su mirada y dijo - antes que nada, quiero que me mires a los ojos-
Espero que lo hiciera mientras le sonría suavemente -Ashley, mientras estaba en ese centro comercial apareció una serpiente gigante ¿Quieres saber que pensé? Pensé en que quería verte una vez más- soltó su mentor pero no dejó de mirarla -tengo algo para ti- metió la mano en su bolsillo y saco un collar con forma de un trébol. No estaba envuelto y tampoco en una caja, así como lo había encontrado lo saco -a mí me dio suerte pero cuando lo vi, lo tome para ti. Para tener que darte en navidad-
Esperaba que entendiera que está era su oferta de paz -hay cosas que sanar Ashley pero no creo que lo vayamos a arreglar estando lejos cuando en realidad nos necesitamos... Bueno, yo te necesito preciosa- antes que le dijera algo volvió a tomarla de la mejilla pero está vez para besarla suavemente
Pero ese era el fin de hablar con ella, cambiar todo lo que estaba mal. No podía negar que aún desconfiaba de lo que había pasado y de muchas cosas que ella decía pero cuando había pensado que el final le había llegado, se había encontrado pensando en ella, en volver a besarla una vez y poder sentir sus labios. Despejó un poco sus pensamientos y sonrio al escuchar que el campamento le había sentado bien, quizás lo que le ha Is sentado bien, era la oportunidad de poder bañarse -estas queriendo decir que era un desastre cuando nos encontramos?- por supuesto que aquella pregunta era más para picarla un poco que para que ella la contestara en verdad.
Pensó en lo que tenía en el bolsillo al escuchar que ella casi no se había dado cuenta del día que era. En cambio el lo ha Is pensado incluso antes de que todo el problema se desatara, suponía que en realidad ella la que despertaba aquello -bueno, en realidad no muchos tienen algo que festejar hoy- dijo casi con tristeza, porque una parte de él sabía que era demasiado afortunado por haber vuelto y poder verla. Era exactamente eso lo que ha Is querido y si había un dios, definitivamente este lo había escuchado.
No había esperado saber que ella había sido estado allí la noche que había llegado pero ya luego no había vuelto a verlo -pense que no habías estado en el campamento- ¿O es que en realidad no le...? Se detuvo antes de tener pensamientos pesimistas, no era lo que había estado tratando de hacer y menos lo que había pensado estos días. Así que la tomo del mentón para que la mirara y así poder ser un poco sincero. Comenzaba a pensar que el tiempo que había pasado solo lo habían hecho un hombre de pocas palabras o quizás solo estaba fuera de práctica.
No estaba buscando que ella se disculpara, de hecho está todo lo contrario, era el quien estaba buscando la manera de calmar las cosas entre ellos. Pero entonces ella dijo lo único que el en realidad quería escuchar -¿Si? Vaya... Porque por lo que me he enterado... Tu jamás le hablaste de mí a nadie- aunque podía sonar a un reproche, no lo era, de hecho estaba bromeando con ella, aún estaba tan cerca y aún la mantenía del mentón. Podía ver cómo se escondía de su mirada y dijo - antes que nada, quiero que me mires a los ojos-
Espero que lo hiciera mientras le sonría suavemente -Ashley, mientras estaba en ese centro comercial apareció una serpiente gigante ¿Quieres saber que pensé? Pensé en que quería verte una vez más- soltó su mentor pero no dejó de mirarla -tengo algo para ti- metió la mano en su bolsillo y saco un collar con forma de un trébol. No estaba envuelto y tampoco en una caja, así como lo había encontrado lo saco -a mí me dio suerte pero cuando lo vi, lo tome para ti. Para tener que darte en navidad-
Esperaba que entendiera que está era su oferta de paz -hay cosas que sanar Ashley pero no creo que lo vayamos a arreglar estando lejos cuando en realidad nos necesitamos... Bueno, yo te necesito preciosa- antes que le dijera algo volvió a tomarla de la mejilla pero está vez para besarla suavemente
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Apenas fue capaz de decir nada más, las palabras de Matt la dejaron a ella sin habla y cuando terminó por besarla, fue como si le quitaran un gran peso de encima. Inevitablemente, de forma casi inconsciente ella movió sus manos en torno a sus hombros para abrazarlo, para acercarse más a él y abrazarlo mientras se fundían en aquel beso. Le había echado tanto de menos, le había añorado tanto... pero no se había dado cuenta de que había sido incluso más, hasta ese momento.
Ashley se estiró todo lo que pudo, para rodear su cuello con ambos brazos. Sintió tanta paz en aquel instante, prácticamente como en antaño, algo que creyó que no volvería. Había tenido tanto miedo de que la rechazase que igual sí que le había estado evitando sin darse cuenta de ello.
— Sí — asintió varias veces, le necesitaba, claro que le necesitaba. Sentía los ojos llenos de lágrimas y tuvo que hacer un gran esfuerzo por no llorar. Toda aquella presión acumulada en los últimos meses la habían destrozado. Y aquel encuentro suponía una liberación increíble.
— Temí que pudiera haberte pasado algo... — no terminó la frase. Él estaba bien, pero aquella noche, cuando la avisaron... Ashley lo pasó realmente mal. — Gracias — logró decir sin apartar su mirada de la de él, mientras sujetaba su rostro con ambas manos. Ella acariciaba sus mejillas con ambas manos. Necesitaban volver a estar juntos, aunque fuera poco a poco, aunque él todavía no confiase del todo en ella... Asley le necesitaba a él como en antaño, o incluso más. Se había amado demasiado, habían estado muy unidos y eso no podía olvidarse sin más.
— Lo siento... — empezó a decir con un gran suspiro. — Yo no tengo nada para ti — dijo apenada al ver el colgante. — Es precioso — pasó las yemas de los dedos por el trébol y luego le miró a él con ternura. — ¿Sabes? tengo algo que igual te divierte ver de nuevo... — Ashley estiró la mano al bolsillo trasero de su pantalón para sacar una vieja foto arrugada. Le enseñó la imagen con una amplia sonrisa. — La he llevado siempre conmigo, por eso está tan desgastada y en mi cabaña tengo otras... hay una que encontré en una base de Nevada, de cierto soldado... — Ashley encontró su ficha en una base, se guardó la fotografía para ella y la había conservado con mucho cuidado.
Ashley se estiró todo lo que pudo, para rodear su cuello con ambos brazos. Sintió tanta paz en aquel instante, prácticamente como en antaño, algo que creyó que no volvería. Había tenido tanto miedo de que la rechazase que igual sí que le había estado evitando sin darse cuenta de ello.
— Sí — asintió varias veces, le necesitaba, claro que le necesitaba. Sentía los ojos llenos de lágrimas y tuvo que hacer un gran esfuerzo por no llorar. Toda aquella presión acumulada en los últimos meses la habían destrozado. Y aquel encuentro suponía una liberación increíble.
— Temí que pudiera haberte pasado algo... — no terminó la frase. Él estaba bien, pero aquella noche, cuando la avisaron... Ashley lo pasó realmente mal. — Gracias — logró decir sin apartar su mirada de la de él, mientras sujetaba su rostro con ambas manos. Ella acariciaba sus mejillas con ambas manos. Necesitaban volver a estar juntos, aunque fuera poco a poco, aunque él todavía no confiase del todo en ella... Asley le necesitaba a él como en antaño, o incluso más. Se había amado demasiado, habían estado muy unidos y eso no podía olvidarse sin más.
— Lo siento... — empezó a decir con un gran suspiro. — Yo no tengo nada para ti — dijo apenada al ver el colgante. — Es precioso — pasó las yemas de los dedos por el trébol y luego le miró a él con ternura. — ¿Sabes? tengo algo que igual te divierte ver de nuevo... — Ashley estiró la mano al bolsillo trasero de su pantalón para sacar una vieja foto arrugada. Le enseñó la imagen con una amplia sonrisa. — La he llevado siempre conmigo, por eso está tan desgastada y en mi cabaña tengo otras... hay una que encontré en una base de Nevada, de cierto soldado... — Ashley encontró su ficha en una base, se guardó la fotografía para ella y la había conservado con mucho cuidado.
- Matt :
Quizás a veces podía ser algo despistado e incluso a veces podía no darse cuenta de lo que en verdad estaba pasado pero está vez estaba muy seguro que aquella manera en la que ella lo había acercado era una oferta completa de paz, Matthew bajo las manos por su espalda hasta pegar su cuerpo por completo al de ella. Una de sus manos la tomo de la cadera y la otra subió hasta su nuca y allí el beso se hizo algo más pasional, más lleno de deseo ¿Cuánto había pasado sin que tocará a una mujer? No estaba seguro pero con ella entre sus brazos comenzaba a sentirse imposible controlarse. El mismo había dicho que fueran de apoyo pero allí con ella así de cerca de su cuerpo, tuvo el deseo de quitarle la ropa y hundirse en ella hasta que amaneciera
Lentamente sus labios se separaron y la escucho decir que si. Tenía los ojos llenos de lágrimas y le pasó el revés de su mano con suavidad en la mejilla -no llores dulzura, esto es para dejar eso atrás- de alguna manera el siempre había sentido que tenía que protegerla y esto ahora se hacía mucho más fuerte que antes, no quería verla llorar, ya habían muchas mierdas, era hora de darle razones para vivir, porque eso era lo mejor que podían hacer juntos. Podían vivir...
Una sonrisa pícara apareció en sus labios mientras juntaba la frente de ella con la de él -¿Sabes? Planeo que te preocupes mucho por mí. Me trajiste a un refugio donde se lucha preciosa y es lo que voy a hacer, pero la verdad es que me gustaría que la próxima vez estés conmigo- una parte de él quería que ella se quedará allí y estuviera a salvo y la otra no quería volver a dejarla -este mundo es un asco y veo que has aprendido a protegerte pero te enseñaré a ser excelente, necesitaré que me cuides la espalda ahí afuera- ya no iba a alejarse de ella porque estar a su lado era lo más seguro que el podía sentirse
Negó cuando dijo que no tenía nada para el y sonrió de manera casi sensual -se me ocurre una o dos ideas en las que me pueden compensar- por supuesto que estaba jugando, ella era hermosa y el la deseaba más que a nada pero jamás la obligaría a tener sexo. De cualquier manera el la ayudo a ponerse el collar y luego tomo la fotografía y sonrió -tambien tengo una de nosotros. La guarde en mí mochila y está extremadamente arrugada - le devolvió la fotografía y busco en su muchila hasta encontrarla doblada y entregarle la fotografía
Dejó que la mirara y el guardo silencio hasta decir -deberiamos ir al comedor... A menos que quieras quedarte aquí conmigo y que pasemos el tiempo juntos- aún pensaba en quitarle la ropa pero también sabía que habían cosas que quizás ella quería hablar -Ashley...en este tiempo ¿A habido otro?- no estaba seguro de dónde había salido esa pregunta pero quería saberlo, quería que ella fuera honesta con el, aunque eso llegará a dolerle mucho
Lentamente sus labios se separaron y la escucho decir que si. Tenía los ojos llenos de lágrimas y le pasó el revés de su mano con suavidad en la mejilla -no llores dulzura, esto es para dejar eso atrás- de alguna manera el siempre había sentido que tenía que protegerla y esto ahora se hacía mucho más fuerte que antes, no quería verla llorar, ya habían muchas mierdas, era hora de darle razones para vivir, porque eso era lo mejor que podían hacer juntos. Podían vivir...
Una sonrisa pícara apareció en sus labios mientras juntaba la frente de ella con la de él -¿Sabes? Planeo que te preocupes mucho por mí. Me trajiste a un refugio donde se lucha preciosa y es lo que voy a hacer, pero la verdad es que me gustaría que la próxima vez estés conmigo- una parte de él quería que ella se quedará allí y estuviera a salvo y la otra no quería volver a dejarla -este mundo es un asco y veo que has aprendido a protegerte pero te enseñaré a ser excelente, necesitaré que me cuides la espalda ahí afuera- ya no iba a alejarse de ella porque estar a su lado era lo más seguro que el podía sentirse
Negó cuando dijo que no tenía nada para el y sonrió de manera casi sensual -se me ocurre una o dos ideas en las que me pueden compensar- por supuesto que estaba jugando, ella era hermosa y el la deseaba más que a nada pero jamás la obligaría a tener sexo. De cualquier manera el la ayudo a ponerse el collar y luego tomo la fotografía y sonrió -tambien tengo una de nosotros. La guarde en mí mochila y está extremadamente arrugada - le devolvió la fotografía y busco en su muchila hasta encontrarla doblada y entregarle la fotografía
Dejó que la mirara y el guardo silencio hasta decir -deberiamos ir al comedor... A menos que quieras quedarte aquí conmigo y que pasemos el tiempo juntos- aún pensaba en quitarle la ropa pero también sabía que habían cosas que quizás ella quería hablar -Ashley...en este tiempo ¿A habido otro?- no estaba seguro de dónde había salido esa pregunta pero quería saberlo, quería que ella fuera honesta con el, aunque eso llegará a dolerle mucho
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Pese a la tristeza que sentía, por todo lo que había pasado, una sonrisa apareció en su rostro cuando le escuchó hablar. Matt parecía de mejor humor y eso la animaba. Terminó de limpiarse las lágrimas, aunque sus ojos quedaron ligeramente enrojecidos y húmedos. Él la hacía sentirse mejor si quería.
— No se me ocurre mejor profesor — se rió junto a él y le dedicó prácticamente la misma mirada traviesa que él le había dedicado a ella. Ashley rodeaba su cuello con ambas manos, uniéndose a él en un buen abrazo. — Y siempre me he preocupado por ti — añadió mientras deslizaba sus dedos por el cabello de él, dedicándole una caricia tras otra.
— Oh... esa foto, ¿estábamos en... el cumpleaños de un amigo tuyo, no? — ella frunció el ceño, pensativa. — No recuerdo haber bebido tanto en toda mi vida.... — se llevó una de las manos a la frente, al recordar la resaca del día siguiente, pero ella sonreía, porque había sido una noche divertida, a su lado.
— Yo venía para estar solo contigo, a los demás los tengo muy vistos y tú ya tendrás tiempo de hartarte de ellos... — Ashley volvió a rodeárle con ambos brazos, justo en el momento en el que le hizo aquella pregunta. Ashley negó rápidamente. — No — No había tenido a nadie en aquel tiempo, no había sentido nada por nadie que no fuera Matt, le había echado de menos cada día, cada noche miraba su foto antes de irse a dormir y se preguntaba dónde estaría, si estaría bien. — Te quiero a ti, no he dejado de quererte, nunca — esta vez fue ella la que se estiró para acercarse a él y besar sus labios, poco a poco, con mucha suavidad y cariño. Había echado tanto de menos aquello, que quería disfrutar de cada segundo y movimiento.
Su cabeza daba vueltas, se sentía demasiado bien en aquel momento, él podía curar todas las heridas que no se veían en su piel. Se preguntaba si ahora todo podría ir a mejor, si aquella noche sería un punto de inflexión. ¿Querría compartir la cabaña con ella, era demasiado pronto aún así?... Todas aquellas preguntas y miedos quedaron relegados a un segundo plano cuando ella se abrazó a él con todas sus fuerzas, conforme el beso incrementaba en fuerza y deseo.
— No se me ocurre mejor profesor — se rió junto a él y le dedicó prácticamente la misma mirada traviesa que él le había dedicado a ella. Ashley rodeaba su cuello con ambas manos, uniéndose a él en un buen abrazo. — Y siempre me he preocupado por ti — añadió mientras deslizaba sus dedos por el cabello de él, dedicándole una caricia tras otra.
— Oh... esa foto, ¿estábamos en... el cumpleaños de un amigo tuyo, no? — ella frunció el ceño, pensativa. — No recuerdo haber bebido tanto en toda mi vida.... — se llevó una de las manos a la frente, al recordar la resaca del día siguiente, pero ella sonreía, porque había sido una noche divertida, a su lado.
— Yo venía para estar solo contigo, a los demás los tengo muy vistos y tú ya tendrás tiempo de hartarte de ellos... — Ashley volvió a rodeárle con ambos brazos, justo en el momento en el que le hizo aquella pregunta. Ashley negó rápidamente. — No — No había tenido a nadie en aquel tiempo, no había sentido nada por nadie que no fuera Matt, le había echado de menos cada día, cada noche miraba su foto antes de irse a dormir y se preguntaba dónde estaría, si estaría bien. — Te quiero a ti, no he dejado de quererte, nunca — esta vez fue ella la que se estiró para acercarse a él y besar sus labios, poco a poco, con mucha suavidad y cariño. Había echado tanto de menos aquello, que quería disfrutar de cada segundo y movimiento.
Su cabeza daba vueltas, se sentía demasiado bien en aquel momento, él podía curar todas las heridas que no se veían en su piel. Se preguntaba si ahora todo podría ir a mejor, si aquella noche sería un punto de inflexión. ¿Querría compartir la cabaña con ella, era demasiado pronto aún así?... Todas aquellas preguntas y miedos quedaron relegados a un segundo plano cuando ella se abrazó a él con todas sus fuerzas, conforme el beso incrementaba en fuerza y deseo.
- Matt :
No quería preguntarse las cosas miles de veces. Solo quería estar ahí con ella, así que iba a dejar de cuestionarse cada palabra que saliera de su boca y en cambio iba a disfrutar de ella lo más que pudiera. -a si?? Eso es bueno, porque honestamente no me gustaría ver a otro hombre cerca de tu cuerpo enseñandote a convertir y pegándose a su cuerpo- su voz se escuchó grave y casi plagada de deseo cuando la pegó a su cuerpo. Hablaba enserio con la idea de enseñarle a combatir pero también la deseaba y mucho en ese momento.
Le dio algo de espacio mientras ella miraba la fotografía que el había llevado todo ese tiempo -oh pero yo recuerdo bien. Te pusiste muy ebria y cuando llegamos a casa bailaste para mí mientras te quitabas la ropa. Jamás una chica ebria me había resultado tan sexy- dejó salir una risa ante aquel recuerdo. Había sido de lo más divertido verla así y luego habían hecho el amor hasta el amanecer. Tomo la foto de nuevo y la guardo, por eso le encantaba esa foto, le recordaba todo lo bueno que ellos habían tenido.
Parpadeo cuando dijo que ella solo había venido para estar con el y sonrió. A la mierda la idea de ir lento, la necesitaba demasiado, necesitaba cada beso y cada caricia que se habían negado, necesitaba escucharla gemir su nombre y verla completamente suya -si. Tienes razón, ya abra tiempo- le dijo casi como un susurro. Se pegó a ella y dejó que ella lo abrazara pero una duda le cruzó por la mente y el sonrió ante su respuesta, por supuesto que sí ella hubiera estado con otro no le hubiera gustado pero no habría tenido derecho en decirle nada. En cambio ahora con sus palabras una sonrisa orgullosa se dibujó en su rostro -eso quiere decir que eres mía?-
Ambos se besaron con fuerza pero Matt decidió dar el próximo paso. Bajo las manos por su cuerpo y la vento del trasero para acomodarla sobre el. Entonces camino con ella hasta la cama y la depósito allí, ya no iba a preguntar más -quiero hacerte el amor Ashley. No soporto un segundo más sin ti- le susurró con suavidad mientras la iba acostando y se acomodaba sobre el ella, dejo un brazo apoyado en el costado de la cabeza de ella sosteniendo su propio peso y dijo -¿Me dejas hacerte el amor preciosa?- Mierda, era eso lo que había querido desde el problema en el centro comercial, volver a estar así de cerca de ella
Le dio algo de espacio mientras ella miraba la fotografía que el había llevado todo ese tiempo -oh pero yo recuerdo bien. Te pusiste muy ebria y cuando llegamos a casa bailaste para mí mientras te quitabas la ropa. Jamás una chica ebria me había resultado tan sexy- dejó salir una risa ante aquel recuerdo. Había sido de lo más divertido verla así y luego habían hecho el amor hasta el amanecer. Tomo la foto de nuevo y la guardo, por eso le encantaba esa foto, le recordaba todo lo bueno que ellos habían tenido.
Parpadeo cuando dijo que ella solo había venido para estar con el y sonrió. A la mierda la idea de ir lento, la necesitaba demasiado, necesitaba cada beso y cada caricia que se habían negado, necesitaba escucharla gemir su nombre y verla completamente suya -si. Tienes razón, ya abra tiempo- le dijo casi como un susurro. Se pegó a ella y dejó que ella lo abrazara pero una duda le cruzó por la mente y el sonrió ante su respuesta, por supuesto que sí ella hubiera estado con otro no le hubiera gustado pero no habría tenido derecho en decirle nada. En cambio ahora con sus palabras una sonrisa orgullosa se dibujó en su rostro -eso quiere decir que eres mía?-
Ambos se besaron con fuerza pero Matt decidió dar el próximo paso. Bajo las manos por su cuerpo y la vento del trasero para acomodarla sobre el. Entonces camino con ella hasta la cama y la depósito allí, ya no iba a preguntar más -quiero hacerte el amor Ashley. No soporto un segundo más sin ti- le susurró con suavidad mientras la iba acostando y se acomodaba sobre el ella, dejo un brazo apoyado en el costado de la cabeza de ella sosteniendo su propio peso y dijo -¿Me dejas hacerte el amor preciosa?- Mierda, era eso lo que había querido desde el problema en el centro comercial, volver a estar así de cerca de ella
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
El tono de aquella conversación iba cambiando a otro, otro que al parecer ambos habían esperado demasiado. Ashley se estremecía con cada una de sus palabras, por no hablar del tono de su voz. Claro que era suya, cada parte, cada uno de sus sentidos que se volvían locos solo con él. El tacto de sus manos sobre su piel, la calidez de su aliento sobre su piel, el tono de su voz, como la miraba o sujetaba... ella le amaba plena y locamente. Como el primer día o más, cuando le conoció y sin darse ni cuenta había acabado perdida en sus ojos.
— Y tú eres mío, ¿verdad? — respondió en el mismo tono que él, dejándose llevar hasta la cama, sin perder ni un detalle de su rostro. Ashley se había aferrado tanto a él, que lo rodeó con sus brazos, pero también con sus piernas. Necesitaba seguir sintiéndolo tan cerca de ella como fuera posible. Claro que le deseaba, ansiaba cada centímetro de su cuerpo, había añorado esos besos cada noche, ¿cómo podía olvidarse de él? No podía. Ashley se movió, haciéndole girar, de tal forma que ahora quedase ella sentada sobre él.
Sus manos se movieron lentamente, sobre su cintura, mientras le miraba fijamente y en aquel momento se detuvo para mirarle bien. Necesitaba atesorar aquello, necesitaba verle bien, a su Matt, después de tanto tiempo... se agachó rápidamente para volver a besarlo impulsiva, impaciente, deseosa de sus labios, del tacto de ellos, de su calidez... cuando se volvió a apartar, apenas unos segundos, continuó con lo que había empezado. Rápidamente se quitó la prenda superior, quedando con la interior y volvió junto a él, para besarle de nuevo.
— No esperes ni un segundo más — susurró sobre sus labios entre beso y beso. — Yo tampoco puedo esperar Matt — sus manos, se movían lentamente, recorriendo todo su cuerpo, llenándole de suaves caricias, pero también disfrutando de cada parte de él. Deslizaba sus manos bajo la camiseta de él, tratando de quitársela como si la prenda pudiera quemar, le sobraba. Quería sentir cada centímetro de su piel unido a la de ella. Le había extrañado tanto que tenía que demostrárselo. Quería que lo sintiera, que ella le seguía amando. Después de tanto, después de todo... ella le necesitaba incluso más que antes. Aquella noche sería solo para él, no iba a existir nada más que él, después de tanto por lo que habían pasado se necesitaban como en los viejos tiempos, cuando todo era mucho más sencillo.
— Y tú eres mío, ¿verdad? — respondió en el mismo tono que él, dejándose llevar hasta la cama, sin perder ni un detalle de su rostro. Ashley se había aferrado tanto a él, que lo rodeó con sus brazos, pero también con sus piernas. Necesitaba seguir sintiéndolo tan cerca de ella como fuera posible. Claro que le deseaba, ansiaba cada centímetro de su cuerpo, había añorado esos besos cada noche, ¿cómo podía olvidarse de él? No podía. Ashley se movió, haciéndole girar, de tal forma que ahora quedase ella sentada sobre él.
Sus manos se movieron lentamente, sobre su cintura, mientras le miraba fijamente y en aquel momento se detuvo para mirarle bien. Necesitaba atesorar aquello, necesitaba verle bien, a su Matt, después de tanto tiempo... se agachó rápidamente para volver a besarlo impulsiva, impaciente, deseosa de sus labios, del tacto de ellos, de su calidez... cuando se volvió a apartar, apenas unos segundos, continuó con lo que había empezado. Rápidamente se quitó la prenda superior, quedando con la interior y volvió junto a él, para besarle de nuevo.
— No esperes ni un segundo más — susurró sobre sus labios entre beso y beso. — Yo tampoco puedo esperar Matt — sus manos, se movían lentamente, recorriendo todo su cuerpo, llenándole de suaves caricias, pero también disfrutando de cada parte de él. Deslizaba sus manos bajo la camiseta de él, tratando de quitársela como si la prenda pudiera quemar, le sobraba. Quería sentir cada centímetro de su piel unido a la de ella. Le había extrañado tanto que tenía que demostrárselo. Quería que lo sintiera, que ella le seguía amando. Después de tanto, después de todo... ella le necesitaba incluso más que antes. Aquella noche sería solo para él, no iba a existir nada más que él, después de tanto por lo que habían pasado se necesitaban como en los viejos tiempos, cuando todo era mucho más sencillo.
- Matt :
Sonrió ante aquella pregunta y casi estuvo a punto de decir las cosas de manera inapropiada pero al final dijo -cariño, he estado más cerca de volverme un santo que de tocar a otra mujer- entonces la levantó del trasero para que ella pudiera las piernas alrededor de su cintura y así poder llevarla a la cama - desde el día que te conocí fui tuyo- le murmuró con los labios pegado a los de ella mientras la iba recostado en la cama ¿Cuánto tiempo llevaba deseandola? Incluso cuando había estado enojado con ella, la había deseado con fuerza.
Pero por supuesto que no espero que ella lo hiciera quedará y quedará sobre el. Sonrió de una manera pícara, le gustaba la idea de que fuera ella quien estaba sobre el, así podía ver todo su maravilloso cuerpo. Ambos se quedaron mirándose por unos segundos pero el estaba seguro que podrían congelar el tiempo por completo y quedarse allí, simplemente mirándose a los ojos. Sonrió con dulzura, aunque también con algo de pasión, ambos querían más y ella se lo mostró con aquel beso lleno de pasión.
Apoyo las manos en su caderas y lentamente comenzó a subirlas hacía su espalda. Pero ella fue la que llevo las cosas al siguiente nivel pues se quitó la ropa y los ojos de Matt la recorrieron lentamente, aún era la mujer más sexy que había visto en su vida y el sonrió con picardía -si... Si, señora- murmuró como un buen militar y la pegó a su cuerpo mientras la tomaba del trasero y la hacía girar para que cayera en la cama. Esta vez el se levantó de la cama y se quitó la camiseta. Claro estaba que tenía varias cicatrices más de las que ella ya conocía pero eso no le importaba mucho mientras se iba desprendiendo el pantalón porque aunque quería disfrutar de cada rincón de ella, también sentía cierto apuro por volver a tenerla solo para el.
Una vez que solo quedo con su ropa interior sonrió y se acercó lentamente a ella para besarla, lo hizo de manera suave mientras sostenía su peso sobre ella y luego bajaba por su cuello -siempre has sido tú preciosa, sin importar el enojo que sentía. Tu eres la única- una de sus manos se coló bajo el brasier y le acarició muy suave el pezón con el pulgar. Beso el principio de sus senos y la miro, está vez solo había deseo y aunque quiso decir al, no lo hizo y en cambio desabrochó su brasier.
Acarició su estómago y sus labios atacaron sus senos con suavidad, primero lamió lentamente sus pezones y luego chupo, ella era exquisita y la hacía extrañado tanto. Su cuerpo le pedía que la poseyera pero antes quería sentir cada parte de ella, quería hacerla gritar su nombre de todas las maneras posibles. Porque ya no podía hecharse para atrás, ella era suya y no la dejaría escapar nunca más.
Pero por supuesto que no espero que ella lo hiciera quedará y quedará sobre el. Sonrió de una manera pícara, le gustaba la idea de que fuera ella quien estaba sobre el, así podía ver todo su maravilloso cuerpo. Ambos se quedaron mirándose por unos segundos pero el estaba seguro que podrían congelar el tiempo por completo y quedarse allí, simplemente mirándose a los ojos. Sonrió con dulzura, aunque también con algo de pasión, ambos querían más y ella se lo mostró con aquel beso lleno de pasión.
Apoyo las manos en su caderas y lentamente comenzó a subirlas hacía su espalda. Pero ella fue la que llevo las cosas al siguiente nivel pues se quitó la ropa y los ojos de Matt la recorrieron lentamente, aún era la mujer más sexy que había visto en su vida y el sonrió con picardía -si... Si, señora- murmuró como un buen militar y la pegó a su cuerpo mientras la tomaba del trasero y la hacía girar para que cayera en la cama. Esta vez el se levantó de la cama y se quitó la camiseta. Claro estaba que tenía varias cicatrices más de las que ella ya conocía pero eso no le importaba mucho mientras se iba desprendiendo el pantalón porque aunque quería disfrutar de cada rincón de ella, también sentía cierto apuro por volver a tenerla solo para el.
Una vez que solo quedo con su ropa interior sonrió y se acercó lentamente a ella para besarla, lo hizo de manera suave mientras sostenía su peso sobre ella y luego bajaba por su cuello -siempre has sido tú preciosa, sin importar el enojo que sentía. Tu eres la única- una de sus manos se coló bajo el brasier y le acarició muy suave el pezón con el pulgar. Beso el principio de sus senos y la miro, está vez solo había deseo y aunque quiso decir al, no lo hizo y en cambio desabrochó su brasier.
Acarició su estómago y sus labios atacaron sus senos con suavidad, primero lamió lentamente sus pezones y luego chupo, ella era exquisita y la hacía extrañado tanto. Su cuerpo le pedía que la poseyera pero antes quería sentir cada parte de ella, quería hacerla gritar su nombre de todas las maneras posibles. Porque ya no podía hecharse para atrás, ella era suya y no la dejaría escapar nunca más.
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Las palabras de él provocaban que se le erizara la piel de puro placer. Se sentía tan en paz en aquel momento, que todo el resto de problemas a los que se enfrentaba ella y el refugio pasaron a un segundo plano, olvidados por completo. Eran él, el amor de su vida, y ella. Nada más. Después de tantos años, y pasado tanto tiempo sin verse... Seguía habiendo una complicidad entre ellos que iba lejos de todo.
— Tú, un santo... — le dedicó una sonrisa entre divertida y pícara. Ashley se acomodó en la cama, observando con mucha atención como Matt se quitaba sus prendas, no pudo evitar morderse los labios al verlo. Le atraía demasiado, la excitaba como nadie... se estiró hacia él, y entonces su rostro cambió, se ensombreció. Ella conocía a la perfección el cuerpo de él y ahora había demasiadas cicatrices nuevas. Alzó la mirada en su dirección y tragó saliva. Algunas parecían más simples que otras. Ella las fue recorriendo con sus dedos en suaves caricias. No dijo nada más, no hacía falta decirlo. Conforme acariciaba su piel la iba llenando de besos, uno tras otro, en cada una de las marcas que veía. Pero él tenía otros planes.
Ashley se dejó llevar, por sus gestos y movimientos. Su espalda se encorvó ligeramente a la vez que cerraba los ojos y sus manos se aferraban con fuerza a los hombros de él. Se recreaba en cada una de sus caricias, besos... su piel parecía arder al contacto de él. Matt tenía esa habilidad de hacerla perder la cabeza hasta inimaginables. La excitación era tal que no medía la fuerza con la que se aferraba a él. Había pasado tanto desde la última vez que habían estado juntos que ella ya ni razonaba. Hasta ese punto.
Suspiró, dejando escapar un suave jadeo. Ese deseo de él cada vez era mayor, se movió, haciéndole subir de nuevo, para besarle otra vez. De aquella forma tan fuera de control y loca. Sus manos recorrían sus hombros, su espalda... Todo el cuerpo de ella se pegaba al de él para sentirlo al máximo posible. Sus manos dejaron la piel de Matt apenas unos segundos, para desabrocharse sus propios pantalones, bajarlos apenas un poco y terminar de sacarselos con la ayuda de las piernas. Todo sin dejar de besarlo. Apenas los separaba dos pedazos de tela ya y a ella le sobraban. Se aferraba de nuevo a él, todo su cuerpo se unía a él, sus manos lo recorrían, recordando a la perfección el mapa de su piel.
Le deseaba tanto... Que en aquel momento solo pensaba en que no le dejaría salir de aquella cabaña en días si era necesario. Sus manos acabaron en el rostro de él, acariciando su piel. Ashley besaba sus labios de nuevo y le propinaba un pequeño mordisco, estirando suavemente de ellos.
— Te he echado tanto de menos... — las palabras se le escaparon en apenas un hilo de voz a causa de la excitación. Seguía aferrándose a su cuerpo, llenando de besos su rostro, su cuello, regalando algún que otro mordisco en su piel... Las manos se movían a su antojo por su espalda y sus caderas presionaban inconscientemente contra las de él. Era evidente lo mucho que le deseaba y lo amaba, quería que lo supiera. Aquella noche iba a ser solo para ellos dos.
— Tú, un santo... — le dedicó una sonrisa entre divertida y pícara. Ashley se acomodó en la cama, observando con mucha atención como Matt se quitaba sus prendas, no pudo evitar morderse los labios al verlo. Le atraía demasiado, la excitaba como nadie... se estiró hacia él, y entonces su rostro cambió, se ensombreció. Ella conocía a la perfección el cuerpo de él y ahora había demasiadas cicatrices nuevas. Alzó la mirada en su dirección y tragó saliva. Algunas parecían más simples que otras. Ella las fue recorriendo con sus dedos en suaves caricias. No dijo nada más, no hacía falta decirlo. Conforme acariciaba su piel la iba llenando de besos, uno tras otro, en cada una de las marcas que veía. Pero él tenía otros planes.
Ashley se dejó llevar, por sus gestos y movimientos. Su espalda se encorvó ligeramente a la vez que cerraba los ojos y sus manos se aferraban con fuerza a los hombros de él. Se recreaba en cada una de sus caricias, besos... su piel parecía arder al contacto de él. Matt tenía esa habilidad de hacerla perder la cabeza hasta inimaginables. La excitación era tal que no medía la fuerza con la que se aferraba a él. Había pasado tanto desde la última vez que habían estado juntos que ella ya ni razonaba. Hasta ese punto.
Suspiró, dejando escapar un suave jadeo. Ese deseo de él cada vez era mayor, se movió, haciéndole subir de nuevo, para besarle otra vez. De aquella forma tan fuera de control y loca. Sus manos recorrían sus hombros, su espalda... Todo el cuerpo de ella se pegaba al de él para sentirlo al máximo posible. Sus manos dejaron la piel de Matt apenas unos segundos, para desabrocharse sus propios pantalones, bajarlos apenas un poco y terminar de sacarselos con la ayuda de las piernas. Todo sin dejar de besarlo. Apenas los separaba dos pedazos de tela ya y a ella le sobraban. Se aferraba de nuevo a él, todo su cuerpo se unía a él, sus manos lo recorrían, recordando a la perfección el mapa de su piel.
Le deseaba tanto... Que en aquel momento solo pensaba en que no le dejaría salir de aquella cabaña en días si era necesario. Sus manos acabaron en el rostro de él, acariciando su piel. Ashley besaba sus labios de nuevo y le propinaba un pequeño mordisco, estirando suavemente de ellos.
— Te he echado tanto de menos... — las palabras se le escaparon en apenas un hilo de voz a causa de la excitación. Seguía aferrándose a su cuerpo, llenando de besos su rostro, su cuello, regalando algún que otro mordisco en su piel... Las manos se movían a su antojo por su espalda y sus caderas presionaban inconscientemente contra las de él. Era evidente lo mucho que le deseaba y lo amaba, quería que lo supiera. Aquella noche iba a ser solo para ellos dos.
- Matt :
¿No se suponía que era el fin del mundo? No, la verdad es que no le importaba para nada que estuvieran en un refugio o que hubiera zombies por ahí caminando, solo le importaba la mujer con la que estaba compartiendo aquel momento tan intimo. También sabía que había perdido el sentido de las palabras y que lo único que quería hacer en ese momento era tocar su cuerpo. Oírla gemir su nombre hasta que su garganta arda de tanto gritar ¿Estaba pidiendo mucho? No, claro que no, ellos se merecían un momento de felicidad, uno que se habían estado negando hace meses.
Se levantó de la cama solo para poder cumplir con lo que ella pedida -si, soy un santo...- está vez su voz sonó más como un gruñido animal que como el mismo. Pero si algo no esperaba es que ella comenzará a besar las cicatrices de su piel, era como si el solo roce de sus labios logrará encender los instintos más primitivos que habían dentro de él. Quería meterse en ella en ese momento - no tienes idea de lo que te deseó- le murmuró con lentitud, le costaba pensar cuando ella lo provocaba, siempre le había costado pensar cuando ella hacía eso.
Le había quitado el brasier y se había dedicado a besar cada parte de su cuerpo a medida que podía. Pero aunque ella no lo demostrar mucho, era una mujer dominante que termino por girarlo de vuelta. A diferencia de él, ella no se alejó de su cuerpo cuando se quitó el pantalón, pero eso no era una queja, en lo más mínimo. La verdad es que lo llenaba de placer, sobre todo cuando mordía sus labios, que solo lograba excitarlo más.
Sonrió al escuchar sus palabras -aqui me tienes preciosa, toma lo que quieras de mi- le murmuró casi desafiandola a que siga adelante. La tomo de las caderas y la levantó -lo siento preciosa, quiero probarte- la dejó sobre la cama y comenzó a besar su cuello para bajar por sus senos y llegar a su estómago, en ese momento la miro con fuego en los ojos y le quitó la ropa interior, entonces beso el interior de sus muslos, para luego pasar la lengua por su punto más cálido. La busco con la mirada al hacerlo, quería verla sentir placer
Se levantó de la cama solo para poder cumplir con lo que ella pedida -si, soy un santo...- está vez su voz sonó más como un gruñido animal que como el mismo. Pero si algo no esperaba es que ella comenzará a besar las cicatrices de su piel, era como si el solo roce de sus labios logrará encender los instintos más primitivos que habían dentro de él. Quería meterse en ella en ese momento - no tienes idea de lo que te deseó- le murmuró con lentitud, le costaba pensar cuando ella lo provocaba, siempre le había costado pensar cuando ella hacía eso.
Le había quitado el brasier y se había dedicado a besar cada parte de su cuerpo a medida que podía. Pero aunque ella no lo demostrar mucho, era una mujer dominante que termino por girarlo de vuelta. A diferencia de él, ella no se alejó de su cuerpo cuando se quitó el pantalón, pero eso no era una queja, en lo más mínimo. La verdad es que lo llenaba de placer, sobre todo cuando mordía sus labios, que solo lograba excitarlo más.
Sonrió al escuchar sus palabras -aqui me tienes preciosa, toma lo que quieras de mi- le murmuró casi desafiandola a que siga adelante. La tomo de las caderas y la levantó -lo siento preciosa, quiero probarte- la dejó sobre la cama y comenzó a besar su cuello para bajar por sus senos y llegar a su estómago, en ese momento la miro con fuego en los ojos y le quitó la ropa interior, entonces beso el interior de sus muslos, para luego pasar la lengua por su punto más cálido. La busco con la mirada al hacerlo, quería verla sentir placer
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Era el fin del mundo, todo se había acabado, su hogar, su familia... todo había desaparecido, pero ahora tenía la oportunidad de recuperar un pedacito de su vida. Una de las mejores cosas que tenía, que era su Matthew, se iban a casar, se amaban y compartirían una vida juntos. Por fin recuperaba parte de esa estabilidad y esa paz la hacía sentir tan plena que se había olvidado de todos y cada uno de los problemas que arrastraba.
Susurró su nombre entre suspiros llenos de placer, provocados por cada una de las caricias que él le daba. Ashley estaba en ese punto de desconexión entre perder la cabeza y dejarse llevar por aquel momento de excitación. No pensaba en nada más.
Se deshizo entre jadeos que fueron aumentando a gemidos mayores conforme él empezó a llenarla de besos, Ashley se dejó caer en la cama, aferrándose con fuerza a las sábanas. Podía sentir cada caricia, cada movimiento de él suponía una explosión de placer en su cuerpo, de la cual disfrutaba plenamente. Cada segundo era un mundo completo, ella se incorporó suavemente, para verle mejor, como la observaba también.
Ashley se aferraba al cabello de él, enredando sus dedos, acariciando su cabeza... gemía una y otra vez y en aquel momento solo pensaba en la necesidad que sentía de devolverle todas esas atenciones. Ella sonrió ligeramente cuando le miró. Mordió su labio, se apartó y se estiró, gateando por la cama hasta llegar a su altura. Colocó ambas manos sobre sus hombros y fue directa a su cuello. Recorrió su piel con besos, ascendiendo hasta la oreja, acarició el lóbulo de la oreja y posteriormente lo mordió. — Ahora me toca a mi, quiero que tú también disfrutes — susurró en su oído. Se acercó al cuello de él, justo en la base y mordió con fuerza su piel. Deslizándose poco a poco hacia abajo, recorriendo todo su abdomen, llenandole de besos hasta llegar a su cadera. Se hizo de rogar, repartiendo besos y mordiscos a partes iguales, mientras bajaba su ropa interior hasta quitársela. Quería que le deseara tanto, como ella él. No le hizo esperar más, con su lengua recorrió su piel lentamente, pero de forma muy intensa.
Ashley quería que Matt disfrutara de ella, le dedicó toda la atención y calma del mundo. Con movimientos lentos, pero ávidos, poco a poco, que fueron aumentando en intensidad y rapidez. Sus movimientos empezaban a ser cada vez más desenfrenados. Ashley le llenaba de caricias, con su lengua y sus labios. Ella también jadeaba, excitada con la situación. Sin pensar nada más que en ellos dos y en disfrutar lo máximo posible de aquella noche.
Susurró su nombre entre suspiros llenos de placer, provocados por cada una de las caricias que él le daba. Ashley estaba en ese punto de desconexión entre perder la cabeza y dejarse llevar por aquel momento de excitación. No pensaba en nada más.
Se deshizo entre jadeos que fueron aumentando a gemidos mayores conforme él empezó a llenarla de besos, Ashley se dejó caer en la cama, aferrándose con fuerza a las sábanas. Podía sentir cada caricia, cada movimiento de él suponía una explosión de placer en su cuerpo, de la cual disfrutaba plenamente. Cada segundo era un mundo completo, ella se incorporó suavemente, para verle mejor, como la observaba también.
Ashley se aferraba al cabello de él, enredando sus dedos, acariciando su cabeza... gemía una y otra vez y en aquel momento solo pensaba en la necesidad que sentía de devolverle todas esas atenciones. Ella sonrió ligeramente cuando le miró. Mordió su labio, se apartó y se estiró, gateando por la cama hasta llegar a su altura. Colocó ambas manos sobre sus hombros y fue directa a su cuello. Recorrió su piel con besos, ascendiendo hasta la oreja, acarició el lóbulo de la oreja y posteriormente lo mordió. — Ahora me toca a mi, quiero que tú también disfrutes — susurró en su oído. Se acercó al cuello de él, justo en la base y mordió con fuerza su piel. Deslizándose poco a poco hacia abajo, recorriendo todo su abdomen, llenandole de besos hasta llegar a su cadera. Se hizo de rogar, repartiendo besos y mordiscos a partes iguales, mientras bajaba su ropa interior hasta quitársela. Quería que le deseara tanto, como ella él. No le hizo esperar más, con su lengua recorrió su piel lentamente, pero de forma muy intensa.
Ashley quería que Matt disfrutara de ella, le dedicó toda la atención y calma del mundo. Con movimientos lentos, pero ávidos, poco a poco, que fueron aumentando en intensidad y rapidez. Sus movimientos empezaban a ser cada vez más desenfrenados. Ashley le llenaba de caricias, con su lengua y sus labios. Ella también jadeaba, excitada con la situación. Sin pensar nada más que en ellos dos y en disfrutar lo máximo posible de aquella noche.
- Matt :
Se estaba entregando por completo, dejando el pasado completamente atrás, estaba cansado del enojo y la desconfianza. Desde que había visto la manera que la mujer de Balion lo había recibido no había dejado de pensar en ese momento con Ashley, el momento donde solo volvieran a ser ellos, donde solo pudieran volver a amarse. Así que ahora que la tenía en sus brazos, pensaba disfrutarlo hasta que ya no pudieran más.
Podía escucharla decir su nombre, como su quisiera recordarle que no había más nadie que el y eso le gustaba ¿Será un instinto animal? Probablemente pero le encantaba que ella fuera completamente suya. Los gemidos y movimientos de Ashley solo provocaban que Matt moviera su lengua con más rapidez, quería sentirla romperse en el placer del orgasmo, quería que ella gritara su nombre y si era posible que todo silver lake se enterará de lo que ellos estaban haciendo en esa cabaña.
De vez en cuando levantaba la vista porque verla desnuda y disfrutando era un placer que solo los dioses debían darse. Ella definitivamente era la mujer más hermosa que había conocido, la manera en la que su cuerpo se contorsionaba, como estiraba su cabello, sus sonidos. Todo eso era perfecto y por un momento quiso mirarla y explicarle todo lo que la había extrañado.
Lo que no esperaba es que ella se apartará de él -¿Que...? ¿Por qué?- dijo casi como a un niño que le habían quitado el dulce, pero la manera de moverse en la cama, parecía un felino apunto de atacar y el sonrió -joder Ash, eres la mujer más sensual que he visto en mí vida- dejó que ella se acomodara como quería y que tomara lo que quería, después de todo, ella era dueña de él.
Grupo como un animal cuando ella lo mordió y la miro - cuidado con lo que haces preciosa o no me voy a controlar un segundo más- le advirtió con voz baja, porque llevaba demasiado tiempo deseándola. Una vez que comenzó a bajar por su cuerpo el cerró los ojos ¿Eso de verdad estaba pasando? No tenía idea pero lo disfrutaba como nunca lo había hecho antes.
Abrió los ojos en el momento que la lengua de Ashley tocó la sensible piel de su sexo y jadeo -no hagas eso- aunque sus palabras fueron más rápido na amenaza, no podía pensar mucho, y la cosa no mejoro cuando lo metió en su boca. Un gemido profundo escapó de sus labios y tiro la cabeza hacia atrás mientras ella lo llevaba al cielo. Pasó una mano por el cabello de ella y la tomo de la nuca para frenarla y hacer que lo mirara -ven aquí preciosa, quiero estar dentro tuyo-
Esta vez dejó que ella mantuviera el control y que lo montará como le viniera en gana, porque lo único que quería era hacerle el amor hasta oírla gritar su nombre
Podía escucharla decir su nombre, como su quisiera recordarle que no había más nadie que el y eso le gustaba ¿Será un instinto animal? Probablemente pero le encantaba que ella fuera completamente suya. Los gemidos y movimientos de Ashley solo provocaban que Matt moviera su lengua con más rapidez, quería sentirla romperse en el placer del orgasmo, quería que ella gritara su nombre y si era posible que todo silver lake se enterará de lo que ellos estaban haciendo en esa cabaña.
De vez en cuando levantaba la vista porque verla desnuda y disfrutando era un placer que solo los dioses debían darse. Ella definitivamente era la mujer más hermosa que había conocido, la manera en la que su cuerpo se contorsionaba, como estiraba su cabello, sus sonidos. Todo eso era perfecto y por un momento quiso mirarla y explicarle todo lo que la había extrañado.
Lo que no esperaba es que ella se apartará de él -¿Que...? ¿Por qué?- dijo casi como a un niño que le habían quitado el dulce, pero la manera de moverse en la cama, parecía un felino apunto de atacar y el sonrió -joder Ash, eres la mujer más sensual que he visto en mí vida- dejó que ella se acomodara como quería y que tomara lo que quería, después de todo, ella era dueña de él.
Grupo como un animal cuando ella lo mordió y la miro - cuidado con lo que haces preciosa o no me voy a controlar un segundo más- le advirtió con voz baja, porque llevaba demasiado tiempo deseándola. Una vez que comenzó a bajar por su cuerpo el cerró los ojos ¿Eso de verdad estaba pasando? No tenía idea pero lo disfrutaba como nunca lo había hecho antes.
Abrió los ojos en el momento que la lengua de Ashley tocó la sensible piel de su sexo y jadeo -no hagas eso- aunque sus palabras fueron más rápido na amenaza, no podía pensar mucho, y la cosa no mejoro cuando lo metió en su boca. Un gemido profundo escapó de sus labios y tiro la cabeza hacia atrás mientras ella lo llevaba al cielo. Pasó una mano por el cabello de ella y la tomo de la nuca para frenarla y hacer que lo mirara -ven aquí preciosa, quiero estar dentro tuyo-
Esta vez dejó que ella mantuviera el control y que lo montará como le viniera en gana, porque lo único que quería era hacerle el amor hasta oírla gritar su nombre
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
— ¿Por qué no debo hacer eso? — preguntó en un tono pícaro, para entonces seguir con aquel juego. Su boca se movía alrededor de su sexo con deseo y avidez, su lengua recorría cada parte de su piel sin parar. Todo hasta que él la detuvo, Ashley le dedicó una mirada llena de fingida molestia y luego no pudo evitar sonreír con cariño cuando la sujetó entre sus brazos. En aquel momento en el que él la tomaba y ambos volvían a unirse. Los labios de ella se curvaron más, la sonrisa desaparecía y dejaba escapar un suave gemido al sentirle. Ashley se acomodó sobre él volviendo a dedicarle esa mirada llena de cariño a la vez que deseo. Estaba feliz, se veía en su rostro, pero también lo estaba disfrutando. Cerraba los ojos y movía sus caderas, al principio de forma calmada, poco a poco, luego aumentaba el ritmo, sobre él.
Sus gemidos eran cada vez mayores, el tono de su voz aumentaba a la vez que la intensidad y rapidez en sus movimientos. Ella gemía con fuerza mientras se aferraba a los hombros de él. Le abrazaba con fuerza y se unía a él con pasión. Aferraba su rostro acariciando la piel de él, besaba sus labios, jadeando sobre ellos, cada vez más y más. Sentía que había perdido el control de su cuerpo y solo quería más y más. Sentir a Matt, aquel placer abrasador... Ashley gemía prácticamente gritando de placer, mordía el hombro de su compañero, con fuerza, tratando de ahogar los gritos sobre su piel.
Se apartó con suavidad, lo justo para poder mirarle a los ojos, para que viera lo mucho que estaba disfrutando de él. Ella presionaba su cuerpo contra el suyo, dejándose llevar por la necesidad de complacerlos a ambos. De que disfrutaran el uno del otro como en antaño.
Sus gemidos eran cada vez mayores, el tono de su voz aumentaba a la vez que la intensidad y rapidez en sus movimientos. Ella gemía con fuerza mientras se aferraba a los hombros de él. Le abrazaba con fuerza y se unía a él con pasión. Aferraba su rostro acariciando la piel de él, besaba sus labios, jadeando sobre ellos, cada vez más y más. Sentía que había perdido el control de su cuerpo y solo quería más y más. Sentir a Matt, aquel placer abrasador... Ashley gemía prácticamente gritando de placer, mordía el hombro de su compañero, con fuerza, tratando de ahogar los gritos sobre su piel.
Se apartó con suavidad, lo justo para poder mirarle a los ojos, para que viera lo mucho que estaba disfrutando de él. Ella presionaba su cuerpo contra el suyo, dejándose llevar por la necesidad de complacerlos a ambos. De que disfrutaran el uno del otro como en antaño.
- Matt :
Definitivamente sabía cómo provocarlo, de alguna manera pequeña ella había prendido fuego todo su ser, por eso cuando la escucho hacer esa pregunta el pago miro lleno de pasión - no me provoques preciosa o no te dejare salir de la habitación hasta dentro de una semana- por supuesto que quería tomarla y hacerle el amor, pero lo que ella estaba haciendo no están mal ¿Cuántas veces se había acordado de sus picardías? De todos los lugares donde habían hecho el amor, porque si había algo que ella podía hacer muy rápidamente era encenderlo.
Dejó que jugará con el, hasta que supo que no podía aguantar más, la deseaba tanto que le pidió que fuera hasta el, le daba la oportunidad de tomar el control por completo, al menos por un rato. Aún con su mano en la nuca de ella, la beso con fuerza, casi de una manera demandante y la empujó contra su cuerpo para sentir el roce de su piel.
Ella estaba húmeda y el sentía que no podía ser más perfecta. Los pensamientos lógicos se habían perdido en algún momento y el solo quería gruñir como un animal. Cuando se acomodo sobre el y comenzó a penetrarla el jadeo lleno de placer mientras la miraba a los ojos, ella era suya, siempre había sido suya y casi la había perdido por cosas que ya no valían la pena pensar. Apretó lentamente sus caderas mientras bajaba hasta llegar a lo más profundo de ella -eres el maldito cielo Ashley, tu siempre has sido mí cielo- le murmuró suave
Los movimientos se hacían cada vez más frenéticos y los gemidos que ella producían lo cargaban más. Así que apretó la mandíbula con fuerza, ella hacía que el estuviera al límite del deseo, pero cuando ella lo mordió la hizo girar para quedar sobre ella -no te calles preciosa, déjame escucharte gritar- está vez fue el quién se movió sobre ella, mirándola hasta llegar al clímax, su rostro se desarmada de placer y el solo disfrutaba de ese espectáculo.Entrelazó los dedos de una mano con los de ella y la llevo sobre su cabeza para embestirla más fuerte, necesitaba llevarla al cielo para poder dejarse ir
Dejó que jugará con el, hasta que supo que no podía aguantar más, la deseaba tanto que le pidió que fuera hasta el, le daba la oportunidad de tomar el control por completo, al menos por un rato. Aún con su mano en la nuca de ella, la beso con fuerza, casi de una manera demandante y la empujó contra su cuerpo para sentir el roce de su piel.
Ella estaba húmeda y el sentía que no podía ser más perfecta. Los pensamientos lógicos se habían perdido en algún momento y el solo quería gruñir como un animal. Cuando se acomodo sobre el y comenzó a penetrarla el jadeo lleno de placer mientras la miraba a los ojos, ella era suya, siempre había sido suya y casi la había perdido por cosas que ya no valían la pena pensar. Apretó lentamente sus caderas mientras bajaba hasta llegar a lo más profundo de ella -eres el maldito cielo Ashley, tu siempre has sido mí cielo- le murmuró suave
Los movimientos se hacían cada vez más frenéticos y los gemidos que ella producían lo cargaban más. Así que apretó la mandíbula con fuerza, ella hacía que el estuviera al límite del deseo, pero cuando ella lo mordió la hizo girar para quedar sobre ella -no te calles preciosa, déjame escucharte gritar- está vez fue el quién se movió sobre ella, mirándola hasta llegar al clímax, su rostro se desarmada de placer y el solo disfrutaba de ese espectáculo.Entrelazó los dedos de una mano con los de ella y la llevo sobre su cabeza para embestirla más fuerte, necesitaba llevarla al cielo para poder dejarse ir
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
— ¿Una semana? Y por qué no dos — preguntó de nuevo, en aquel mismo tono travieso. En aquel momento a ella no le habría importado, bueno, en ese momento y el que fuera. Recuperar el tiempo perdido con él sería algo sumamente perfecto. En aquel instante idílico ni siquiera pensaba en que pudiera ser una locura abandonarlo todo y quedarse allí con él unos días. Porque no había nada más en su mundo que él.
Matt tenía la habilidad, maravillosa habilidad de hacerle perder el control. Él era la persona más noble, dulce... Que podía conocer y sin embargo en momentos tan íntimos como aquel él se mostraba igual de cariñoso, pero tan sexy, tan atractivo... Que sí, solo conseguía provocarla más y más, como en aquel preciso instante en el que agarró sus manos, girándose sobre ella, de cierta forma brusca que sólo consiguió excitarla más.
Disfrutaba con cada movimiento de él, incluso en la forma en la que tensaba la mandíbula y todo su cuerpo cambiaba. Se fijaba en cada detalle, como en su mirada... Disfrutaba y se recreaba con cada uno de ellos. Ella se mordía el labio con fuerza, porque sentía cierto pudor de que la escuchasen y sin embargo llegó un momento en el que no pudo más y dejó liberar ese animal que llevaba dentro. Gimió en un grito tan placentero, que todo su cuerpo pareció agradecer liberar aquello. Ese placer la embargó y aunque sus manos estaban aferradas por las de Matt ella movió su propio cuerpo contra el de él, porque todo le parecía poco y necesitaba ese contacto. Cada centímetro de su cuerpo deseaba el de Matt. Con sus piernas rodeó las caderas de él, moviendo su cuerpo contra el suyo también. Ashley gemía de forma descontrolada, dejándose llevar por el placer y cada una de las sensaciones que se apoderaban de ella.
Hizo lo que él le pidió, porque era suya, porque deseaba complacer cada una de las peticiones que tuviera. Los segundos pasaban sin que tuviera control de ellos, podrían ser años y quedaban fuera de aquella burbuja. Podría terminar de caerse el mundo y ni se enteraría. Le costaba hasta respirar, cada vez más forzada, jadeaba y gemía buscando los labios de él hasta que ya no pudo más y gritó finalmente, su cuerpo se fue relajando poco a poco, cayendo suavemente hacia atras, la calma después de la tormenta, entre jadeos más suaves y su respiración a mil por hora. Era ese momento, casi como un clic en su cerebro, que la hiciera reaccionar de forma torpe, pero con una sensación de satisfacción tan amplia, que sonrió al mirarle a él de nuevo, volviendo con los pies en la tierra, inmensamente feliz de estar a su lado, de poder compartir aquello.
Matt tenía la habilidad, maravillosa habilidad de hacerle perder el control. Él era la persona más noble, dulce... Que podía conocer y sin embargo en momentos tan íntimos como aquel él se mostraba igual de cariñoso, pero tan sexy, tan atractivo... Que sí, solo conseguía provocarla más y más, como en aquel preciso instante en el que agarró sus manos, girándose sobre ella, de cierta forma brusca que sólo consiguió excitarla más.
Disfrutaba con cada movimiento de él, incluso en la forma en la que tensaba la mandíbula y todo su cuerpo cambiaba. Se fijaba en cada detalle, como en su mirada... Disfrutaba y se recreaba con cada uno de ellos. Ella se mordía el labio con fuerza, porque sentía cierto pudor de que la escuchasen y sin embargo llegó un momento en el que no pudo más y dejó liberar ese animal que llevaba dentro. Gimió en un grito tan placentero, que todo su cuerpo pareció agradecer liberar aquello. Ese placer la embargó y aunque sus manos estaban aferradas por las de Matt ella movió su propio cuerpo contra el de él, porque todo le parecía poco y necesitaba ese contacto. Cada centímetro de su cuerpo deseaba el de Matt. Con sus piernas rodeó las caderas de él, moviendo su cuerpo contra el suyo también. Ashley gemía de forma descontrolada, dejándose llevar por el placer y cada una de las sensaciones que se apoderaban de ella.
Hizo lo que él le pidió, porque era suya, porque deseaba complacer cada una de las peticiones que tuviera. Los segundos pasaban sin que tuviera control de ellos, podrían ser años y quedaban fuera de aquella burbuja. Podría terminar de caerse el mundo y ni se enteraría. Le costaba hasta respirar, cada vez más forzada, jadeaba y gemía buscando los labios de él hasta que ya no pudo más y gritó finalmente, su cuerpo se fue relajando poco a poco, cayendo suavemente hacia atras, la calma después de la tormenta, entre jadeos más suaves y su respiración a mil por hora. Era ese momento, casi como un clic en su cerebro, que la hiciera reaccionar de forma torpe, pero con una sensación de satisfacción tan amplia, que sonrió al mirarle a él de nuevo, volviendo con los pies en la tierra, inmensamente feliz de estar a su lado, de poder compartir aquello.
- Matt :
Seguía provocandolo y no era algo que le molestara, sino todo lo contrario, aquello le encantaba como nunca. Antes, en el pasado ellos se habían deseado pero ahora todo era diferente, no solo había deseo y amor, había lujuria, deseo desenfrenado, porque quizás y solo quizás, el había pensado que jamás volvería a tenerla en sus brazos y aunque jamás lo haya admitido en voz alta, aquella idea lo volvía realmente loco -todo el tiempo que quieras- jadeo ante las caricias que ella le daba.
Estaba claro que los dos jugaban un poco a mantener el poder, pero cuando la hizo girar para llevarle las manos sobre la cabeza no se trataba de dominarla, sino del hecho que quería entregarle placer, quería que ella se desarmarse y luego volver a hacer que tocará el cielo con las manos. Había tenido tanta hambre de ella que sabía que no le alcanzaría todo lo que estaba pasando ¿Sería capaz de volver a dejarla? Casi estaba seguro que no, la quería con el, a su lado todo el tiempo.
Matt no podía evitar sonreír al verla así, había notado como ella reprimía sus sonidos pero el quería escucharla y cuando comenzó a soltarse los movimientos que el hacía se volvieron más rápido. Podía notar como ella había comenzado a mover sus propias caderas buscando la liberación y el sonrió complacido, eso era lo que quería, que por unos minutos todo el puto mundo solo fueran ellos dos, haciendo el amor. Todo lo demás podía esperar hasta que ellos estuvieran satisfechos.
Ella rodeo sus caderas con sus piernas y el empujó con más fuerza, los dos estaba al límite y no ha Ian palabras que decir, solo estaban las miradas y el placer que se entregaban uno al otro. La beso de manera descontrola y cuando ella gritó en el orgasmo, el no pudo aguantar ni un segundo más. Empujó un par de veces más antes de jadear por el clímax. Una vez que sus cuerpos se calmaron se quedó mirándola a los ojos, con la respiración agitada.
Lentamente se salió de ella y se dejó caer a su costado, solo para atraerla a su cuerpo y rodearla con sus brazos -te he extrañado mucho- le murmuró mientras le acariciaba el cabello. Había tanto que contarse pero en ese momento guardo silencio, quería disfrutar de aquel momento tan íntimo entre Ellos
Estaba claro que los dos jugaban un poco a mantener el poder, pero cuando la hizo girar para llevarle las manos sobre la cabeza no se trataba de dominarla, sino del hecho que quería entregarle placer, quería que ella se desarmarse y luego volver a hacer que tocará el cielo con las manos. Había tenido tanta hambre de ella que sabía que no le alcanzaría todo lo que estaba pasando ¿Sería capaz de volver a dejarla? Casi estaba seguro que no, la quería con el, a su lado todo el tiempo.
Matt no podía evitar sonreír al verla así, había notado como ella reprimía sus sonidos pero el quería escucharla y cuando comenzó a soltarse los movimientos que el hacía se volvieron más rápido. Podía notar como ella había comenzado a mover sus propias caderas buscando la liberación y el sonrió complacido, eso era lo que quería, que por unos minutos todo el puto mundo solo fueran ellos dos, haciendo el amor. Todo lo demás podía esperar hasta que ellos estuvieran satisfechos.
Ella rodeo sus caderas con sus piernas y el empujó con más fuerza, los dos estaba al límite y no ha Ian palabras que decir, solo estaban las miradas y el placer que se entregaban uno al otro. La beso de manera descontrola y cuando ella gritó en el orgasmo, el no pudo aguantar ni un segundo más. Empujó un par de veces más antes de jadear por el clímax. Una vez que sus cuerpos se calmaron se quedó mirándola a los ojos, con la respiración agitada.
Lentamente se salió de ella y se dejó caer a su costado, solo para atraerla a su cuerpo y rodearla con sus brazos -te he extrañado mucho- le murmuró mientras le acariciaba el cabello. Había tanto que contarse pero en ese momento guardo silencio, quería disfrutar de aquel momento tan íntimo entre Ellos
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Ella tampoco dijo nada más, necesitó un par de segundos para recobrar el aliento, pero aún así se acurrucó en su pecho y cerró los ojos. Aquel momento era tan cálido y reconfortante, que se habría dormido, de no ser porque se obligó a mantenerse despierta. Quería disfrutar de su compañía, así que deslizó sus dedos por la piel de él, en suaves caricias, a su lado. Atesoraba cada segundo, disfrutaba de cada toque de su piel con la de él, le iba abrazando poco a poco, pegándose de nuevo a su cuerpo a la vez que lo llenaba de besos.
Le amaba tanto que no necesitaba más.
— Eres... — empezó a decir, buscando su mirada. — Sin lugar a dudas un santo — bromeó, riendose con suavidad. — Matt, te amo, más incluso que antes, si es posible — el tono de su voz era calmado y hablaba con tanta seguridad y cariño hacia él. — No puedo estar más agradecida por tenerte de nuevo a mi lado — susurró sin dejar de abrazarle, mie tras pasaba las manos por sus brazos. Ashley a veces tenía miedo de que fuera a desaparecer de nuevo, o incluso de que todo aquello fuera producto de su imaginación. ¿Cómo era posible que hubieran tenido tanta suerte de volver a encontrarse?
Fuera se escucharon algunos gritos de alegría y risas, en la lejanía. Era cierto, nochebuena. Ella se rió.
— ¿Qué estábamos haciendo las últimas navidades antes de todo esto? ¿Fue cuando nos tocó a nosotros hacer la cena en casa o cuando fuimos a casa de tu compañero? — preguntó pensativa. — Solo me acuerdo del terror que sentí al pensar que estaba quemando la cena — se rió divertida de verdad. — Pero también recuerdo cuando nos quedamos solos por fin — su expresión se tornó más tierna. — ¿Te gustaría salir? — preguntó mientras se acercaba una vez más y besaba sus labios.
Le amaba tanto que no necesitaba más.
— Eres... — empezó a decir, buscando su mirada. — Sin lugar a dudas un santo — bromeó, riendose con suavidad. — Matt, te amo, más incluso que antes, si es posible — el tono de su voz era calmado y hablaba con tanta seguridad y cariño hacia él. — No puedo estar más agradecida por tenerte de nuevo a mi lado — susurró sin dejar de abrazarle, mie tras pasaba las manos por sus brazos. Ashley a veces tenía miedo de que fuera a desaparecer de nuevo, o incluso de que todo aquello fuera producto de su imaginación. ¿Cómo era posible que hubieran tenido tanta suerte de volver a encontrarse?
Fuera se escucharon algunos gritos de alegría y risas, en la lejanía. Era cierto, nochebuena. Ella se rió.
— ¿Qué estábamos haciendo las últimas navidades antes de todo esto? ¿Fue cuando nos tocó a nosotros hacer la cena en casa o cuando fuimos a casa de tu compañero? — preguntó pensativa. — Solo me acuerdo del terror que sentí al pensar que estaba quemando la cena — se rió divertida de verdad. — Pero también recuerdo cuando nos quedamos solos por fin — su expresión se tornó más tierna. — ¿Te gustaría salir? — preguntó mientras se acercaba una vez más y besaba sus labios.
- Matt :
Quizás lo mejor sería dejarla dormir un rato en sus brazos, dejar que ella Se relaje por completo pero Matt sentía la emoción recorrer por completo su pecho ¿Es que en realidad había muerto en aquel centro comercial y todo eso era el cielo? Negó para si mismo y sonrió. No, el estaba allí y ella también, y por primera vez en la vida tenía la sensación de estar haciendo lo correcto, de no estar hechando a perder nada. Por lo que dedicó a acariciarla lentamente.
La miro cuando ella comenzó a hablar y dejó salir una risa - créeme, creo que lo soy- murmuró en un tono de broma recordando la mayoría de cosas que había hecho mientras se habían separado. Claro, habían cosas que no lo llenaban de orgullo pero si habían sido necesarias, por lo general esas cosas no se las contaba, no porque no confiaba, sino porque quería ahorrarle los detalles asquerosos.
Pero al escucharla decir que lo amaba, una electricidad recorrió todo.su cuerpo y la miro a los ojos ¿Aún lo amaba? ¿Después de todo? Parpadeo un par de veces completamente serio y al final sonrió feliz para girar y ponerse sobre ella -yo también te amo preciosa- le murmuró antes de devorarla con un beso y dejar pequeños besos en su cuello mientras reía felizmente. Nuevamente se dejó añcaer a su lado y la atrajo a él para seguirla besando -mierda Ashley, creo que hice algo muy bueno para tenerte, eres mí regalo del cielo- murmuró mientras le llevaba unos mechones de cabello tras la oreja.
Ante el recuerdo que tenía el volvió a reír y dijo -querías impresionar a los chicos- porque su escuadrón había sido como su segunda familia. La miro cuando n un nuevo brillo de deseo -oye, no me recuerdes lo que te hice en esa cocina si no quieres volver a empezar- su tono sonó algo cargado de deseo y luego beso su frente mientras escuchaban las personas afueras
[color=Lightseagreen]-Quedate un rato conmigo, luego supongo que tendremos que salir, Balion organizo algo y trajo a su novia. Así que imagino que sí no me ve por ahí el muy cabrona es capaz de venir y meterse aunque estemos desnudos-[/colo] dejó salir una risa de pensarlo -ese cabrón está realmente loco- dijo aún con la sonrisa en los labios, claro estaba que no le caía mal -¿Sabes? Creo que me gusta trabajar con el, pero jamás se lo digas - le acarició la espalda con ternura
-Cuentame de ti preciosa. Dime cualquier cosa que yo no sepa ¿Cómo llegaste aquí? Tienes amigos? Alguno que te mire mucho y al cual tenga que romperle accidentalmente las piernas?- dejó salir una risa porque no haría eso pero si tenía que mostrarle a todos que ella era suya y de nadie más
La miro cuando ella comenzó a hablar y dejó salir una risa - créeme, creo que lo soy- murmuró en un tono de broma recordando la mayoría de cosas que había hecho mientras se habían separado. Claro, habían cosas que no lo llenaban de orgullo pero si habían sido necesarias, por lo general esas cosas no se las contaba, no porque no confiaba, sino porque quería ahorrarle los detalles asquerosos.
Pero al escucharla decir que lo amaba, una electricidad recorrió todo.su cuerpo y la miro a los ojos ¿Aún lo amaba? ¿Después de todo? Parpadeo un par de veces completamente serio y al final sonrió feliz para girar y ponerse sobre ella -yo también te amo preciosa- le murmuró antes de devorarla con un beso y dejar pequeños besos en su cuello mientras reía felizmente. Nuevamente se dejó añcaer a su lado y la atrajo a él para seguirla besando -mierda Ashley, creo que hice algo muy bueno para tenerte, eres mí regalo del cielo- murmuró mientras le llevaba unos mechones de cabello tras la oreja.
Ante el recuerdo que tenía el volvió a reír y dijo -querías impresionar a los chicos- porque su escuadrón había sido como su segunda familia. La miro cuando n un nuevo brillo de deseo -oye, no me recuerdes lo que te hice en esa cocina si no quieres volver a empezar- su tono sonó algo cargado de deseo y luego beso su frente mientras escuchaban las personas afueras
[color=Lightseagreen]-Quedate un rato conmigo, luego supongo que tendremos que salir, Balion organizo algo y trajo a su novia. Así que imagino que sí no me ve por ahí el muy cabrona es capaz de venir y meterse aunque estemos desnudos-[/colo] dejó salir una risa de pensarlo -ese cabrón está realmente loco- dijo aún con la sonrisa en los labios, claro estaba que no le caía mal -¿Sabes? Creo que me gusta trabajar con el, pero jamás se lo digas - le acarició la espalda con ternura
-Cuentame de ti preciosa. Dime cualquier cosa que yo no sepa ¿Cómo llegaste aquí? Tienes amigos? Alguno que te mire mucho y al cual tenga que romperle accidentalmente las piernas?- dejó salir una risa porque no haría eso pero si tenía que mostrarle a todos que ella era suya y de nadie más
- Ashley:
- Wow:
- Uniforme:
Página 1 de 2. • 1, 2
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|
Ayer a las 13:12 por Vanessa A. Walcott
» S.T.A.R.S. de Raccoon City y otros {1/5}
Lun 07 Oct 2024, 13:44 por Alice Stephens
» Compi de aventuras [0/1]
Dom 06 Oct 2024, 21:10 por Abigail Roth
» ₪ Juego: Diez mensajes antes de un chico
Dom 06 Oct 2024, 20:44 por Ireth Haven
» Bromas del pasado [Ireth Haven]
Dom 06 Oct 2024, 20:39 por Ireth Haven
» ₪ Juego: Chicas Vs. chicos
Dom 06 Oct 2024, 20:18 por Ethan Wake
» Turno de urgencia [Ethan y Sylvia]
Dom 06 Oct 2024, 20:13 por Ethan Wake
» Puede que esta sea nuestra última oportunidad [3/11]
Jue 03 Oct 2024, 22:28 por Thea Grayson
» ₪ El Armero
Lun 30 Sep 2024, 20:37 por James Davenport
» Relaciones de James Davenport
Lun 30 Sep 2024, 20:32 por James Davenport