{#} 1º Batalla de Grupos: The Damned

Me quedo un tanto intrigado ante la explicación de la relación entre Francisco y mi hermano pero desde luego no tanto como para preguntar al respecto. Viendo lo idiota que ha sido hace un momento no me extraña que se llevara a matar con Aaron, él tampoco fue nunca demasiado paciente, aunque en su caso puede que fuera mi gemelo el que iniciara las hostilidades pero ya tanto da, dudo que volvamos a ver al chaval y si se libra de esta por ser inmune o un maldito como nosotros quizá la próxima vez sea más sensato. Aunque lo dudo, parece tener la capacidad cerebral de una cucaracha pelotera.

-Es una cría, es normal que se las dé de madura y lista sin serlo, a las adolescentes les gusta hacer esas cosas y llamar la atención, ¿no? Seguro que sabes de qué te hablo- le sonrío burlonamente y levanto un poco los brazos para protegerme de posibles tortas voladoras pero es que después de saber la edad que tiene tampoco creo que se lleve demasiado con esa chinita intelectual, aunque a estas alturas a mí ya me importa tirando a poco o nada.

De repente la noto apoyándose en mi espalda y la miro un momento de reojo pero enseguida me centro en la calle que tenemos justo delante de la ventana, asintiendo -Eso creo. Deberíamos poder llegar a la calle de la gasolinera y ahora que ya sabemos donde está el acceso tendría que ser fácil peeero... Ya sabes como es esto de la teoría, que no siempre se aplica a la práctica- se asoma entonces y no puedo evitar reírme con cierta incredulidad -¿Desde cuando te preocupa que algo que nos beneficia sobre? La tiraré lejos, si así te quedas más tranquila- tampoco tengo intención de derrumbar los cimientos de nuestro propio edificio, eso sería demasiado idiota -Empieza a correr, ahora te alcanzo- me hago a un lado para que empiece a recorrer el pasillo y le hago unos cuantos gestos para que se mueva, hasta que se aleja varios metros y entonces tiro de la anilla para posteriormente lanzar la granada. No miro dónde cae, simplemente empiezo a correr a toda hostia en dirección contraria.

-¿¿Dónde están las escaleras??- pregunto en cuanto llegamos al otro lado porque vale, sí, ya estamos ahí... pero joder, hay que bajar.

El lugar me recordaba bastante a mi propia universidad, básicamente era un edificio bastante similar, si me volvía hacia el pasillo más limpio casi podía engañar a mi cabeza e imaginar que estaba en Nueva York, pero eso ya quedaba bastante atrás.

Miré alzando una ceja a Jared para dedicarle una sonrisita bastante sarcástica, no sabría cuantos años tendría exactamente Minzy, seguro que nos llevábamos pocos, pero si se comportaba siempre como lo hizo aquella vez, de seguro que sería mucho más madura que ella.
-Já já... Habló Batman, seguro que tu también me sigues...-Fruncí ligeramente los labios a la vez que nos señalaba a ambos rápidamente y entrecerraba los ojos, me refería a su aparición la primera vez que nos vimos, si eso no era llamar la atención, así que no hablase mucho que también él tenía sus momentos.

-A lo que me refiero es que espero que no acabemos nosotros mismo volando en mi pedacitos, ni que se nos caiga el maldito edificio encima...-Fui diciendo señalando a mi alrededor con los dedos de la mano mientras hacía una mueca, Jared sería quien lanzaría la granada, la verdad que lo prefería, no me fiaba de mi, ni de mi buena puntería, ni siquiera de que fuera a lanzárla lejos para evitar volarnos por los aires...

-Está bien, tu puedes... ¿eh?-Alcé la mano y eché a correr en la dirección en la que debíamos ir, bueno, acabaríamos rodeando el edificio, estaba claro que ir por donde habíamos venido no era buena idea, así que nada, iríamos hacia allí, de todas formas no es que tuviéramos que ser demasiado rápidos, aquellos fantoches tardaban lo suyo en ir hacia algún sitio, lo bueno era que los reuniríamos por esa zona a casi todos despejando la mayoría de las calles, con suerte no solo conseguiríamos la gasolina, si no que nos podríamos largar cómodamente de aquella maldita ciudad.

Cuando Jared apareció detrás de mi no dejé de correr, esperando ya la explosión, pero no, ¿en serio?, me volví hacia él parando en mitad del pasillo para mirarle de forma extraña.
-¿Qué has hecho ya?-Pregunté alzando las manos interrogativa, cuando al fin la granada debió explotar.

El estruendo fue perfecto, bueno escandaloso pero eso era lo que queríamos, ¿no?, el suelo tembló, las ventanas del pasillo en el que habíamos estado hacia unos minutos se rompieron en mil pedacitos y me vio obligada a seguir hacia el final aún con aquel sonido en la cabeza, casi me había hasta mareado, localicé una puerta al final del pasillo de esas grises que la gente creía que estaban de adorne porque nunca se utilizaban, las de la salida de emergencias.

-¡Ahí hombre de poca fe!-Señalé con la palanca de hierro en la mano, la había sacado de mi bota mientras corría hacia ella pensando que tal vez podría estar cerrada, pero no, la abrí de un solo tirón al pomo y seguí hacia adelante dando con las escaleras que iban hacia arriba y abajo.

Tengo que admitir que esa confianza que deja apreciar Nessa respecto a mis posibilidades me sube bastante el ego, cosa que se agradece. Podría tomarme su carrerita como ganas de salvarse el pellejo pero ahora que llevamos días juntos más bien lo veo como algo que deja claro que nos apoyamos el uno en el otro. A veces cede a mis indicaciones y a veces soy yo el que la sigue, dependiendo de la situación y el momento, pero lo importante es que no se producen discusiones de verdadera repercusión como las de hace un momento con el resto y eso me lleva a preguntarme, ¿nos hemos convertido en una pareja de cabrones que sólo se entienden entre ellos? No lo sé, si te paras a pensarlo es un poco raro pero por el momento a mí me basta y me sobra así que simplemente me pongo en acción.

-¿Que qué he hecho...?- repito un tanto aturdido mientras la alcanzo a grandes zancadas, momento en el que la granada estalla produciendo un gran estruendo en la calle colindante. Creo que debe haber destrozado bastante la fachada del edificio que había al otro lado porque incluso nos llega parte del polvo levantado además de los cristales de las ventanas y algunas piedras voladoras así que me coloco parcialmente encima de Nessa para protegerla con mi propio cuerpo y me llevo algunos arañazos y golpes en el proceso pero nada de verdadera consideración así que seguimos avanzando a pesar de que personalmente me siento un tanto aturdido por todo el ruido.

En ese momento mi compañera encuentra la puerta de las escaleras así que acudimos a ella y abrimos pero por poco se nos tiran encima un montón de zombies que parecen haber formado una especie de atasco. Debían de ser todos los cabrones que querían huir del edificio pero no llegaron a hacerlo así que resoplo sonoramente y desenfundo la espada para agitarla enérgicamente, cortando algunas cabezas y extremidades de manera aleatoria, sólo para mantenerles a ralla -Salta, ¡salta...!- la apremio mientras bajo unos cuantos escalones antes de decidirme a dejarme caer por la barandilla hasta el piso de abajo, libre de zombies.

La hostia que me meto al no aterrizar bien es digna de campeonato: primero me como la pared emitiendo un quejido y luego me tropiezo rodando varios escalones abajo -Ahhh.... joder-hostia-puta-ya....- supongo que ahora sé como se sintió el pringado ese sólo que a pesar del dolor yo me doy prisa en volver a incorporarme rápidamente para ayudar a Nessa a bajar, con uno que se haya comido el suelo ya basta.

Lo malo es que entonces empiezo a darme cuenta de que cada vez que apoyo el pie en el suelo mi tobillo me hace ver las estrellas así que empiezo a medio arrastrar el pie y medio saltar para intentar seguirle el ritmo a Nessa. Es un espectáculo un poco lamentable, suficiente para que me entre la risa a pesar de todo.

Podría acostumbrarme a aquello de cooperar con alguien, llevaba ya tanto tiempo sola que se me hacía rara la situación, pero era agradable poder confiar para variar en alguien hasta aquel punto, tal vez solo me fiaba de Anna, aunque tuviéramos nuestros momentos raros. Aún así llevaba más tiempo junto a él que con Anna que me la encontraba de vez en cuando.

Medio reí cuando me preguntó que qué pasaba, porque lo dije medio bromeando, ya que aún no no había escuchado la explosión, hasta que se produjo, ni siquiera me dio tiempo a volverme, Jared se echó sobre mi cubriéndome con su cuerpo, yo estiré mis brazos de tal forma que cubrí su cabeza con mis manos pegándome a su cuerpo y me vi sorprendiéndome a mi misma de que con lo tensa que ahora mismo la situación por aquello de que debíamos salir corriendo y todas esas cosas, me habría quedado allí unos segundos más si él no se hubiera movido, pero hacia la salida que seguimos.

En situaciones más tranquilas suelo llamar a la puerta, por esas cosas de ver si se escuchaba un gruñido o algo, pero teniendo en cuenta que me sentía medio sorda y que estaba algo mareada por la explosión además de las prisas que nunca habían sido buenas abrí la puerta de golpe y ambos nos lanzamos hacia las escaleras, pero por lo visto no fuimos los únicos que nos lanzamos sobre algo. ¿Reflejos?, para qué, el empujón contra una de las paredes sirvió tal vez como despertador, miré al caminante que se había lanzado contra mi al par que le apartaba golpeándole en toda la cara con la palanca de hierro, no matándolo pero si que haciendo ese querido espacio para entonces poder empujarle de una patada en el estomago y que cayera al suelo, moviéndome hacia adelante para hundir de un solo golpe la palanca de hierro en su cabeza.

Jared se deshacía de gran parte de ellos mientras que yo empujaba a uno por el hueco de las escaleras, guardé rápidamente la palanca de hierro en mi bota como siempre y desenfundé rápidamente una de las katanas para entonces acabar con uno de los muertos de forma limpia gracias al arma, me agarré a la barandilla y me deslicé hacia abajo empujando a los muertos hacia el lado contrario que quisieron seguirme escaleras abajo, pero se tomaban su tiempo, a la mitad del recorrido salté cayendo de forma ágil, viendo otra puerta como la gris de arriba, que abrí rápidamente dando con el pasillo de abajo, seguramente por el sitio por donde habían llegado los muertos que nos sorprendieron antes, si me fijaba al fondo podría ver el cartel que se había comido el asiático y la puerta por la que habíamos entrado aún más adelante.

Aún sujetando la puerta me volví hacia atrás con el golpe que causó Jared al caer, ya había bajado por lo que fui a dar un paso hacia adelante que al final no di al escuchar sus maldiciones que me hicieron volverme de nuevo para ver como arrastraba el pie.

-Adiós...-Susurré poniendo los ojos en blanco al darme cuenta de que tal vez se había hecho un esguince, que era justo lo que le faltaba ahora, deshice mis pasos acercándome hasta él para agarrarle por el brazo y colocarlo así al rededor de mis hombros para que pudiera andar mejor sin apoyar demasiado el pie en el suelo.

-¿Te duele mucho?-Pregunté mirándole fijamente mientras echaba a andar en dirección al pasillo con él.-Yo pensaba que eso de dejarte caer lo tenías dominado...-Le comenté luego en un susurro con una pequeña sonrisa entre burlona y tranquilizadora.

Por suerte Nessa toma la delantera y cierta ventaja así que para cuando me he metido el guarrazo del siglo contra las escaleras ella ya está tan fresca como una rosa y prácticamente saliendo por la puerta aunque en el último momento parece darse cuenta de que me he quedado hecho una mierda y decide recoger mis restos, qué amable por su parte.

En cuanto me apoyo en ella me quejo más de la cuenta, así como para dar pena y tenerla más encima, quizá hasta cuela. Qué sé yo, por probar... -Es soportable, tranquila- me río entre dientes ante su siguiente comentario y empezamos a avanzar saliendo de la Universidad un poco a trompicones por mi culpa -Supongo que no estaba suficientemente concentrado, me faltaban los gallumbos de Batman- replico burlonamente mientras aceleramos el ritmo, yo dando como mini-saltos y ella procurando que no termine de morros en el suelo otra vez.

A pesar del lamentable espectáculo el "truco" de la granada ha funcionado y la zona está bastante despejada de zombies así que vamos acercándonos a la supuesta gasolinera pero al ser subterránea no se ve un carajo -No sé si me convence...- lo malo es que no tenemos demasiadas opciones así que rebusco en el cinturón hasta encender una pequeña linterna que acostumbro a llevar encima para iluminar el lugar en cuestión. No es que tenga pinta de ser muy estable, sinceramente.

-Supongo que no podemos ponernos remilgados, ¿no?- la miro con cierta preocupación pero al final chasqueo la lengua y empiezo a descender por la rampa en cuestión con precaución. Abajo se distinguen los lamentos y quejidos de algunos zombies propagados por el eco pero no parecen ser demasiados. Lo malo es que con el tobillo jodido no puedo moverme tan bien como querría pero no me queda más remedio que seguir arrastrándolo -Ve tu primera- ya me dejó claro que puede apañarse y que no le gusta que la proteja de más así es evidente que tendrá que tomar la delantera en este caso.

-Y un red bull también...-Comenté también medio riendo con él mientras avanzábamos los dos por aquellos enormes pasillos en dirección a esa maldita puerta. Le miré algo divertida al escuchar sus quejidos.-Venga ya, te pondrás bien, ahora que vas a tener que estar con el pie sin moverlo lo suyo si quieres que se te cure bien...- Le iba diciendo ya sonriendo de forma cariñosa pero ligeramente divertida por la situación, aunque en realidad tendría tal vez que estar más preocupada, teniendo en cuenta que si nos salía algún bicho de esos tendríamos que correr y como que él no podría hacerlo. Pero prefería dejar de agobiarme un poquito y si acaso pensar justo en el momento cuando fueran ocurriendo las cosas.

Reí con su comentario mientras que me pegaba más él, para que se ayudase de mi al andar, aunque ya no podía acercarme más, estábamos básicamente pegados, conseguimos salir a la calle que ya estaba despejada, antes lo estaban, los muertos irían de paso y lo mejor era que además con el ruido ya no volverían hacia allí, no por ahora.

-No me gustan estos garajes...- Contesté sin pensar tan siquiera en lo que había dicho, mis palabras salieron de mi boca casi por instinto, cuando iba con mi padre a su trabajo de niña recordaba que habían unos subterráneos bastante similares y que las luces siempre se apagaban cada pocos minutos, no sabía muy bien por qué, pero les tenía pánico. Como si me fuera a salir un monstruo o un fantasma de detrás de alguna de las columnas, ahora si que podría darse el caso y por aquellos alaridos estaba seguro que iba a ocurrir si o si. Al menos él encendió una linterna cuando descendimos finalmente observé un poco a mi alrededor, no me fiaba, ¿y si aún quedaban demasiado?, me sentía como aquella niña que corría hacia la columna y se quedaba pegada al interruptor de la luz para darle justo en el momento en el que las luces se apagasen. -Bien...- Dije en voz baja con ironía apartándome de él cuando dijo que fuera primero. -No apartes la linterna...- Pedí un tanto seria, luego negué con lentitud moviendo la cabeza a la vez que me obligaba a sonreir. -Luego buscamos algo para lo tuyo- Señalé con la mirada su pie y la volví hacia sus ojos poniéndome de puntillas para rozar sus labios con los míos aún aquella sonrisa divertida y acariciar ligeramente su mejilla con mis dedos. -Intenta no volver a caerte...- Alcé las cejas divertida y me volví hacia adelante cogiendo una de las katanas para avanzar siguiendo los carteles que lograba localizar por algunas de las paredes.

Habían algunos coches aparcados por allí y por allá, podía escuchar algunos de aquellos ruidos, pero no veía gran cosa, eso me molestaba aún más, a nuestra derecha en el centro de lo que sería aquel enorme aparcamiento había una pared, avancé a paso ligero para rodearla hacia la derecha viendo que se trataba de una enorme habitación en el centro del aparcamiento, la luz no llegaba demasiado hasta allí así que me quedé parada unos segundos justo cuando salía una de esas cosas de entre las malditas sombras.

-Ya tardabais...- Susurré con sarcasmo al par que alzaba la afilada hoja sujetándola con ambas manos por la empuñadura y casi sin pensar en su solo moviemiento en el que el mismo muertos e lanzaba a por mi corté su cabeza, di un salto hacia un lado al verlo caer, tanto al cuerpo como a la cabeza, no lo pude evitar me agaché para mirar como seguía parpadeando y abría los ojos y esas cosas... -Joooder...- Mascullé abriendo los ojos de par en par mientras que miraba la cabeza que trataba como si llegara a poder de alcanzarme, nunca había decapitado a un muerto con la katana, era bien raro, bien, sintámonos la rubia de Kill Bill una vez más. Me dije a mi misma recordando el día que encontré las katanas.

Me puse de pié y hundí la hoja en la cabeza para luego sacarla y avanzar hacia adelante donde estaban los dos surtidores justo delante de la habitación que hacía de tienda. Una gasolinera mini, escuchaba más ruidos, pero lejos, por lo que di unos pasos cogiendo una garrafa que había del suelo, que suerte, y la empezaba a llenar gracias a que los surtidores funcionaban, menos mal.

-Ahhh... sí, sí, cuando consigamos la gasolina y salgamos de aquí tendré que descansar un poco y tú tendrás que cuidarme... ya sabes- en cuanto saca el tema de guardar reposo, cosa francamente difícil en nuestra situación, no pierdo la oportunidad de echarle un poco de morro al asunto para ver si cuela. Ya que estoy sudando la gota gorda y viendo las estrellas a cada paso creo que me merezco un par de días de no hacer nada con enfermera sexy incluida, ¿no? Por intentarlo que no quede -Y si tienes que toquetearme para comprobar mi estado se hará el sacrificio- añado burlonamente, como si no lo estuviera deseando o algo así.

Poco después ya estamos en el garaje y ella se aparta de mí para tomar la delantera -Yo me encargo de la luz, tranquila- espero que la linterna no falle pero sí, me encargo de iluminar su camino un poco tenso mientras la sigo a pocos metros de distancia, arrastrando el pie con la ballesta preparada. Aquí abajo es imposible usar armas de fuego y una blanca supondría demasiado esfuerzo para mi tobillo. Estoy jodido, tengo que admitirlo.

Entonces se me acerca y aunque sólo me roza los labios yo no pierdo la oportunidad de plantarle un beso, aunque sea un poco rápido y superficial no quita que sea cariñoso -Tendré cuidado, mami- sonrío de lado pero aunque lo diga bromeando internamente aprecio que se preocupe tanto por mí, a veces tengo la sensación de que ni siquiera me lo merezco. No sé, será la falta de costumbre o algo así.

Nos ponemos en marcha y por suerte la gasolinera no está demasiado lejos, además los surtidores parecen en buen estado, supongo que porque nadie está tan chalado como para bajar aquí. En ese momento aparece el primer podrido así que me encargo de iluminar todo lo bien que puedo la pelea mientras mi ninja rubia particular se encarga de rebanar pescuezos y yo emito un pequeño silbidito de impresión. No me canso de verla repartir tortas, qué le voy a hacer, estoy muy mal.

-¿Funcionan? Genial, suerte por una vez- sonrío un poco más aliviado mientras ella empieza a llenar la garrafa, entonces le dejo la linterna al lado pero iluminando hacia el techo para que la luz se disperse un poco por la zona, de forma muy tenue. Dudo que ninguno de los dos quiera quedarse aquí abajo más de lo estrictamente necesario -Voy a buscar más garrafas, estoy aquí- señalo la pequeña y tosca caseta que tenemos justo delante intentando abrir la puerta pero esta parece encallada. Se mueve pero no puedo terminar de abrirla así que empiezo a zarandearla con más fuerza hasta que consigo acceder dentro y por poco termino de nuevo besando el suelo, pero no, en el último momento consigo apoyarme en un pequeño dispensador de revistas del que vuelco casi todo el contenido -Joder, revistas guarras- me da la risa, no puedo evitarlo, pero lo peor de todo es que aún así cojo una de ellas y empiezo a hojearla distraídamente. Que conste que Nessa está más buena en vivo y en directo pero claro, no me mete las posturistas estas de contorsionista...

-A lo que iba...- pasados unos segundos tiro la revista por encima de mi hombro pero entonces tengo a alguien delante, y no precisamente a la última modelo de tetas enormes que estaba mirando, un zombie todavía con su chapa identificativa y la gorra más asquerosamente sucia que haya visto en mi vida. Doy un respingo, ahogo una exclamación de sorpresa y en cuanto se me tira encima le empujo en dirección contraria, desenfundando el cuchillo para metérselo en un ojo antes de dejarlo caer por el suelo.

Jadeo con fuerza, empezando a estar un tanto agotado por el sobreesfuerzo del maldito pie, pero entonces consigo hacerme con otro par de garrafas que llevo hasta los surtidores, dejándome caer sentado al suelo con ellas de manera un poco estrepitosa.

Le miré asintiendo varias veces cuando mencionó aquello de que tendría que toquetearle para comprobar su estado y que haría el sacrificio de dejarse, medio sonreí a la vez que asentía varias veces con algo de ironía pero aún igual de divertida que antes.
-Uff... Lo mal que lo vas a pasar-Comenté mientras que miraba hacia ambos lados todo el rato, pues en un principio aquel lugar parece bastante tranquilo a excepción de esos malditos ruidos, ¿pero dónde diablos estaban?

Seguía aquel beso rápido y me aparté mirándole con una sonrisa divertida, arrugué la nariz con una mueca por su comentario y me fui hacia adelante más tranquila al saber que él estaba por ahí. Me quedé allí medio apoyada sobre uno de los surtidores mientras que la garrafa se llenaba y de reojo veía a Jared pelearse con una puerta hasta que pudo entrar, me quedé mirándole con cierta curiosidad y diversión mientras que se movía para no caerse y veía como se apoyaba en algo que debía haber por la entrada, me eché a reír negando al escucharle, así que di por sentado que no habría nada peligroso en la tienda y continué llenado la garrafa concentrada en la oscuridad que envolvía el lugar, aquellos alaridos eran cada vez más cercanos, aquello era como una maldita película mala de terror.

Estaba tan concentrada (puede que asustada) con mi alrededor que no me di cuenta de que me había pasado ya rellenando la garrafa y la gasolina empezó a caer sobre una de mis manos.
-¡Mierda!- Maldije de golpe soltando aquello para tapar la garrafa con el tapón y volverme hacia Jared que volvía con dos garrafas más y se dejaba caer en el suelo, parecía bastante cansado.

-Llenamos una más, con una creo que sería suficiente, pero por si acaso, de todas formas no podemos llevar más de dos, no teniendo el pie como lo tienes- Lo ideal sería llevar dos pero con una podríamos tener viaje hasta llegar a otra gasolinera y así llenar el depósito y preparar otras garrafas más, aún teníamos que salir de la ciudad, ese era otro buen problema y aquellas garrafas no es que pesaran poco, eso teniendo de seguro que nos encontraríamos con algún muerto, que tendríamos que correr y todas esas cosas me hicieron pensar que incluso dos, serían demasiadas, pero aún así llené la segunda por si acaso, si no nos quedaba de otra la dejaríamos por ahí.

-Ya...- Me agaché a su lado para levantar el pantalón y tirar un poco de la zapatilla mirando que el tobillo parecía algo hinchado. Alcé la mirada hacia él después de volver a colocar el pantalón, de niña me torcí el tobillo y no me acordaba mucho de ello.

-Venga un poco más y nos quedaremos en algún lugar a descansar hasta que te encuentres mejor, ¿qué te parece?- Pregunté con una pequeña sonrisa mientras que le ayudaba a ponerse en pie.